Las Clarisas de Agurain, 30 años endulzando las mesas navideñas

Vitoria-Gasteiz

Las Clarisas de Agurain iniciaron el proyecto de repostería artesanal en 1992 y desde entonces su obrador no ha parado de sacar dulces y delicias para endulzar, en sus inicios las mesas de los y las alavesas y después expandirse a todo el mundo. La hermana Conchi, con 42 en la comunidad recuerda que " en los inicios hacíamos trabajo de confección para que nos dieran beneficios para la comunidad, entonces hablamos con otras comunidades y nos dijeron que apostásemos por el obrador, y ahora es el trabajo principal de la casa". Ahora mismo son 19 las monjas que viven en el convento fundado por San Francisco de Asís, con tres premisas muy claras; oración, fraternidad y trabajo.

Conchi nos descubre también como aprendieron las recetas tradicionales "con las hermanas de Nava del Rey en Valladolid, que nos enseñaron cómo hacer los turrones y nos pasaron las recetas que luego hemos ido modificando a nuestro gusto". Desde los inicios apostaron por la "calidad en la materia prima", como punto de partida para que los dulces llegasen a las mesas de todo el mundo, como finalmente han conseguido gracias a la puesta en marcha de la página web; clarrisasagurain.org.

30 años después, estas monjas ofrecen todo tipo de delicias hechas de coco, almendra, avellana, nueces, nata, chocolate o yema entre otros. Sus productos, como las rosquillas, trufas, turrones, pastas, rocas, mostachones o membrillos, se pueden combinar en cestas y lotes de Navidad.

Dulces por todo el mundo

"Nuestros dulces han llegado a Reino Unido, Japón, Estados Unidos, Alemania, Australia, y muchos sitios más, a pesar de algunos problemillas con aduanas, pero siempre han llegado los productos a su destino", nos ha indicado la hermana María Inés con una sonrisa de satisfacción en la cara. Las monjas cuentan con dos líneas de productos, unos más tradicionales y otros delicatessen, pero siempre con una línea común entre ellos, el chocolate. María Inés también nos ha contado que los dulces de las Clarisas de Agurain se han hecho tan populares gracias "al boca a boca de la gente que los ha probado y vienen cada año a comprarlos en estas fechas, como una tradición navideña más".