Andoni Iraola, un deseo para muchos
El técnico del Rayo Vallecano termina contrato a final de temporada
Iraola merece crecer en un equipo más grande
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Nadie duda que en un futuro más o menos próximo, Antoni Iraola, actual técnico del Rayo Vallecano, será el inquilino del banquillo del Athletic. No solo por su trayectoria como entrenador (corta, todo hay que decirlo), sino por el carisma que mantiene en una afición que algún día le ve en la banda de San Mamés cada quince días, dando indicaciones a los que este domingo (Vallecas, 18:30 horas) serán sus rivales.
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Cuando en el año 2015 puso el punto final a una dilatada carrera de 12 temporadas en el primer equipo, quien más quien menos tuvo el pensamiento de que, si se decidía algún día a dar el paso y convertirse en el entrenador, sería, sí o sí, técnico del club de su vida.
Después de una cariñosa despedida en San Mamés, el gipuzkoano probó dos temporadas como futbolista en New York. Nada más concluir la aventura americana, comenzó a entrenar. Llevaba el ADN de los banquillos en la sangre. Arrancó su aventura en el juvenil del Antiguoko, uno de los equipos con mayor trayectoria de cantera de todo Euskadi.
Desde Donosti a Chipre
Pero su paso por las categorías inferiores fue breve. Recibió una llamada de Chipre. En Larnaca estaba su amigo y ex compañero Ander Murillo, que le ofreció entrenar en el equipo local. Tras dos años en la isla chipriota, Iraola regreso a España para hacerse cargo del Mirandés, equipo de la Segunda división, con el que logró una buena clasificación en Liga y una brillante actuación en Copa, después de eliminar a tres “primeras”: Celta, Sevilla y Villarreal. El conjunto burgalés se ganó a pulso el mote de “matagigantes”. Ha sido, posiblemente, una de las etapas más gloriosas del equipo de Miranda de Ebro en la élite del fútbol.
La trayectoria deportiva de sus equipos y la buena imagen que transmitía el entrenador desde el banquillo, llamaron la atención del Rayo Vallecano, equipo de Segunda división, que apostó fuerte por la contratación del de Usurbil. En su primera temporada consiguió el objetivo de ascender a Primera división. Se ganó el cariño y la admiración, no solo de su plantilla, sino de una afición que adivinó un futuro brillante con Iraola como responsable técnico. La pasada temporada, el “Rayito” consiguió mantenerse en la categoría sin ningún tipo de urgencias.
Sonó para el Athletic
Este pasado verano, los cantos de sirena desde Bilbao fueron más intensos. El club de Ibaigane celebraba elecciones, y más de uno pensó que algún candidato echaría mano de Iraola para ganar votos. Sin embargo, los tres aspirantes a la poltrona rojiblanca dilataron en exceso el nombre de su elegido para el banquillo. Andoni no esperó y renovó por el equipo de la barriada madrileña.
Este año las cosas le están yendo aún mejor. El Rayo ocupa, a estas alturas de la temporada, la sexta plaza en el campeonato de Liga, peleando sin complejos por alcanzar un puesto europeo frente a conjuntos que le doblan en presupuesto.
Desde el banquillo, Iraola transmite serenidad. No es un entrenador estridente, de esos que gesticulan para la cámara. Su saber estar y, sobre todo, los resultados logrados en estos últimos años, además de un fútbol atrevido y valiente, dejan patente que clubes de mayor importancia y con expectativas más altas siguen de cerca la trayectoria del técnico rayista. ¿Estará el Athletic entre ellos? Si fuera por una buena parte de la parroquia rojiblanca, el entrenador estaría a estas horas ya por la Nacional 1 camino al botxo.