Begoña San Juan: una pionera del montañismo que hizo cumbre en el Canigó (2.784 metros) con 78 años

Bilbao

Begoña San Juan rehúye el calificativo de pionera. "A mí me gustaba el monte, así que iba a todos los que podía, aquí, en Pirineos, Alpes, donde tocara", recuerda. A un mes de cumplir 94 años, es la socia más veterana de la sección de montaña del Club Deportivo de Bilbao. Begoña nació en 1.929 y desde muy joven empezó a subir montes. En una época donde no era nada habitual que las mujeres participaran en travesías de montaña, Begoña no se perdía una. En verano, a caminar; en invierno, a esquiar.

En autobús a esquiar en Alpes

Años de afición en los que, tras ser madre, tuvo el apoyo tanto de su marido como de su suegra, que se encargaban del cuidado de los hijos de la pareja cuando Begoña se marchaba a hacer deporte. Tuvo suerte, afirma esta veterana mendizale, de no ser cuestionada por su familia en unos años donde apenas un puñado de mujeres formaba parte de este tipo de prácticas. "Varias veces fuimos hasta los Alpes, viajábamos durante la noche en autobuses con literas y luego subíamos algunas cimas", relata Begoña.

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Tan grande era su afición por la montaña que Begoña completó en seis ocasiones el desafío de los cien montes entre 1.982 y 2.007. La última de ellas, con cerca de 70 años. Hay que recordar que para convertirse en centenario hay que ascender cien cimas diferentes -no más de una por día- en un período de entre cinco y diez años.

En su haber hay incontables ascensiones a todos los montes cercanos (Pagasarri, Ganekogorta, Besaide, Gorbea, Kolitza), pero también cumbres de Andorra, la Sierra de Cazorla o o Pirineos. Y como muestra de su veteranía, una imagen: Begoña hizo cumbre en el Canigó (2.784 metros) con 78 años.

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Cimas por toda la Península

Begoña siempre estaba en las expediciones que el club organizaba, por ejemplo, al Petretxema o el Anie del Pirineo navarro, la Torre de los Horcados Rojos en Picos de Europa, el Pico Almanzor -cumbre de la Sierra de Gredos- o el Coriscao, a caballo entre Cantabria y León. Y no solo ascendía montes, sino que completaba travesías extensas. Por ejemplo, caminó del puerto de Dima a Miraballes por el Gorbea (Ugao, Untzueta, Pagomakurre, Gorbea, Barazar y Dima) en nueve horas y media.

Otra de las travesías memorables que completó Begoña en 1.988 es la Orduña-Orduña. En total, 55 kilómetros en nueve horas de caminata ascendiendo Tologorri, Txarlazo, Untza y Urkabustaitz. Y la peregrinación desde Bilbao hasta el santuario de San Ignacio de Loiola en la conmemoración del cuarto centenario del nacimiento del santo.

La Hiru Haundiak

Es más, en las piernas de Begoña está lo que hoy consideramos una durísima carrera de trail running y un emblema de Euskal Herria: la Hiru Haundiak. Cada octubre, cientos de corredores se enfrentan a las cimas de Gorbea, Anboto y Aizkorri en un recorrido de cien kilómetros. Un recorrido que Begoña afrontó también sin dudarlo en los años 80. Con una diferencia, eso sí: sin dorsal ni ambición competitiva.