Era la primera de las cinco finales que tenía ante sí el Athletic en busca de clasificarse para jugar en Europa la próxima temporada. Y el equipo se vuelve a Bilbao con una manita, los cinco goles encajados en Villarreal que representan la derrota más abultada del curso hasta la fecha. Por si eso fuera poco, rivales directos como Girona y Osasuna sí han sumado. En el caso de los catalanes, han conseguido un empate en Anoeta; en el de los navarros, tres puntos en su estadio ante el Almería. Así las cosas, el Athletic ya no depende de sí mismo para lograr el objetivo que el club se marcó antes de comenzar el curso. En la mejor de las combinaciones, los de Valverde finalizarán la jornada en octava posición con 47 puntos, empatados con Osasuna -que es octavo- y a un punto de la séptima plaza, ahora mismo en poder del Girona. Claro que la situación de los leones puede complicarse todavía más si el Sevilla gana al Valladolid -los de Mendilibar empatarían con Athletic y Osasuna- y el Rayo Vallecano se impone al Betis -los de Iraola se colocarían séptimos, con 49 puntos, relegando a los bilbaínos a la novena posición de la tabla-. El panorama es oscuro a falta de cuatro jornadas, en las que sus compromisos les enfrentarán al Celta en San Mamés, Osasuna en El Sadar, el Elche de nuevo en casa y, por último, el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Y es más oscuro aún mirando a los últimos resultados obtenidos por los de Txingurri, que han sumado solo un punto de los últimos doce en juego, el obtenido en Mallorca hace dos jornadas gracias a un gol de penalti en el último minuto. Y es que solo de penalti ha marcado el Athletic en cuatro jornadas. También así ha llegado el único tanto logrado en Villarreal, marcado por Sancet al filo del descanso tras un agarrón de Parejo sobre Yuri. Para ese momento, el Villarreal ya había anotado dos goles. El primero, de falta directa, un disparo inapelable de Baena. El segundo, tras un rebote en Yeray, de Nicholas Jackson, que salió del Estadio de la Cerámica convertido en pichichi de los de Setién. El internacional senegalés logró un doblete, marcó también el tercero, al igual que Baena, que firmó el último de la tarde en el 89. De por medio, Aitor Paredes se había metido el cuarto en propia puerta al intentar evitar que Yeremy rematara un envío del propio Jackson. Cinco goles encajados que son inadmisibles para un equipo que ha tenido en su fortaleza defensiva uno de sus grandes baluartes. Claro que, de los cuatro titulares en la línea, solo Yuri es un fijo en su puesto. Por la derecha, un De Marcos tocado fue sustituido por un Lekue sin ritmo después de su lesión. En el centro del campo, la apuesta de Valverde por Paredes y Yeray, que forzó pese a sufrir una pubalgia, no pudo salir peor. Tampoco en ataque el balance es mejor. En el primer tramo del encuentro, en minutos de intercambio de llegadas por parte de ambos equipos, ni Iñaki ni Nico Williams acertaron con las ocasiones que tuvieron. La primera de Iñaki, una jugada en la que el delantero, esta vez actuando como nueve, lo hizo todo bien menos la definición, cruzando en exceso el balón ante la portería de Reina. La de Nico, poco después, no fue menos clara. Una contra perfecta conducida por su hermano que Nico apostó por rematar abajo, dejando al guardameta el balón servido entre sus manos.