176 ciclistas pertenecientes a 22 equipos han dado este jueves sus primeras pedaladas del Tour de Francia 2023, en este caso para presentarse ante el público de Bilbao y de Bizkaia, que ha abarrotado el entorno del Paseo de Abandoibarra y del Guggenheim. Pese a la intermitente lluvia, que no ha querido perderse el primero de los actos multitudinarios que el Tour celebrará en la villa en los próximos días, el público no ha fallado a los corredores. Especialmente ovacionados han sido los ciclistas vascos. Entre ellos, los últimos vencedores de etapa en el Tour. El penúltimo en alzar los brazos en la meta de la ronda francesa, el gipuzkoano Ion Izagirre, ha reconocido que ha «llegado al podio con los pelos de punta». Es indudable que «con la salida en casa, la motivación está a tope». El ciclista de Cofidis incluso se ha atrevido a lanzar una promesa si consigue vestirse de amarillo: «¡Si gano la primera etapa, me tiro a la ría!», ha prometido. Otro de los corredores vascos que tomará la salida el próximo sábado será Mikel Landa. El de Murgia se ha mostrado dispuesto a ir a por todas. «Voy a intentarlo. Es un Tour muy montañoso, con poca crono, y creo que puedo estar ahí», ha dicho. Es más, el hecho de que el Tour salga desde casa no es para él «presión, es un empuje y un ánimo general que espero que nos ayude a rodar más rápido». También con una sonrisa de oreja a oreja ha pasado por la zona de prensa el último ciclista bizkaino que ha ganado una etapa en el Tour, el santurtziarra Omar Fraile. ¿Se imagina repetir este año lo que hizo en Mende en 2019? «Ojalá. Sería muy bonito volver a levantar los brazos», ha afirmado. No obstante, sabe cuál es su papel en Ineos: «Yo voy a intentar echar una mano hasta el final porque me encuentro muy bien. Además, hay etapas en las que podemos montar fugas», ha zanjado. Antes de rodar, algunas de las escuadras han dado la palabra a sus principales favoritos a la victoria final. Entre ellos, el esloveno Tadej Pogacar. Si bien llega corto de preparación, como él mismo ha reconocido, después de la caída sufrida el pasado mes de abril en Lieja, llega como líder del UAE al Tour de este año. No le gusta que se hable del «equipo de Pogacar», sino del equipo. «Me gusta vernos como un equipo. No importa quién esté al frente, todos buscamos lo mismo, que es ganar el Tour. No importa quién lo haga, y esa es la mejor forma de conseguirlo», ha dicho. En todo caso, Pogacar estará escoltado en este Tour por Adam Yates, Marc Soler, Rafal Majka y Felix Großschartner en las etapas de montaña. Y ni siquiera descarta la primera, con inicio y meta en Bilbao, para hacerse con el amarillo. «Si me encuentro bien, podría haber alguna oportunidad para sacar tiempo. Aunque han cancelado la bonificación de la última subida de la primera etapa, lo que supone seis segundos menos. En todo caso, daré lo mejor de mí. Si puedo, intentaré cazar algunos segundos aquí o allá», ha asegurado.