Juicio por el bebé robado en el Hospital de Basurto: "Quería pedir perdón a la madre, lo llevo pidiendo desde que lo hice"
La acusación particular pide 7 años de cárcel por detención ilegal y abandono, la Fiscalía solicita 4 años y la defensa 9 meses
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bilbao
El juicio por el caso del secuestro de un bebé en el Hospital de Basurto ocurrido el 19 de octubre de 2022 comienza este martes en la sección primera de la Audiencia Provincial de Bizkaia. La mujer que secuestró un bebé en el hospital de Basurto, en Bilbao, el 19 de octubre de 2022, ha reconocido haber cometido el rapto y ha pedido perdón, entre sollozos, a los padres del recién nacido.
"No era mi intención, no estaba en mis cabales. De verdad, lo siento mucho", ha dicho visiblemente afectada en el juicio que este martes se ha celebrado en la Audiencia de Bizkaia, en el que se enfrenta a una petición de hasta 7 años de prisión por parte de la acusación particular y de 4 años por parte de la Fiscalía.
La defensa ha solicitado que la pena sea de 9 meses, tras aceptar el delito de detención ilegal en su rango inferior y pedir que se valoren las atenuantes de trastorno mental, reparación del daño y confesión tardía.
Los padres del bebé secuestrado han testificado entre lágrimas para expresar todo el sufrimiento de aquellas 11 horas en que su hijo estuvo desaparecido "y el trauma" que aún tienen ambos, que han necesitado tratamiento psiquiátrico y que se despiertan por las noches pensando que les va a ocurrir algo similar nuevamente.
"Me dijo que se lo llevaba para hacerle unas pruebas y yo lo cogí de la cuna y se lo entregué", ha contado entre lágrimas la madre que estaba sola con el pequeño en la habitación del hospital de Basurto, donde había dado a luz.
La procesada se había ganado su confianza anteriormente, había entrado varias veces en la habitación a lo largo de la tarde vestida con uniforme de personal de Osakidetza y "hablando como una enfermera", ha contado la madre, que ha tenido que interrumpir su testifical porque la emoción de recordarlo no le dejaba hablar.
Desde entonces está en tratamiento psiquiátrico, sigue de baja. "Salir sola es imposible y no puedo seguir con mi día a día", ha manifestado.
La tarde del rapto el padre del pequeño había ido a su casa de Durango para estar con su hija de mayor hasta que llegara su suegra. Al llegar al hospital le sorprendió que "una chica se hubiera llevado al niño por la noche para hacerle unas pruebas" y "un poco nervioso" preguntó a la primera sanitaria que vio.
Ambos buscaron sin éxito al niño por toda la planta y en la unidad de neonatos y alarmados, llamaron a la Ertzaintza para denunciar la desaparición.
"Hemos estado en shock" y, a pesar de recibir terapia, ha sido "un horror". "Es un trauma lo que hemos pasado" y "no dormimos bien todavía por las noches porque al final a veces hasta sueñas que te llevan a la otra", ha expresado profundamente afectado.
Los ertzainas que investigaron el caso identificaron a la procesada gracias a las cámaras de seguridad del hospital que le grabaron entrando en varias ocasiones y saliendo con una bolsa a la hora en que se produjo el rapto, donde presuntamente llevaba al niño con el que acudió a casa de una amiga para pasar la noche.
Al día siguiente, tras ser consciente por los medios de la búsqueda del bebé entró en un portal del barrio de Santutxu, subió hasta el último piso y lo dejó en el felpudo. La dueña del piso ha contado ante el tribunal que tocaron al timbre de su puerta y al abrir cogió "en brazos a la criatura" y que no había nadie más en el rellano.
Su hijo llamó a emergencias y en cinco minutos llegó la Ertzaintza, que poco después recibió la llamada de la amiga de la procesada que le había convencido para que se entregara.
El agente que tomó declaración a la arrestada ha contado que inicialmente se negó a contar lo ocurrido y a hacerse la prueba de ADN. En el teléfono de la acusada encontraron un plano de las instalaciones del hospital que usó "para planificar su huida" y también había entradas a los medios que informaban del rapto.
Dos peritos forenses que estudiaron a la secuestradora concluyeron que tiene "un coeficiente intelectual de 75 puntos, entre la normalidad y el retraso mental" con "un funcionamiento intelectual límite pero suficiente para entender la entidad de sus conductas" y supone una "alteración leve" de sus capacidades.
Han descartado que los fallidos intentos de ser madre de la joven hayan alterado esas capacidades y han descartado también que tuviera dependencia a las drogas ya que las pruebas que le realizaron solo constataron consumos esporádicos de abuso de cocaína, anfetaminas y cannabis, y no tuvo incidencia en su conducta de la noche de autos.
Defensa
La defensa ha considerado esa alteración leve suficiente para pedir la atenuante por trastorno mental, ha recordado que ha pagado ya 6.000 euros para indemnizar a la familia y ha pedido que se valore el reconocimiento de los hechos.
La Fiscalía ha pedido para ella 4 años por un delito de detención ilegal durante un periodo inferior a 72 horas. Ha destacado que la acusada planificó el rapto y que no se entregó hasta que ya había sido identificada, pero acepta la atenuante psicológica.
La acusación particular pide además que se tenga en cuenta la vulnerabilidad del recién nacido y que fue abandonado. "Lo dejó en un felpudo y se marchó" sin asegurarse de que estuviese a salvo, y le ha censurado que ha preferido pagar un abogado privado antes que abonar los 12.000 euros de reparación del daño a la familia, para finalmente pedir una condena de 7 años y una orden de alejamiento de la familia.
El juicio ha terminado y el tribunal presidido por la magistrada Reyes Goegana deberá emitir sentencia