"No es una pataleta. Hemos mejorado, pero las cosas se siguen haciendo mal": radiografía de las mujeres futbolistas de Bizkaia

Desde la primera lista de convocadas de la nueva seleccionadora española, Montsé Tomé, hasta la convocatoria extra para suplir las marchas de Mapi León y Patri Guijarro transcurrieron 48 horas. Unos días que han vuelto a ser convulsos en torno al fútbol femenino español. La convocatoria de Tomé, que aseguraba haber hablado con las futbolistas cuando no fue así, provocó la indignación del grupo, que recordó el lunes por la noche mediante un comunicado su decisión tras el «caso Rubiales» de no ser convocadas hasta no ver cambios en el organigrama de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Todas las campeonas del mundo -salvo Athenea del Castillo- se mantenían firmes en su decisión de no volver a ser citadas como internacionales hasta que no hubiera cambios profundos en la federación. Es más, las jugadoras, entre las que se encuentra la bizkaina Oihane Hernández, nombraron una serie de departamentos donde debía producirse el cambio de rumbo. Aún así, todas ellas tuvieron que acudir a la concentración de Valencia. Una vez todas las futbolistas estaban en Oliva comenzó una larga reunión con el presidente del CSD, Víctor Francos, que se alargó hasta las cinco de la mañana y que, según contó el propio Francos en la puerta del hotel, “hemos tenido diversas reuniones con las jugadoras que han sido muy cordiales, en las que ha habido un tono absolutamente amable y voluntad constructiva en todo momento”. Ahora todas las futbolistas convocadas, a excepción de Mapi León, que ha sido sustituida por Claudia Florentino (Valencia CF), y Patri Guijarro, en cuyo lugar ha sido llamada la exrojiblanca Maite Oroz (Real Madrid), decidieron quedarse, aunque está por ver cómo es la relación con Tomé y el cuerpo técnico, en el que permanecen cuatro personas que formaban parte del equipo de Vilda. De momento, la selección española juega este viernes en Suecia su primer partido de la Liga de Naciones. Es una de las porteras del Athletic; de momento, la que ha comenzado la temporada como titular. La hondarribitarra ha sido dos veces internacional con la selección española absoluta. Llegó a estar en alguna lista del exseleccionador Jorge Vilda antes del Mundial 2023, pero no entró después en la lista definitiva. Sí participó en la Eurocopa de 2017, en aquel entonces defendía los colores de la Real Sociedad. Esta temporada cumple su tercera campaña como leona. Al primer equipo txuriurdin llegó en 2014, con apenas 18 años. Y recuerda cómo era entonces su vida de futbolista: «Se entrenaba por las tardes. En la Real teníamos suerte de que no era muy tarde, sobre las seis y media o siete, y nos permitía también ir a la Universidad durante la mañana. Había compañeras que, además, trabajaban. Afortunadamente hoy no hay ninguna jugadora en el Athletic que trabaje en otro lugar. Nos dedicamos exclusivamente a entrenar, prepararnos y estar el fin de semana a la altura de lo que requiere la primera división femenina», relata. Es la actual coordinadora del Peña Athletic (Santurtzi), uno de los clubes que más tiempo lleva trabajando la cantera del fútbol femenino. Conoció la élite al ser jugadora del primer equipo del Athletic. Participó en seis partidos en la temporada 2002-2003, ganando aquella temporada la Liga a las órdenes de Iñigo Juaristi. Arantza había militado antes en equipos claves en el crecimiento del fútbol femenino como el Sondika o la SD Leioa. Para la futbolista, el camino recorrido hasta hoy es inmenso. «Yo he jugado en barro», reconoce. Ahora, como entrenadora, señala que «hay niñas que tienen quince ahora ahora y que ya llevan muchos años jugando. Se nota que la mejora que consiguen es increíble». Con 35 años, la jugadora del San Inazio sigue con ganas de seguir jugando al fútbol, un deporte que empezó a practicar cuando tenía solo seis. «Empecé jugando con chicos porque no había fútbol femenino, apenas había chicas que jugaran. Hasta los once seguí con ellos pero, a partir de ahí, tuve que dejarlo», recuerda. Comenzó ahí un parón de cuatro años en los que únicamente pudo practicar fútbol sala. Ahora, como futbolista, tiene claro que los cambios que reclaman las mundialistas no son «una pataleta». La clave, según Ziortza, es que «ellas son las que están en la mejor situación posible. Son las que tienen que quejarse y lo están haciendo bien. El resto no tenemos tantos recursos».

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Sondeamos en qué punto se encuentran los equipos femeninos del territorio, tanto profesionales como de fútbol aficionado

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