José Ibarrola: "Creo que mi padre estaría muy contento por cómo ha quedado todo"
Bizkaia culmina la migración de El Bosque de Oma y abre la obra de Agustín Ibarrola al público

En Kortezubi, cerca del original, el Bosque de Oma se abre al público. Es la obra al completo, es decir, 34 conjuntos artísticos y más de 800 árboles pintados. Cuenta, además, con un recorrido artístico de más de un kilómetro.

"El traslado de El Bosque de Oma a su nueva ubicación ha sido un logro respaldado por un equipo de personas expertas en arte contemporáneo y forestal. El resultado es un Bosque de Oma más sostenible, más completo y fiel a la idea originaria de Agustín Ibarrola, con dimensiones ampliadas y la recuperación de conjuntos previamente perdidos", dice así el comunicado publicado por la Diputación Foral de Bizkaia.


El proyecto de migración de el Bosque de Oma
La plantación de pinos sobre la que se erigía la obra artística de El Bosque de Oma en su ubicación original, databa de finales del año 1960, por lo que, a comienzos del siglo XXI, próximo al final de su ciclo vital, el estado del bosque se vio agravado debido sobre todo a la enfermedad de la "banda marrón". La caída de varios ejemplares del bosque provocó su cierre por cuestiones de seguridad en 2018. Tras el análisis de varias alternativas la Diputación Foral de Bizkaia convocó a un grupo de expertos del ámbito cultural de reconocido prestigio, así como especialistas en arte contemporáneo, y más concretamente en la obra de El Bosque de Oma, y en materias forestales tanto de la Universidad del País Vasco como de la Diputación Foral de Bizkaia. Y la decisión de esta comisión fue que la mejor de las opciones para dar continuidad a la obra de Ibarrola era trasladar la obra de El Bosque de Oma a otro espacio que tuviera unas características comunes a las parcelas que acogían al bosque actual.
"Ha sido un proceso bastante complejo por eso hemos tenido que recurrir a un equipo multidisciplinar, pero yo creo que ha sido una experiencia muy positiva. Porque de alguna forma estamos hablando de arte contemporáneo; este es un arte que se basa en las ideas y yo creo que es uno de los grandes méritos que nos podemos atribuir. Creo sinceramente que hemos recuperado todos los conceptos, ideas, sugerencias y preguntas que en algún momento Agustín Ibarrola se hizo y plasmó en el bosque originario", comenta Ferando Baceta, director del equipo multidisciplinar del nuevo Bosque de Oma.
El artista, Agustín Ibarrola
Agustín Ibarrola nace en Bilbao en 1930. La implicación social y denuncia política del artista es una constante en su trayectoria artística y vital. Y el arte público realizado a la intemperie se convierte en el recurso perfecto para la presentación de la cultura colectiva y los sentimientos grupales. Estas características quedan reflejadas en El Bosque de Oma que comenzó a pintar en 1982. De este modo, sus figuras representan no solo una situación social, sino la luz atrapada en el bosque, los ojos de nuestros antepasados, el rayo enredado entre los árboles...
"Creo que mi padre estaría muy contento por cómo ha quedado todo. No solo se ha restructurado todo en su justa medida, es que también se han recuperado tres conjuntos que habían desaparecido en talas un poco salvajes y esto es muy importante porque ahora sí que está el bosque completo", nos dice José Ibarrola, hijo del artista.




