Familiares de gudaris exhumados en el cementerio de Begoña: "Esos huesitos son una alegría"
Gogora ha identificado a siete milicianos y gudaris cuyos restos aparecieron en la fosa común más grande de Euskadi
Familiares de gudaris exhumados en el cementerio de Begoña: "Esos huesitos son una alegría"
bilbao
En Sestao, en el panteón familiar, descansan ya los restos de Félix Rodríguez Arana. Los recibió muy emocionada su hija Mariví Rodríguez en la sede de Gogora, el Instituto vasco de la Memoria. "Queremos poner en valor que jóvenes gudaris y milicianos dieron su vida en Artxanda para ganar tiempo y hacer posible la evacuación de la población de Bilbao hacia Cantabria fuera posible", señaló en el acto la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa.
'En Hoy por Hoy Bilbao Bizkaia' ha contado cómo decidió donar el ADN cuando vio en televisión que habían empezado las exhumaciones en el cementerio de Begoña. Tiempo después recibió la llamada, "pensé que era una multa", "me quedé sin habla" cuando le comunicaron que habían localizado los restos de su aita, Felix Rodríguez Arana, a quien no llegó a conocer, y de quien poco sabe. "Yo no sabía que era afiliado de la UGT, solo que era un miliciano que dio la vida por Euskadi, no sé más. Sé lo que me han contado ahora".
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Después de 86 años Mariví ha conseguido, por fin, darle sepultura. "Me he quedado asustada de las cosas que han encontrado: tenía unas monedas de plata en algún bolsillo, monedas del Gobierno vasco, alguna peseta, la hebilla del cinturón...", ha recordado emocionada.
Una historia similar ha vivido meses atrás Fernanda Lahera. Su ama estaba embarazada cuando desapareció su aita, también luchando en la batalla de Artxanda. "Es una alegría recuperar sus restos. Yo subía mucho a misa a Begoña y veía el cementerio abandonado... y mira dónde estaba mi padre". Fernanda ha reivindicado la memoria de aquellos "héroes" que defendieron a la población civil, "lucharon por defender a Euskadi, aunque algunos no les quería sacar de la cuneta, seguro que habrán salvado a alguno de ellos también". Fernanda conserva junto a su mesilla de noche las cenizas, "porque ya ha pasado demasiado tiempo bajo tierra".
En la familia Gauna no quedan parientes cercanos vivos, es la "pena" que tiene uno de sus sobrinos, Jose Ángel, que es quien donó el ADN para conseguir identificarle. "Mi tío Luis era un joven de 24 años que defendió Bilbao para parar el avance franquista, y no volvió nunca más. Se comunicó a la familia que no estaba, que se había ido a Sudamérica. Luego un conocido contó lo que ocurrió de verdad". Vivió la entrega de los restos de su tío como un alivio, "acabó ese sufrimiento de no saber a dónde llevar un ramo de flores. Esos huesitos son una alegría".
Son tres historias. En total se ha podido reconstruir el pasado de otros siete gudaris y milicianos que lucharon en la batalla de Artxanda y que fueron enterrados en el cementerio de Begoña. En el marco del proyecto "Begoñako Argia", que ha subvencionado el Ayuntamiento de Bilbao de la mano de la sociedad de ciencias Aranzadi, han aparecido 46 cuerpos de la Guerra Civil, se ha calificado como la fosa común más grande en Euskadi. Unos desenterramientos que no acabaron ahí. Se localizaron también fosas de la época Carlista. Las exhumaciones superaron las 4.700, cinco veces más de lo esperado.