El Hospital San Juan de Dios de Santurtzi cumple su centenario: "Sin la concertación pública este hospital no podría seguir cien años más"
El centro, referencia en paliativos en Bizkaia, conmemora su centenario en responder al envejecimiento de la población
El dolor y la filosofía de San Juan de Dios, un hospital centenario en Bizkaia
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De sus orígenes como 'Hogar y Clínica' en 1924 a 'Hospital San Juan de Dios de Santurtzi'. Un recorrido de cien años que comienzan a recordar tanto a los impulsores, dos ilustres vizcaínos nacidos en Berango, los hermanos Pedro y Domingo de Aguirre y Basagoiti, hasta a los miles de profesionales y pacientes que han pasado por lo que es ya una institución, referente en los cuidados paliativos.
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En Hoy por Hoy Bilbao Bizkaia hemos querido recorrer los hitos de esta historia que comienza gracias a los los hermanos Pedro y Domingo de Aguirre y Basagoiti. Indianos que triunfaron en América y que al regresar a casa, antes de su muerte, en 1907, encargaron a su sobrino, Pedro de Icaza y Aguirre, la actuación en tres sectores que en el País Vasco: el sector primario, la economía y la salud. De ahí, con el fin de cumplir la voluntad de sus tíos, Pedro de Icaza y Aguirre decidió constituir tres fundaciones: la Fundación Agrícola Aguirre, la Fundación Vizcaína Aguirre y la Fundación Benéfica Aguirre.
Su descendiente directa, Fuensanta de Icaza, hoy presidenta de la Fundación Benéfica Aguirre, recuerda en la entrevista que aquí pueden recuperar " a mi padre, sin duda él fue quien me inculcó la responsabilidad hacia una labor que debe continuar". Junto a ella, en los estudios de Radio Bilbao, el Hermano Mariano Bernabé, superior de la Comunidad de Hermanos de San Juan de Dios en este Hospital.
Hace seis años recaló en Bizkaia, venía "y ver ese Abra abierto desde los ventanales de nuestra sala de grandes dependientes, me dio una idea de la prioridad de este centro". Bernabé cede la palabra en los asuntos de gerencia de hacia dónde va el centro a Vicente Fernández Zurita, el director del Hospital. "El siguiente paso es concertar servicios de atención intermedia". Es decir, atender a quienes aún no son dependientes pero sí necesitan ayuda cuando aparecen dificultades, enfermedades. Ambos confirman que sin concertación pública no se puede subsistir.
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Del siglo XX al XXI
El Hospital San Juan de Dios de Santurtzi ha conseguido entrar en el Siglo XXI como centro médico-quirúrgico sin ánimo de lucro. Realiza una variada actividad de consultas, diagnóstica, quirúrgica y de hospitalización. Su origen religioso impregna su ideario de objetivos que marcan que la atención de debe ser "cercana e integral desde el diagnóstico, tratamiento, cuidado y rehabilitación al paciente, tanto agudo como crónico, en fases avanzadas de su enfermedad y al final de la vida". Presta servicios sanitarios, mayoritariamente, a la población de su área de influencia (Margen Izquierda, Margen Derecha, Zona Minera y Gran Bilbao) a través de los acuerdos con el departamento de Salud del Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Bizkaia, compañías aseguradoras y mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y, del mismo modo, al paciente privado.
Se conoce su área de Cirugía Ortopédica y Traumatología pero la joya de la corona es la Unidad de Cuidados Paliativos. Desde 1993 es referente en todo el país y en Euskadi. Diez años después, en el año 2003, el Hospital puso en marcha los cuidados paliativos domiciliarios. Según sus responsables, "el éxito y liderazgo de los profesionales de esta unidad, referencia en toda España, favoreció la confianza del departamento de Salud para abrir en el centro su Unidad de Cuidados Paliativos de las Organizaciones Sanitarias Integradas Ezkerraldea Enkarterri Cruces y Barakaldo-Sestao, que fue inaugurada por el lehendakari Iñigo Urkullu el 14 de diciembre de 2016".
Poco antes de la constitución de esta última, un hermano de San Juan de Dios que se había desplazado a Bizkaia para pedir limosna con el fin de atender a los niños que la Orden Hospitalaria cuidaba en
Un poco de historia
En 1915 se puso la primera piedra del edificio, cuyo diseño se encomendó a dos arquitectos vizcaínos, José María Basterra y Emiliano Amann. De manera paulatina, fueron llegando a las obras, que se iban finalizando de manera sucesiva, los primeros Hermanos de San Juan de Dios, en virtud del convenio celebrado entre la Fundación y la Orden en 1920.
Una vez acabadas las obras, el Hogar y Clínica de San Juan de Dios de Santurtzi se inauguró el 24 de octubre de 1924, con la presencia de las principales autoridades civiles y religiosas. De este modo, los Hermanos de San Juan de Dios quedaron encargados de la organización y funcionamiento de un Hogar para niños «pobres, lisiados y tullidos», así como una Clínica Quirúrgica y Ortopédica para la cirugía de este tipo de enfermedades y de un Taller Ortopédico complementario. La atención de los niños, enteramente gratuita por ir a costa del legado fundacional, comprendía, además de los cuidados médicos, la enseñanza escolar y la educación religiosa. En un principio, fueron cincuenta las plazas internas establecidas
Los Hermanos de San Juan de Dios desempeñaban diversos cometidos con enorme eficacia debido a la gran experiencia de la Orden Hospitalaria en todo el complejo de servicios que eran necesarios. En estos primeros años, los tratamientos médico-quirúrgicos como los planes de rehabilitación fisioterapéutica fueron dirigidos desde el principio por el prestigioso doctor Manuel Salaverri, ayudado de su equipo. También es destacable, por su labor profesional y vinculación al centro, la figura del doctor Bruno Alegría Corral. Durante estas primeras décadas, ni siquiera en los años de asaltos e incendios de centros religiosos en otras zonas durante los años treinta del siglo XX, el Hogar y Clínica de San Juan de Dios vio alteradas significativamente sus normales labores.
La Guerra Civil
La Guerra Civil afectó en varios aspectos al funcionamiento del Hogar y Clínica, aunque siguió viéndose libre de desmanes y violencias. El centro se convirtió en un Hospital de Sangre, llegando a instalarse, a tal fin, hasta
150 camas a disposición de ambos bandos contendientes, atendidos por personal de la Fundación y de la Orden. También sirvió el centro como lugar de asilo y refugio para ciudadanos y familias en busca de protección. Durante todo este periodo convulso, por supuesto, se siguió atendiendo a los niños.
Debido a la escasez existente en la posguerra, el Hogar y Clínica aprovechó todos sus terrenos, incluidos los campos de juego, para plantar legumbres y hortalizas y criar aves de corral con las que cubrir las necesidades. Desde otros centros de la Orden Hospitalaria en América, se recibió ayuda para cubrir las carencias. El 24 de enero de 1942 falleció Pedro de Icaza y Aguirre, tras lo que se procedió a la constitución del Patronato de la Fundación Benéfica Aguirre. Los efectos del fin de la II Guerra Mundial se dejaron notar de manera muy significativa. Tanto el Patronato como el Superior del Hogar y Clínica trabajaron afanosamente hasta que en los años cincuenta se consiguieron estabilizar los precios de los alimentos y artículos de primera necesidad y el abastecimiento de los mismos.
Se vivieron momentos realmente críticos debido a la devaluación de la moneda, en relación con el legado fundacional. A estas dificultades se respondió con más brío en el recurso a la postulación, que dio muy buenos resultados gracias a la solidaridad bilbaínos y vizcaínos por el centro de Santurtzi y por la excelente organización de este empeño por parte del Hno. Pablo de la Cruz Cañas.
De Hogar a Hospital
En noviembre de 1968 y bajo la dirección del Patronato presidido por Pedro de Icaza y Gangoiti, se produjo una gran reconversión del centro: de Hogar y Clínica pasó a ser Clínica General, hoy, Hospital. La razón estribaba en el desarrollo registrado durante los años sesenta del siglo XX y, muy especialmente, en el avance sanitario e higiénico constatado en la sociedad, que había reducido en gran medida muchos de los problemas que, como la poliomielitis, habían ocupado los objetivos de la Fundación. Además, los ministerios de Trabajo y Previsión Social, a través del Seguro Obligatorio de Enfermedad, garantizaban la asistencia médico-quirúrgica en sus hospitales a las clases trabajadoras.
De este modo, se optó por el establecimiento de una Clínica General, sin ánimo de lucro, abierta a todos los médicos y cirujanos, y enfermos, en general, aunque siempre, conservando el espíritu fundacional de atender a niños lisiados y sin recursos, que todavía existían. El coste corrió por cuenta de la Fundación y las obras corrieron a cargo del arquitecto Juan de Amesti.
El traspaso de competencias
El traspaso de competencias sanitarias a Euskadi, el año 1990, y como consecuencia de la creación, por parte del departamento de Salud del Gobierno Vasco, de Osakidetza-Servicio Vasco de salud, se diseñó el Mapa Sanitario de la Comunidad Autónoma Vasca, en el que se incluyó a la entonces Clínica San Juan de Dios de Santurce como hospital comarcal para dar cobertura sanitaria a los municipios de Santurtzi, Portugalete y Zona Minera. A pesar de la firma de un contrato, el 12 de enero de 1990, cambios sobrevenidos en el departamento de Salud dejaron en suspenso la puesta en marcha de este proyecto. Esto propició una profunda reflexión estratégica hasta que en el año 1999 se dio paso a un Plan de Inversiones que, durante los siguientes diez años aproximadamente, invertiría más de 25 millones de euros en actualizar las infraestructuras y equipamientos para proporcionar una atención sanitaria y sociosanitaria de vanguardia, adaptada a las necesidades actuales y futuras de la población de su área de influencia.