Hasta Nico Williams sufre la locura desatada en Bilbao con la final de Copa del Athletic: "Gente que no conozco de nada me ha pedido entradas"

Bilbao

"Tenemos un final de temporada muy bonito". Es el primer mensaje que se le viene a la mente a Nico Williams cuando piensa en los dos meses que restan para poner punto final a la campaña 2023/24. Como a él le ocurre a toda la afición del Athletic, que tiene muchas esperanzas depositadas en un equipo que está firmando una campaña casi perfecta. Está a un partido de volver a levantar un título de Copa, algo que no se vive en Bilbao desde hace 40 años. Está a nueve jornadas de regresar a la Champions League, casi diez años después de su última experiencia en la máxima competición continental.

Lo que seguramente Nico no comparte con la mayoría de athleticzales es su felicidad al recibir una llamada más de Luis de la Fuente. En contraste con el miedo a que algún internacional se lesione durante la concentración con España, el menor de los Williams expresa lo que supone algo así para un futbolista: "Nosotros estamos contentos de estar con la selección, es bueno para el club y para nosotros venir aquí y aprender, así nos hacemos mejores jugadores", dice.

¿Eurocopa y JJOO en verano?

Medio en broma, medio en serio, Iñigo Markinez le sugiere que no olvide que se trata de dos partidos amistosos. "No hace falta meter la pierna", le dice. "Yo tengo que jugar fuerte. Si no, el míster no me va a poner", responde con una sonrisa el menor de los Williams. "Hay que ganarse el sitio en la Eurocopa", desliza Manu Carreño. "Claro, claro", reconoce el jugador.

Y es que, pese a que los clubes temen que el caso de Pedri, lesionado de manera constante desde su doblete hace dos veranos, los futbolistas quieren vivir la experiencia de la Eurocopa. Y, por qué no, también la de los JJOO de París. "Es bonito jugar ambas cosas, pero no depende de mí. Yo trabajaré para jugarlo todo. "Yo, de momento, no he hablado ni con mi club ni con la Federación. Lo tengo en mente, pero es algo que está en el futuro. Cuando me digan una cosa u otra, tomaré la decisión", reconoce Nico.

Prohibido hablar de la gabarra

De cara a la final de Copa del próximo 6 de abril, Nico lanza un mensaje de calma a todos aquellos que dan por hecho que el Athletic es el gran favorito a ganar el título: "La gente parece que lo toma por un equipo de regional, pero están haciendo las cosas muy bien. Va a ser un partido duro y yo lo veo al 50% para cada uno. Ojalá nos la llevemos, pero habrá que trabajar mucho", afirma.

E insiste en la trayectoria de los de Javier Aguirre: "Es un equipo que ha eliminado a la Real y al Girona. Creen que es moco de pavo, dicen que va a ser una final fácil, pero yo no lo veo así", añade. En cuanto a la gabarra, no quiere ni hablar de ella: "No me gusta hablar de esas cosas. Soy muy precavido. Hay que tener tranquilidad. Tenemos un partido muy difícil contra el Mallorca", reitera.

Locura por estar en La Cartuja

Lo que nadie puede negar, tampoco el extremo rojiblanco, es la enorme ilusión generada en Bilbao por la final de esta edición de la Copa. Él mismo lo ha sufrido: "Hasta gente que no conozco de nada me ha pedido entradas", reconoce. Y aclara que "tenemos un número limitado. Hay que elegir bien a las personas que quieres que vayan contigo, a apoyarte y animarte. Yo he dado a mi familia y a mis amigos".

Aunque el objetivo de este Athletic no se agota en lo que ocurra el 6 de abril. Después quedarán ocho partidos de Liga en los que el equipo buscará regresar a Europa. "Hay que ir a por las dos cosas. El club se lo merece. Llevamos años quedándonos a las puertas de Europa y al final, que se te resista, te merma mentalmente", sostiene Nico.

La bronca con Iñaki

Además, Nico ha explicado la imagen que se hizo viral tras el derbi ante el Alavés del pasado fin de semana. Se le vio discutiendo con su hermano Iñaki sobre el césped de San Mamés, gesticulando y negando constantemente con la cabeza. "Es una acción que yo tengo en banda, en la que yo decido chutar. [Iñaki] me dice que soy un 'fumao' y que se la tengo que pasar. Son cosas de hermanos que se quedan en el campo", relata Nico sonriendo.

"Estuvimos como una hora discutiendo en el vestuario, pero luego llegamos a casa e hicimos las paces", añade. Y, claro, "lo peor es que yo soy el pequeño, así que tengo que callarme", dice el jugador. ¿Quién es más chupón? A esta pregunta no sabe qué responder Nico: "No sabría qué decir, creo que ambos. Cada vez que tenemos opción, tiramos", termina afirmando.