"Un bretzel, por favor": ¿Y le gustará a Markinez el bretzel?
Iñigo Markinez nos remite cartas desde la Euro 2024 en las que se compromete a no hablar de fútbol. Desde Leipzig, sede del centro de prensa del Campeonato de Europa, el balón deja de ser protagonista
El brezel. Ese pan, por llamarlo de alguna manera, tan popular aquí en Alemania. El brezel, ese bollo, por llamarlo de alguna forma, con forma retorcida en forma de lazo que lo comen aquí a todas horas, pero sobre todo en el desayuno. El brezel, eso que lo probamos todos y que no repetimos casi nadie.
El nombre deriva del latín brazellus, que se traduce como brazo pequeño, y es que el pan de marras simula a dos brazos entrelazados. Parece que proviene de Baviera, y está elaborado con harina de trigo, levadura, leche y mantequilla. La masa se sumerge en bicarbonato de sodio antes de hornearla y añadir sal. Algunos también le añaden canela o vainilla, huevo o ralladura de limón. Existen de dos categorías, los de galleta y los de pan blando.
Se come en Alemania, se devora en Suiza, en Austria, en algunas zonas de Francia como Alsacia e, incluso, en Estados Unidos. Y sabéis por qué, pues porque en estos lugares no tienen ni repajolera idea de lo que es un pan de pueblo o con harina de espelta con el que mojar en una salsa de caracoles a la bizkaina o con el que comerse un bokata de chistorra. Pues eso, que sigan comienzo su brezel. Y que les aproveche.