Bodegueros de Rioja Alavesa denuncian que el 80% de la uva se va a vender por debajo del precio de producción

Vitoria-Gasteiz

Este próximo fin de semana se dará inicio a la vendimia, si las condiciones meteorológicas lo permiten, ya que se espera lluvia los próximos días. Una vendimia que este año ha vuelto a sus fechas habituales, marcada por una meteorología benévola sin demasiado calor, que ha llevado a un buen crecimiento y engorde de las uvas. De hecho, por las lluvias de las últimas semanas, Jesús Bauza, miembro del comité ejecutivo de UAGA y vocal del consejo regulador de la DOCa Rioja nos contaba como "todo hace indicar que se van a superar los 254 millones de litros de vino que se estimaban, ya que las uvas van a absorber ese exceso de agua aumentando su tamaño un 15%". Cabe destacar que ahora mismo el rendimiento máximo de un viñedo debe ser de 5.850 kilos por hectárea y "en algunas comarcas de Rioja Alavesa se van a superar seguro".

Al margen de la meteorología, la principal preocupación de viticultores y bodegueros pasa por la compra-venta del precio de la uva, que nunca debe ser menor a los costes de producción, como así marca la ley de cadena alimentaria. Sin embargo, Bauza nos ha contado que, en la campaña que se va a iniciar este próximo fin de semana, "de acuerdo a los costos que conocemos, el 80% de las operaciones que se van a hacer van a estar fuera de la ley, un año más se vende por debajo de precio de producción". De hecho, nos indicaba como algunas bodegas ya han marcado que "el precio máximo al que van a comprar las uvas son 60 céntimos, así que como siempre los que vamos a tener que cubrir esos costes y ajustar los precios vamos a tener que ser los trabajadores de las viñas, y va a llegar un momento en el que algunos agricultores van a optar por arrancar las vides y poner otros cultivos que salgan rentables".

Joseba Casado, bodeguero y dueño de 'Viñedos rebeldes' iba un paso más allá y marcaba que "hay que poner soluciones ya, no podemos esperar a que se regularice todo de una manera natural o que el relevo generacional nos lleve a que se pierdan las viñas". Además, apuntaba a que "ahora estoy poniendo dinero de mi bolsillo para que se lo lleve otro, porque a mí un kilo de uva me cuesta entre 75 y 80 céntimos, sin contar mano de obra, materiales, etc. Al final va a desaparecer la especialización de toda esa gente que podía vivir bien cultivando esas 9 o 10 hectáreas, y posiblemente tenga que volver a trabajar en las fábricas y los fines de semana dedicarse a cuidar sus tierras".

Etiqueta diferenciadora

Una de las claves para la convivencia de pequeñas y grandes bodegas debe pasar por "la simplificación burocrática, porque ahora mismo nos están exigiendo la misma carga burocrática para una bodega de 20.000 botellas que para una de 2 millones de botellas, y en el caso de las bodegas familiares somos los mismos que recogemos la uva en el campo, los que elaboramos el vino y hacemos las labores de comercialización, por lo que entendemos que la carga no debería ser la misma", ha indicado Bauza, ante la necesidad de buscar soluciones a una crisis del sector que ha pasado de ser coyuntural a estructural por la caída de las ventas de vino, sobre todo tinto.

Mientras, desde la asociación ABRA ya marcaron, la semana pasada, el camino que quieren seguir con la necesidad de una diferenciación dentro de la comarca de Rioja, que lleve a que aparezca en el etiquetado las características diferenciadoras de la tierra, el tipo de uva, etc. Jesús Casado marca que esta debe ser la línea a seguir "incluyendo en la etiqueta un código QR que explique la historia de la bodega y especificidades de la comarca donde se elabora, ya que el consumidor lo que busca es saber si está comprando a una gran bodega o a una bodega familiar".