El Último Lunes de Gernika pone de manifiesto los desafíos del sector agroganadero

Bilbao

Desde hace siglos, el Último Lunes de Gernika ha sido un punto de encuentro para los habitantes de la comarca y un reflejo de su vida agrícola, ganadera, y por lo tanto, comercial. Se dice que sus orígenes se remontan a la fundación de la villa gernikesa, convirtiéndola en una de las citas para el primer sector más antiguas del norte. Desde entonces, es la primera vez que además de fiesta el sector acude a esta cita con un nuevo plan desarrollado por la Diputación Foral de Bizkaia, Plan Suspertze.

Tras tres meses de negociación entre la administración y los sindicatos del sector, el plan establece 14 medidas y casi 5 millones de euros para casi 12.000 explotaciones agrícola-ganaderas de Bizkaia. Un plan que pretende responder a las necesidades del sector agrícola y ganadero abarcando la mejora de la base territorial, la minimización del abandono forestal, la gestión de montes de utilidad pública, un plan de quemas controladas y la reducción de las tarifas de agua en un 50%. Otro de los puntos de este plan es el fomento del relevo generacional en un sector donde la media de edad de las y los agricultores es de 49 años. Por eso, incluye la creación de un banco de explotaciones que facilite la transición entre generaciones y un plan integral de relevo que fomente el emprendimiento. "Es un hecho preocupante. De ahí el plan que hemos hecho para monitorizar a aquellas personas que sabemos que en breve van a dejar sus explotaciones. En Bizkaia tenemos explotaciones muy buenas por eso hay que tener monitorizadas a aquellas personas que van a jubilarse. También vamos a tratar de atraer talento a este sector, esto va a ser fundamental", ha explicado Elixabete Etxanobe, diputada general de Bizkaia, en 'Hoy por Hoy Bilbao-Bizkaia'.

Cambio climático

Sin embargo, si los agroganaderos bien valoran los esfuerzos de las instituciones, consideran que las soluciones propuestas no abordan los desafíos más acuciantes que enfrenta el sector. Nerea Irazabal, responsable de una explotación ecológica, ha sido especialmente crítica: "Los planes están muy bien, pero la realidad es muy distinta. Necesitamos medidas urgentes para hacer frente a los desafíos climáticos y garantizar la supervivencia de nuestros cultivos". Por su parte, Iñigo Bilbao, representante del sindicato ENBA, ha subrayado la importancia de un diálogo constante entre las instituciones y el sector: "Valoramos la apertura de canales de comunicación, pero es fundamental que las medidas que se adopten estén basadas en las necesidades reales de los productores".