"Cuando la información se convierte en entretenimiento, el rigor te da lo mismo. Lo que quieres es pasártelo bien" 

Vitoria-Gasteiz

"Desde que entré, de las cosas que más he hecho es desmentir bulos. Todos los días hay un bulo sobre las ayudas, sobre si se va a pagar una determinada obra o no, sobre quién paga la obra, sobre los niveles de ejecución...". Zulima Pérez, la comisionada especial para la reconstrucción y reparación de los daños ocasionados por la Dana pronunció estas palabras en el Cumbre mundial de Gobierno abierto de Vitoria y nos ha llevado a preguntarnos en 'La ventana Euskadi' cómo se desmienten los bulos.

Virginia Knörr, CEO de VK Comunicación, y Antonio Cornadó, CEO de Cornadó & Asociados, son miembros de DIRCOM norte, la asociación de Directivos de Comunicación. Los dos llevan décadas asesorando a instituciones y empresas y enfrentándose a los bulos. "El bulo ha existido toda la vida", dice Virginia, "lo que pasa es que ahora ha tomado una dimensión mundial porque hay unos canales por los que tú puedes soltar cualquier cosa". Antonio asiente: "El bulo es la mentira de siempre, el intentar colar una información falsa, dudosa, tergiversada, exagerada. Lo que nos encontramos hoy es que Internet multiplica por infinito lo que tenemos delante; y la proliferación enorme de lo que podemos llamar fuentes informativas, que no siempre son periodistas.

Cornadó habla de "cuñadismo informativo" para referirse al conocido como periodismo ciudadano, "que es un tío con un teléfono móvil que va contando cosas que ocurren a su alrededor". "Antes había periodistas, ahora tenemos bloggers, tiktokers, influencers, que están usurpando, entre comillas, la función de los informadores".

Para Knörr, los receptores de la información también somos responsables de lo que ocurre, porque "la información, más que un elemento de conocimiento, de análisis, de crítica, de reflexión, se ha convertido en un pasatiempo. Miramos las cosas rápidamente porque nos entretienen y si la información se convierte en entretenimiento solo, es búsqueda de placer y el rigor te da lo mismo, lo que quieres es pasártelo bien".

El pez mutante en Garoña

Los dos periodistas se han tenido que enfrentar a muchos bulos en su trabajo. "Yo me he hecho famoso contando la historia del pez mutante", recuerda Cornadó de cuando era el jefe de prensa de la central nuclear de Garoña. En 2002, un grupo ecologista dio una rueda de prensa asegurando que había aparecido un pez mutante cerca de la central nuclear. Acabaron reconociendo que lo habían inventado para llamar la atención. "Todo el mundo les creyó porque la fuente parecía creíble y costó muchísimo desmentir", cuenta.

Knörr cuenta que "muchas veces son intencionados contra alguien en concreto. Hay veces que es porque la gente no se sabe estar callada cuando le preguntan por algo y se lo inventa. Y luego hay gente simplemente que quiere chinchar a alguien o meterse con alguien, sobre todo en temas de empresa. Si estás en un concurso, en una licitación...estas cosas también se utilizan".

¿Qué se hace en esos casos? ¿Se deja pasar el bulo? ¿Se desmiente? "Depende", dice Virginia. "Hay bulos que tú les haces mayores cuando te metes con ellos y eso es lo que van buscando", explica, "pero si ya estamos hablando que lo ha reposteado alguien que tiene miles de seguidores o que es alguien que impacta directamente en tu actividad, lo tienes que medir".

"El daño ya está hecho"

Para Antonio, "cuando tú te encuentras con algo de eso, hay que ser consciente de que el daño ya está hecho. Puedes amortiguar el daño, minimizarlo, recuperarlo, pero el daño ya está hecho". Aconseja dar una respuesta rápida, que no precipitada; ser proactivo; ser transparente, en el sentido de no contar mentiras; y apelar a la profesionalidad de periodistas de confianza. "En el caso del pez mutante, al final, le pedí a un medio de confianza que averiguase la verdad y la averiguó, que era un montaje. La respuesta vino de los propios medios de comunicación, que se sintieron engañados y reaccionaron de una forma profesional", recuerda.

Knörr es de la misma opinión. "Nosotros no tenemos que olvidar el principio básico, que es el rigor. Tú te juegas tu credibilidad todos los días y si la tienes, es porque tienes rigor. El contrastar, que se ha olvidado muchas veces, el llamar, etc. Recuperar eso que nos hace fuertes y útiles. Cuando la gente dice que el periodismo está de capa caída, yo creo que los periodistas, entendiéndolos como los profesionales que contrastan, rigurosos, formados, comprometidos con su profesión, son más necesarios que nunca".

Cornadó añade que "necesitamos también que las condiciones en las que trabajan los periodistas sean dignas, porque si no tienen condiciones dignas, son vulnerables". Asimismo, opina que también los medios "deben ser sanos, que no sean débiles, en lo editorial y en lo financiero, porque así aseguramos su independencia".