La Policía Nacional recupera un cáliz de plata del siglo XVIII sustraído un convento cacereño en 2016

Cáceres

Agentes pertenecientes a la Jefatura Superior de La Rioja han recuperado un cáliz de plata , con un peso de 866 gramos, del siglo XVIII y  con alto valor histórico artístico que fue sustraído del Convento del Cristo de la Victoria de Serradilla  hace siete años.

El suceso, según recuerda la Policía Nacional, tuvo lugar en el transcurso de una jornada de puertas abiertas que organizaron las monjas para conmemorar el 375 aniversario de la llegada del Cristo a Serradilla. Allí se abrió el Convento al público y se expusieron diversos objetos para poder ser contemplados siendo sustraído el cáliz en un descuido.

Tras varios años sin conocer su paradero, el cáliz fue vendido en un establecimiento de compra venta de oro de Logroño en febrero de 2022 por una mujer de 47 años, vecina de la localidad de Albelda de Iregua (La Rioja) y a la que le constan 17 antecedentes por, fundamentalmente, delitos contra la propiedad.

Este hecho levantó las sospechas de los agentes destinados en la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta perteneciente a esta Brigada Provincial de Policía Judicial de esta Jefatura, grupo que tiene entre sus cometidos la inspección y control de los establecimientos dedicados a la compra veta de oro y metales preciosos, los cuales iniciaron una laboriosa investigación para la determinación de su procedencia.

Los agentes se desplazaron al establecimiento de empeño para determinar la procedencia de la pieza y analizarlo detenidamente, observando algunos indicios de que el mismo pudiera provenir de un robo, por lo que procedieron a su incautación y conservación en aras a iniciar la investigación acerca de su procedencia.

La dificultad de la investigación radicó en que el robo nunca fue denunciado por las monjas que lo dieron por perdido, si bien, el análisis exhaustivo del cáliz que presentaba diversas marcas de los maestros plateros que lo habían realizado aportó las primeras pistas.

La investigación fue avanzando conforme se conocía que dicho cáliz fue un regalo del rey Felipe V a un personaje célebre de la época llamado Don Álvaro de Mendoza, que ostentaba el título de 'Patriarca de las Indias' y 'Capellán Limosnero'.