La Sala Decumanus de Mérida exhibe un recién restaurado traje de más de dos siglos de historia
Era el vestido de novia de la reina de Portugal y Brasil, infanta de España, Carlota Joaquina de Borbón y Borbón y fue donado por ésta a Santa Eulalia
El alcalde de Mérida, el párroco de Santa Eulalia, el presidente de la Asociación y la delegada del Año Jubilar, atienden las explicaciones de Sofía Vicente. Foto: Ser Mérida
Mérida
Hasta el próximo 14 de enero se puede ver en la Sala Decumanus de Mérida el trabajo de restauración que se ha hecho sobre una de las piezas textiles más importantes que tiene la Mártir Santa Eulalia. Se trata de un traje de tres piezas, vestido, manto y mangas, de moaré de seda bordado en plata y datado a finales del siglo XVIII. Perteneció a Carlota Joaquina de Borbón y Borbón, Infanta de España y Reina de Portugal y Brasil, y lo donó a Santa Eulalia, a su paso por Mérida camino de Portugal, tras sus nupcias con Juan VI
Tras años de estar guardado por sus malas condiciones, en 2019 se mandó al Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universidad Politécnica de Valencia para estudiar una posible restauración. Con una pandemia de por medio y después de ser sometido a un proceso de análisis, limpieza integral en todas sus piezas y adornos y restauración ha vuelto a casa con el inicio de 2024 convertido en "una de las grandes joyas del patrimonio cultural emeritense, un pieza patrimonial de valor histórico", según destacaba el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna.
Y las palabras del alcalde no son para nada exageradas. Lo acreditan los estudios y lo confirma la coordinadora del equipo de restauración que lo ha recuperado, Sofía Vicente. Afirma Vicente que es una prenda de "alto valor" histórico, copiada del vestido de novia de Josefina Bonaparte y de la que "no puede calcularse su precio". Destaca mucho "la calidad del material textil" con el que está elaborado: "moaré de seda de doble cara con todos los bordados montados sobre ese tejido y es una maravilla que se haya podido conservar. El forro también es una maravilla una sarga batavia, el complemento perfecto para la obra".
Los bordados del traje se realizaron hasta con tres tipos de láminas de plata que se ve con la misma forma tanto en el anverso como en el reverso de las piezas. Y la decoración es profusa, desde estrellas a flores en relieve. A ellas hay que sumarles las lentejuelas, también en un material parecido y las puntillas de bolillo de hilo fino. "Los adornos del traje de Josefina (Bonaparte) estaban hechos de platino. En este caso, nos encontramos con una aleación muy rica en plata. E hilos entorchados (de plata) de tres clases. Hilo entorchado liso, otro ebriscado (rizado) y otro con láminas troqueladas (que procuran un brillo distinto a cada zona según reflejase la luz). Más las lentejuelas, y las puntillas de bolillos. Finalmente estaba sobredorado", explica Vicente.
A pesar de no poder calcular el valor del vestido -tan sólo hacer una de las flores de plata con las que está adornado lleva ocho horas de trabajo- Vicente destaca que la pieza está a la altura de las mejores de la corte romántica y por su puesto "muy a la moda de la época".
La restauración del traje ha sido sufragada por el ayuntamiento emeritense dentro de la partida destinada a restauraciones de patrimonio que cada año concede a la Junta de Cofradías emeritense
