Más de 100 profesionales de diversos cuerpos de emergencias han participado este martes en un simulacro del Plan de Emergencia Exterior de la Junta de Extremadura en las instalaciones de Inquiba, en Guareña. El ejercicio simuló una emergencia química provocada por la explosión de un depósito y la consiguiente formación de una nube tóxica, con el objetivo de evaluar la coordinación de los equipos de respuesta y los sistemas de aviso a la población. El consejero de Interior, Abel Bautista, explicó que este simulacro, planificado desde julio, es parte de la programación de emergencias de 2024, que ha contado con un incremento presupuestario del 38%. Bautista subrayó que no tiene relación con eventos recientes como la DANA en Valencia, sino que responde a una estrategia preventiva. Durante el ejercicio, se activaron medidas como el confinamiento preventivo de las localidades de Guareña, Cristina y Manchita, y se desplegó por primera vez en Extremadura el sistema de alertas móviles Es-Alert, que permitió informar a la ciudadanía de manera inmediata. También se utilizó el vehículo NRBQ para realizar mediciones de posibles riesgos químicos, biológicos, radiológicos o nucleares. En la operación participaron efectivos del 112, Protección Civil, Guardia Civil, Policía Local, Bomberos del CPEI, Cruz Roja, y psicólogos, entre otros. Además, se involucraron los 250 trabajadores de Inquiba y actores locales que simularon ser heridos. El simulacro permitió identificar áreas de mejora en las comunicaciones y en la protección de colectivos vulnerables, como niños en guarderías o personas mayores en residencias, y plantear medidas adicionales para garantizar su seguridad en caso de una emergencia real. «Es un ejercicio que nos prepara para reducir tiempos de respuesta y salvar vidas, ojalá nunca ocurra, pero debemos estar preparados», concluyó Bautista.