Cáceres rendirá homenaje a Miguel de Molina con una exposición y conferencias
Represaliado durante el franquismo, vivió en Cáceres durante un mes

Stéphanie Demange, profesora de la Universidad de Toulon; Alejandro Salade, sobrino-nieto de Miguel de Molina y Miguel Ángel Morales, presidente de la Diputación de Cáceres

Cáceres rendirá homenaje a Miguel de Molina en la segunda edición del programa Tiempo Negro, organizado por la Diputación Provincial a través de su Servicio de Memoria Histórica y Democrática. Este ciclo, que busca reivindicar figuras represaliadas por su orientación sexual, sus ideas políticas o su arte, dedicará su programación a recordar la vida y el legado del icónico cantante de copla, exiliado tras la Guerra Civil.
Uno de los aspectos centrales del homenaje será la exposición "Embrujo. Los mundos de Miguel Molina", que podrá visitarse del 8 de abril al 9 de mayo en la sala Pintores 10. La muestra, comisariada por Stéphanie Demange, investigadora de la Universidad de Toulon y la Casa de Velázquez, presenta objetos personales del artista, como sus trajes, blusas y coloridos zapatos, además de materiales inéditos fruto de un proyecto de investigación sobre su legado. Entre las piezas más destacadas se encuentran hojas del diario que Miguel de Molina escribió durante su estancia en Cáceres en 1940, cuando fue enviado a la ciudad tras su detención en Madrid.
El cantante pasó un mes en el antiguo Hotel Álvarez, actualmente Alfonso IX, donde compartió su pasión por la música con el maestro cacereño Juan Solano. Allí dejó constancia de sus vivencias y de sus temores en un cuaderno personal que ahora se expondrá por primera vez al público. Antes de la inauguración de la muestra, se descubrirá una placa conmemorativa en el hotel, con la presencia de la artista Pilar Boyero y el actor Manuel Banderas, quienes actuarán como padrinos de la iniciativa.
El programa Tiempo Negro incluirá diversas actividades para profundizar en la figura del cantante y en la época que le tocó vivir. El 9 de abril se presentará una reedición del "Romancero Gitano" de Federico García Lorca con ilustraciones de Carles Fontseré. El 10 de abril, Stéphanie Demange ofrecerá una conferencia sobre los diarios de exilio de Miguel de Molina. Posteriormente, el 24 de abril, el presidente de la Fundación Antonio Mairena abordará la relación entre la copla y el cante a lo largo del siglo XX. El 8 de mayo, el periodista y escritor Fernando Olmeda hablará sobre la memoria LGTBI y la importancia de la verdad histórica. Como cierre, el 9 de mayo, la cantante Pilar Boyero ofrecerá en el auditorio del complejo cultural San Francisco el espectáculo "De Molina a Solano", un recorrido musical por las influencias y la obra del artista.
Durante la presentación del evento, el presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, subrayó la necesidad de recordar a quienes fueron perseguidos por su condición sexual, sus ideas políticas o sus creencias religiosas. Morales destacó que la memoria de Miguel de Molina es parte de una historia que algunos pretenden silenciar, pero que debe ser recuperada para las nuevas generaciones. Por su parte, Alejandro Salade, sobrino nieto del artista y presidente de la Fundación Miguel de Molina, recordó que su tío abuelo fue arrestado tras una función en el Teatro Pavón de Madrid y posteriormente trasladado a Cáceres como parte de un confinamiento. En su diario, explicó que temía por su vida debido a su homosexualidad y a sus simpatías políticas.
Tras su estancia en Cáceres, Miguel de Molina regresó a Madrid, aunque poco después fue enviado a la localidad valenciana de Buñol, donde pasó ocho meses antes de poder salir de España. En 1942 llegó a Argentina, donde se estableció a pesar de las presiones del régimen franquista, que trató de impedir su carrera. Más tarde, consiguió viajar a México y finalmente regresó a Buenos Aires, donde vivió hasta su fallecimiento en 1993. Su relación con la primera dama argentina Eva Perón le permitió reunir a parte de su familia en el exilio, incluyendo a la madre de Alejandro Salade, quien ahora trabaja por la recuperación de su legado.
Salade subrayó que su tío abuelo no solo fue un referente de la copla, sino un intelectual de gran calado vinculado a la vanguardia del 27. Destacó que comenzar la itinerancia de la exposición en Cáceres es simbólico, ya que en esta ciudad se fraguó de alguna manera el inicio de su exilio. Para él, Miguel de Molina fue mucho más que un intérprete de copla; su impacto en la música, la moda y la literatura lo convierten en una figura artística de enorme relevancia.
Por su parte, la comisaria de la exposición, Stéphanie Demange, explicó que la muestra es fruto de un proyecto de investigación en el que se ha trabajado con los archivos personales del artista, custodiados por la Fundación Miguel de Molina. El objetivo es adentrarse en su universo creativo desde una perspectiva más amplia, mostrando no solo su trabajo sobre el escenario, sino también sus procesos artísticos.
El homenaje a Miguel de Molina se enmarca dentro de la apuesta de la Diputación de Cáceres por la memoria histórica, un compromiso que también incluye la financiación de proyectos como la exhumación de la mina La Paloma en Zarza la Mayor. En palabras de Miguel Ángel Morales, el objetivo es garantizar la verdad, la justicia y la reparación para todas aquellas personas que sufrieron la represión.




