Trabajadores de la Central Nuclear de Almaraz reclaman en Cáceres frenar el cierre previsto en 2027 y 2028

La presión de los trabajadores de la Central Nuclear de Almaraz (CNA) volvió a sentirse este miércoles en Cáceres. Alrededor de 200 empleados de la planta se concentraron a las puertas del Palacio de Congresos para exigir que se paralice el calendario de cierre previsto, que contempla el apagado de un reactor en 2027 y el otro en 2028. Con pancartas y consignas de “Almaraz no se cierra”, advirtieron de que la comarca y Extremadura “no pueden permitirse perder su principal motor industrial”.

La protesta coincidió con la celebración de la 51ª Reunión Anual de la Sociedad Nuclear Española (SNE), foro en el que se analiza el futuro del parque nuclear del país y donde se defendió el papel de esta energía en la transición energética.

El presidente del comité de empresa, Borja Romero, alertó de que el margen para revertir el cierre “se agota” y que el fin de la actividad supondría la destrucción de 4.000 empleos —mil de ellos directos— en el entorno del Campo Arañuelo. “Estamos en la cuenta atrás y las consecuencias serían desastrosas para la región”, subrayó.

Los trabajadores reclaman a las compañías propietarias de Almaraz —Iberdrola, Endesa y Naturgy— que soliciten formalmente la renovación de la licencia de explotación y que el Ministerio para la Transición Ecológica se siente a negociar con ellas. La fecha límite para adoptar una decisión es marzo de 2026, por lo que los sindicatos preparan un calendario de movilizaciones en Extremadura y en Madrid.

En un manifiesto leído durante la concentración, el comité insistió en que el cierre de la central supondría un “golpe económico y social” para Extremadura, que perdería el 5% de su PIB y gran parte de sus opciones de industrialización. También instaron a la Junta a “liderar el proceso” y plantear soluciones que permitan mantener abierta la instalación.

El texto recordó que en la Unión Europea se están ampliando la vida útil de varios reactores y que la energía nuclear ha sido incluida en la taxonomía verde. “La continuidad de Almaraz es esencial para garantizar un suministro eléctrico estable, atraer inversiones estratégicas y permitir la integración de renovables en la red”, recogía el comunicado.

Además, los trabajadores denunciaron un posible “agravio” si el Gobierno llegara a pactar con partidos independentistas una excepción para las centrales catalanas mientras se consuma el cierre de Almaraz. “No vamos a tolerar que Extremadura vuelva a quedar relegada y castigada”, concluyó Romero, que advirtió de que seguirán “luchando con todas sus fuerzas” para mantener abierta la principal industria de la región.