El Celta se acostumbra a perder

Vigo

El Celta se ha metido en un problema. Lo ha hecho él solito, sin necesidad de ayuda. No se puede gestionar peor un final de Liga como lo está haciendo el equipo de Carlos Carvalhal. Coincidiendo con las últimas jornadas, las lesiones, sanciones, bajas formas y jugadores tocados, nos estamos encontrando una de las peores versiones del equipo celeste.

Se le están viendo las costuras a un equipo en el que cuando falta tu lateral izquierdo tienes que poner a un extremo ahí, si falta tu central derecho titular, bajas a un mediocentro y si Gabri Veiga no está, pues tu apuesta es un olvidado Williot.

La racha de 5 derrotas en los últimos 6 partidos ya empieza a sonar como la música de la orquesta del Titanic. El Celta consiguió un triunfo contra el Elche en el minuto 92 y el resto todo es dramático. Incluso después de las derrotas en el Bernabéu y Villarreal en donde quedó claro que el equipo no está para muchas fiestas, no ha sido capaz de gestionar dos partidos clave para estar ahora mismo pensando en C.Tangana y en la temporada que viene. Te enfrentabas a un Getafe al que le sacabas ocho puntos y hoy a un Valencia necesitado, empatado con el descenso, al que le sacabas 5 puntos. En ambos partidos, si el Celta hubiese tenido una interpretación correcta del contexto en el que se encuentra, hubiese gestionado que el empate era un buen resultado. En Getafe, un fallo garrafal de Beltrán en el segundo 40 le dio un penalti al Getafe y ahí se murió el partido. Poco más supimos del equipo celeste. Y hoy tres cuartos de lo mismo. Primera jugada en la que el Valencia llega a tu portería y gol de Kluivert en el minuto 8. Vuelve ese porcentaje casi enfermizo de disparo del rival y gol. Así es complicado cuando tus enemigos tienen casi un 100% de efectividad.

Ese gol tempranero del Valencia cambia el guión por completo. Los de Baraja que tendrían que estar de los nervios pasan a tener su hoja de ruta perfecta. Solamente tenían que defender. Ese gol tempranero denota que el Celta está bastante pasivo en defensa. Llega tras un envío en largo que De la Torre, que no es Sabonis, decide no disputar de cabeza y el balón sorprende a Cervi en su lateral y convierte su mal despeje en una asistencia a Diego López. Cabalgada del canterano y pase de la muerte para Kluivert que remata solo ante el mal achique de anticipación de Tapia. Otra vez la misma película de Almería, Mallorca, Getafe, Villarreal…

El Celta volvía a dar vida a un rival que apenas quería proponer y lo porfiaba todo a balones en largo a la espalda de los laterales celestes. Los de Carvalhal con un Iago jugando lesionado y un Veiga ausente pocas soluciones encuentran. Solamente Seferovic estaba interpretando bien las caídas a bandas y las asociaciones en zona de ataque. El resto no existía. Una diagonal de Carles Pérez también pudo haber puesto el empate en la primera parte con un buen disparo. Luca de la Torre remató alto un rechazo y Hugo no pudo rematar bien un córner en el que se encontró solo en el segundo palo.

El arranque de la segunda parte del Celta es absolutamente kafkiano con un equipo desordenado, desorganizado, anárquico y absolutamente ido. El Valencia tuvo 4 o 5 cabalgadas y contras para haber ampliado el agujero y matar al Celta. Solamente dos chispazos de Seferovic hicieron que la afición creyese. El suizo se crea el espacio en la frontal y su disparo cruzado rápido lo paró Mamardashvili. A la segunda fue la vencida rematando extraordinariamente un córner en el segundo palo. Era el 1-1. Quedaba media hora y el banquillo del Valencia intentaba animar a los suyos para que no se viniesen abajo. Y ahí el Celta que tenía que haber gestionado con cabeza los últimos minutos se desordena, los dos delanteros (Paciencia y Larsen) apenas ayudan en las tareas defensiva y eso dio un poco de oxígeno al Valencia. Aún así los de Carvalhal tuvieron un tiro al palo de falta de Óscar y un mano a mano de Larsen que Paulista tira al suelo en la frontal y se quedó la cosa en amarilla.

Con 5 puntos de ventaja sobre el Valencia y con un rival que limitaba sus ataques, el Celta se relaja en defensa y permite una subida de Foulquier en el 87, Cervi estaba sin ayudas en su lateral, y su centro lo remata en el primer palo Alberto Marí que se anticipa a Unai. Gol del Valencia y el Celta indultando a otro rival directo por la permanencia. Los dos goles entran por la banda de Cervi (él no tiene la culpa) y la improvisada pareja Tapia-Unai demuestra que todavía no coordinan del todo.

Dolorosa derrota que tiene que llevar a la reflexión a Carvalhal, a la plantilla y al club. O se ponen las pilas o se pueden ir a Segunda. El técnico de Braga está empañando su trayectoria, la plantilla demuestra que no está dando el nivel y, la configuración de la misma, demuestra que hay un problema grosero de planificación. Solo la salvación puede evitar que implosione todo. Le faltan dos puntos. Le quedan cuatro partidos para conseguirlos.