Dormir en plena ola de calor: a lo Marilyn, con dos gotas de Chanel

Lugo

Estar cansado, sudoroso y más fatigado de lo habitual es lo normal cuando se atraviesa una ola de calor. Nuestro organismo reacciona así al estar expuesto a unas temperaturas elevadas como las que invaden nuestro país desde hace unos días. Sin embargo, hay otras respuestas corporales que debemos prevenir: los golpes de calor.

Parece imposible entender un verano sin lamentar algún fallecimiento por shocks térmicos. La gerontóloga y experta en educación para la salud, Pilar Pavón, explica que "siempre se registran muertes de personas, mayores y jóvenes, que están realizando esfuerzos físicos en las horas centrales del día" y añade que "pese a ser de sentido común, es bueno recordar a la gente cómo debemos comportarnos en este periodo de tanto calor".

Especial atención a ancianos y niños

Quienes no disponen de aire acondicionado o piscinas para refrescarse fácilmente han de tomar medidas de prevención de desmayos, lipotimias o golpes de calor. La experta en salud recuerda que lo fundamental es la hidratación y matiza que "aunque la cerveza fresquita es muy apetecible... el alcohol nos deshidrata, así que tenemos que beber agua".

Con y sin sed. Pavón ruega no esperar a sentir la necesidad de refrescarnos para tomarnos un vasito de agua, "sobre todo para personas mayores".

Los ancianos no tienen tampoco la misma sensación de calor que el resto de la población. Por eso, "nada de calcetines, ropa oscura o chaquetas estos días" que aumenten el estrés térmico.

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Especial atención, también, a la forma en la que se elige la ropa de los más pequeños de la casa. Pone la médico el foco en los menores de tres años, ya que su organismo todavía no ha desarrollado lo suficiente los mecanismos de autorregulación térmica: "tenemos que llevarlos bien fresquitos".

Tampoco debemos pegarnos un festín gastronómico. La mejor opción es elegir comidas frescas, alimentos ricos en agua como las frutas y las verduras y "dejar el cocido para el invierno" porque calentar nuestro cuerpo por dentro no nos ayudará a tolerar mejor el calor.

Pese a que todos los veranos se repite, "siempre vemos a alguien a las tres de la tarde corriendo por el río a treinta grados". Exponer a nuestro cuerpo a estos esfuerzos innecesarios es correr un riesgo muy elevado de caer redondos en medio de la calle.

En caso de que la necesidad de entrenar o trabajar sea imperiosa, no hacerlo hasta que pase el calor. "Los libros y las tablas dicen que de 12h a 17h evitar esta exposición al sol, yo soy más conservadora y diría que hasta las 18h o 19h incluso. Y da igual que seamos jóvenes o deportistas... hemos visto muertes de personas de 38 o 40 años que estaban haciendo deporte o trabajando".

Es normal sentir que no descansamos

Durante la ola de calor son pocos los capaces de conciliar bien el sueño. Apenas se mueve el aire, las noches no refrescan y dormir se vuelve una pesadilla.

Toda temperatura nocturna que ascienda de los 20 ºC será un incordio para todos los mortales, por eso, buscar soluciones se convierte en una necesidad para evitar la desesperación en la noche.

Tirar de aire acondicionado es una de las respuestas más recurrentes, pero no debe de estar puesto toda la noche a toda potencia porque también repercutirá negativamente en nuestra salud.

Usar toallas mojadas, lavarnos la cara o mojarse la nuca puede ayudar a controlar la temperatura corporal. Pilar Pavón recomienda darse una ducha de agua fría, "puede ser de agua templada al principio y luego poco a poco ir bajando los grados", antes de meternos en cama. También es fundamental dormir cómodos, poco abrigados "o incluso como Marilyn Monroe, con unas gotitas de Chanel".