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Claves para hacer una pausa activa en el trabajo

Entre sus beneficios están la prevención de enfermedades vinculadas al sedentarismo y la mejora de la salud mental

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Lugo

Las pausas activas son paradas en una actividad, normalmente la laboral, de cinco minutos para hacer ejercicio leve. No se trata de un esfuerzo intenso, sino simplemente de desentumecerse y volver al trabajo con más energía. Catalina Caamaño coordina una iniciativa puesta en marcha en el centro de salud de Burela en la que, de lunes a viernes al mediodía, salen a la Plaza del Concello a hacer un poco de ejercicio con los vecinos.

Según asegura los beneficios son muchos: "Este tipo de prácticas nos ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y otras relacionadas con el sedentarismo, pero también son buenas para nuestro bienestar mental". Es importante desconectar "de actividades laborales que terminamos por hacer de forma rutinaria y despejar un poco la cabeza", dice Caamaño.

Según la Organización Mundial de la Salud es recomendable hacerlas cada dos horas en trabajos de oficina o en aquellos puestos profesionales en los que se pasa la mayor parte de la jornada sentados. "Lo que dicen todas las estadísticas", explica, "es que una gran parte de las enfermedades que padecemos están directamente relacionadas con hábitos entre los que se encuentran el consumo de alcohol o tabaco, y también la vida sedentaria".

Apunta que "no se trata tanto de vivir más, sino de vivir mejor". El objetivo es "que en los últimos años de nuestra vida estemos más sanos y haya un menor índice de discapacidad". La farmacéutica explica que incorporar esta costumbre es beneficioso para todo el mundo: "Puedo hacerlo tanto yo misma en la consulta, como un trabajador de un banco o una ama de casa, incluso personas con movilidad reducida, porque podemos hacer una pausa activa incluso sentados".

Ejercicios

¿Qué ejercicios pueden formar parte de una rutina de pausas activas? Puede ser casi cualquier movimiento. "Incluso levantarnos de la silla en la que estamos y volvernos a sentar podría ser un ejemplo", apunta Catalina Caamaño.

Su compañera en el centro de salud, la enfermera María Méndez apunta otras opciones. Es bueno empezar por un calentamiento en el que se roten las articulaciones: "Podemos girar, primero a un lado y después al otro, las muñecas, los tobillos, rodillas, codos...". Recalca también que es importante sobre todo para las personas que trabajan frente a un ordenador mover el cuello, siempre con cuidado.

Lo esencial, señalan ambas, es que sea un ejercicio apto para todos los públicos, tanto para un niño como para una persona mayor. Añade María Méndez que "hay que adaptarlo a las capacidades de cada uno". Si la condición física lo permite "podemos hacer sentadillas o dar unos saltos en el sitio".

No hace falta tener material específico, pero aprovechando objetos que tengamos a mano, como una carpeta u otros útiles de oficina, tenemos la opción de "hacer una serie de levantamientos". Para terminar, si se dispone de un par de minutos extra, recomienda realizar esas rotaciones de las articulaciones con las que se iniciaban los ejercicios para terminar.

Otra opción que además tiene implicaciones positivas a nivel de salud social es hacer estas pausas activas en grupo, junto con los compañeros de trabajo. "Hace equipo, nos cuidamos los unos a los otros y además es muy divertido", apunta Catalina Caamaño, que sale todos los días a las doce en punto a la plaza a hacer ejercicio con sus compañeros y vecinos.

 
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