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Descenso del paro en Lugo: ¿Por qué las empresas siguen sin encontrar trabajadores?

¿La gente no quiere trabajar? Sindicatos y patronal responden a esta afirmación, que cada vez se escucha más

¿Por qué las empresas no encuentran mano de obra si hay 10.000 parados en la provincia?

¿Por qué las empresas no encuentran mano de obra si hay 10.000 parados en la provincia?

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Lugo

Los datos de paro del mes de marzo confirman la tendencia descendiente que viene registrando el paro en los últimos meses. La cifra de desempleados es más baja que la del mismo mes del año anterior. Lugo es la provincia gallega en la que más desciende: se reduce en 507 personas, más de un cuatro por ciento. La cifra de personas desempleadas es de 10.825.

A pesar de que la evolución de los datos indica un descenso sostenido en el desempleo, desde sectores muy diversos las empresas sufren la misma dificultad: resulta complicadísimo encontrar mano de obra. La construcción, la hostelería, el transporte, y oficios como el de electricista, albañil o carpintero son algunos de los casos más afectados.

En las conversaciones de sobremesa, en las barres de los bares o en la calle es habitual escuchar una explicación que no llega a reflejar la complejidad de la problemática: "La gente ahora no quiere trabajar". Pero, ¿es ese el problema? Sindicatos y empresas abordan la pregunta.

Temporalidad y medias jornadas

Para empezar, el secretario comarcal de la CIG en Lugo, Antonio Niño, analiza los datos del paro. "Hay que hacer una lectura positiva de ese descenso, pero también ser conscientes de que detrás de esos números se esconden otros indicativos que son preocupantes", apunta.

"La tendencia en los últimos meses es de un descenso del número de parados, pero de crecimiento de la contratación temporal", continúa. Esto quiere decir que "muchos de los empleos que se generan son estacionales, en sectores como la hostelería y el comercio, que son los que concentran este tipo de contratos". "Hay otra cuestión", añade, "que es que muchos de ellos son contratos a tiempo parcial".

Dentro de las "muchas realidades" que hay en el mercado laboral, apunta Niño, hay que diferenciar dos. Por un lado, hay "un sector de la clase trabajadora que disfruta de una situación mejor, casi de privilegio, por decirlo de alguna manera, porque tiene unas condiciones que han ido mejorando y que ya están consolidadas", pero también hay una "tendencia en las nuevas contrataciones en las que encontramos mucha precariedad".

"Estas medidas de conciliación, de horarios o sueldos que se han mejorado en los últimos años, a veces las encontramos en el papel, pero después en la práctica no se reflejan", explica. Hay "mucha gente trabajando más horas de las estipuladas sin los descansos correspondientes por ley, y sobre todo que enlaza un contrato temporal con otro".

Esto provoca que "entren en esa rueda de la precariedad", de forma que "crece la precariedad laboral". Sumado a "la subida de los precios y de la vivienda, hace que resulte muy complicado llegar a fin de mes a un sector de la población trabajadora".

Dificultades para conciliar

Además de la temporalidad de los contratos o las medias jornadas, que a veces resultan insuficientes para quién busca un empleo para vivir, la cuestión que más complicado hace encontrar trabajo es la dificultad para conciliar. Así lo ha comprobado Ana Teresa Fernández, responsable del servicio de orientación laboral de la CEL, la Confederación de Empresarios de Lugo.

"Encontramos mucha gente que no puede incorporarse al mercado laboral por problemas de conciliación, tanto por tener a cargo a niños o niñas como a personas mayores", apunta. Es un problema que "estamos viendo que crece muchísimo".

Condiciones además de sueldo

Encuentra también un cambio en las "demandas" de las personas que buscan empleo. "Hay una evolución por parte de las empresas, que están adaptando las jornadas", dice, "por ejemplo en la hostelería, que antes abría toda la semana y ahora cierran varios días para permitir el descanso del personal". La diferencia es que, además del sueldo, "se valora mucho el bienestar o los días libres", por ejemplo. Ve que "la gente cada vez demanda más".

También Antonio Niño identifica, sobre todo a raíz de la pandemia, un cambio en "la valoración de las condiciones del puesto de trabajo más allá del sueldo". Entiende que "las nuevas generaciones valoren las condiciones de trabajo dignas, que es lo que corresponde por derecho".

Entonces, ¿la gente no quiere trabajar?

"Hay un poco de todo", reconoce Ana Teresa Fernández. También hay que ser consciente, opina, de que en sectores como la hostelería "hubo siempre carencias". Cree que en estos momentos lo que falta es "gente formada y con experiencia, y no la hay".

Hay otro condicionante, que afecta a trabajadores de más edad. "Sobre todo en sectores como la construcción me encuentro a mucha gente que ya ha trabajado durante años y que tiene dolencias o lesiones que le impiden continuar", cuenta.

"Muchas bajas e incapacidades se alargan porque el sistema de citaciones no es todo lo ágil que debería ser, y son personas que está ahí, pero que no pueden incorporarse a un puesto de trabajo", explica la orientadora laboral. Además, "no pueden incorporarse a otros empleos porque generalmente son personas en las que la media de edad es elevada". "Yo ahí también veo un problema", añade, "hay mucho parado en esta situación".

Para el representante de la CIG, esa afirmación de que la gente no quiere trabajar es "falsa". "Como en todo, hay excepciones", reconoce, "pero con carácter general no es así". Cree que las dificultades de determinados sectores para encontrar mano de obra es el resultado de "una época en la que proliferaban las contrataciones muy precarias y mucha explotación", y señala directamente a algunos como la construcción o la hostelería.

"La gente fue escapando de ellos y hoy en día, que hay otras opciones, se valora más el empleo en otros sectores", reflexiona. Sin embargo, también matiza, "no es cierto que la gente se niegue a trabajar en ellos porque el 40% de las nuevas contrataciones son en la hostelería".

A este respecto, Ana Teresa Fernández, reflexiona sobre cómo "durante una época muy larga la Formación Profesional estuvo desprestigiada". "Esto llevó a que no se formase a determinados perfiles profesionales, y ahora falta relevo generacional", concluye.

Ahora, "en estos oficios las condiciones laborales han cambiado y son mejores, además de que se está haciendo una promoción de la FP muy intensa, pero siguen sin ser atractivos". "Se están jubilando muchos autónomos sin tener a quien enseñar, porque estamos hablando de oficios que antes se aprendían trabajando y se están quedando descolgados", añade.

Antonio Niño reflexiona también sobre "la situación de precariedad en la que se encuentran muchos jóvenes, sin estabilidad laboral, empatando unos contratos con otros y dando tumbos entre sectores". "Mirando los datos de los salarios del ejercicio del 2023, resulta que el 35% de las personas asalariadas en la provincia de Lugo ganaban menos del salario mínimo profesional", apunta, y explica que es el resultado de "contratos temporales y fijos discontinuos".

 

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