A Coruña Opina: 50 años después del franquismo, ¿qué queda por hacer en memoria democrática?
50 años después del 20N, la ciudad sigue lidiando con heridas abiertas: desde la represión en San Amaro hasta la disputa por la Casa Cornide

A Coruña Opina: 50 años después del franquismo
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A Coruña
En 1973, dos años antes de la muerte de Franco, nació El Coruñés Opina, un formato pionero creado por Cándido Barral para dar voz a la ciudadanía. En una época en la que la libertad de expresión estaba restringida, su propuesta era casi un acto de valentía: permitir que la gente opinase libremente a través de la radio. Medio siglo después, A Coruña Opina revisita aquel espíritu en un especial emitido en Hoy por Hoy con motivo del 20N, fecha en la que se cumplen 50 años del fin de la dictadura franquista.
Este especial invita a reflexionar sobre la memoria, el pasado y los retos aún pendientes. ¿Qué queda hoy de aquel régimen? ¿Se han dado todos los pasos necesarios en materia de memoria democrática? ¿Qué desafíos afronta todavía la ciudad? Historiadores, responsables municipales y asociaciones de memoria aportan sus voces para dibujar un retrato de la Coruña que fue… y de la que quiere ser.
A Coruña antes de 1936: una ciudad plural y dinámica
El historiador Emilio Grandío contextualiza la realidad de la ciudad antes del golpe de Estado de 1936. A Coruña era entonces una urbe dinámica, diversa y crítica, protagonista de importantes cambios socioeconómicos en Galicia y en España durante el siglo XIX y principios del XX.
Aunque no exenta de conflictos, era una sociedad plural donde el pensamiento crítico convivía con una visión compartida de futuro. Todo cambiaría con la sublevación militar: Galicia quedó desde el primer momento bajo control franquista, provocando una ruptura total en la vida política, cultural y social.
Las huellas del franquismo en A Coruña
Durante las cuatro décadas de dictadura, la ciudad recibió la visita de Franco en numerosas ocasiones. La inauguración de grandes infraestructuras —como la fábrica de armas, la refinería Petrolíber, el viaducto del Generalísimo o centros educativos y deportivos— formó parte de la estrategia propagandística del régimen.
Uno de los ejemplos más simbólicos es la Casa Cornide, adquirida de forma opaca y acelerada por Carmen Polo. Grandío recuerda que la relación de la familia Franco con la ciudad era estrecha desde antes de la guerra y que la Casa Cornide se convirtió, tras la muerte del dictador, en la primera residencia coruñesa de su viuda.
Memoria democrática: avances, retos y pendientes
El especial analiza también la situación actual de la memoria democrática en A Coruña. El concejal José Manuel Lage Tuñas destaca el compromiso del Concello y el trabajo desarrollado: apertura de la Casa Cornide, impulso del Consello Municipal de Memoria Democrática y apoyo a investigaciones y actos institucionales.
Sin embargo, desde la Comisión para la Recuperación da Memoria Histórica, Beatriz Parga señala que la ciudad sigue arrastrando carencias importantes:
- Persistencia de simbología franquista en el callejero.
- Procesos administrativos lentos o incompletos.
- Necesidad de mayor coordinación institucional.
- Insuficiente valoración pública del impacto represivo del franquismo.
El debate evidencia un punto clave: 50 años después, A Coruña aún reflexiona sobre cómo quiere mirar su pasado para construir su futuro.
La fosa del cementerio de San Amaro: un silencio por romper
Una de las investigaciones más relevantes es la del historiador Rubén Centeno, publicada con apoyo del Concello. Su trabajo documenta 268 personas asesinadas y enterradas en 37 fosas y 28 enterramientos individuales en San Amaro, convirtiéndolo en uno de los espacios de mayor relevancia en la represión franquista en Galicia.
La investigación destapó un tabú que permanecía en la ciudad: un tercio de las víctimas de la comarca siguen sin tener una localización exacta. Para las asociaciones de memoria, este asunto representa un deber ético y democrático: dignificar a las víctimas y ofrecer respuestas a sus familias.
La recuperación de la Casa Cornide
Otro tema central del especial es el proceso para recuperar la Casa Cornide como patrimonio público. Aunque la declaración del edificio como Bien de Interés Cultural obliga a garantizar su mantenimiento y accesibilidad, el proceso jurídico para revertir su propiedad no es sencillo. Desde el Concello se reconoce que no será un camino inmediato, pero la intención es clara: que la Casa Cornide se convierta en un espacio cultural y de memoria, abierto a la ciudadanía y con un papel simbólico en la historia democrática de España.
Mirar atrás para seguir avanzando
Los testimonios recogidos en el especial de A Coruña Opina coinciden en un punto fundamental: la memoria no es solo un ejercicio histórico, sino una herramienta de futuro. En un momento en el que resurgen discursos que trivializan o reinterpretan la dictadura, conocer y divulgar lo ocurrido es esencial para evitar retrocesos democráticos.
La ciudad de A Coruña sigue avanzando, aunque no sin desafíos, hacia un modelo que ponga la memoria en el centro de la convivencia democrática. Recordar es un deber; construir futuro, una responsabilidad compartida.




