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Varios bañistas encuentran un atún muerto en una playa de La Manga y cortan trozos para llevárselo a casa pese al riesgo que supone

En los peces muertos proliferan bacterias que pueden derivar en altos niveles de histamina, que puede causar trastornos de distinta gravedad

Un atún muerto, similar al encontrado en la playa de La Manga sobre la arena / Isabel Pavia

Un atún muerto, similar al encontrado en la playa de La Manga sobre la arena

Madrid

Es más o menos habitual encontrar animales varados o muertos en la orilla del mar, lo que no es tan común es lo que pasó el pasado miércoles en la playa de Veneziola, en La Manga. Un grupo de bañistas encontró en el agua un atún muerto y lo arrastraron hasta la arena. Allí, empezaron a cortar trozos del lomo para, como apunta el diario La Verdad, comérselo en casa más tarde.

El periódico murciano detalla que el animal medía más de metro y medio y fue hallado a unos 50 metros de la costa. Algunos usuarios de la red social X —antes Twitter— han compartido vídeos y fotografías donde se ve cómo fue llevado hasta la orilla y cómo, después, fue abandonado en ese mismo lugar pero con buena parte de su lomo cortado.

Ese despiece, que en el argot del mar se llama ronqueo cuando se lleva a cabo de forma tradicional, conlleva unos riesgos para la salud de los que seguramente no eran conscientes los bañistas. En los peces muertos proliferan bacterias que transforman el aminoácido histidina en histamina. Esa sustancia, que se produce también de manera natural en nuestro organismo y se libera en reacciones alérgicas que se desencadenan como respuesta a sustancias que nuestro cuerpo reconoce como extrañas. De ahí que cuando se tiene alergia a algo se receten antihistamínicos.

El exceso de histamina provoca síntomas similares a los de cualquier alergia: dolor de cabeza, migraña, dolor muscular o en las articulaciones, problemas digestivos como diarrea, hinchazón abdominal, gastritis, náuseas y vómitos, cansancio y fatiga, trastornos del sueño y diversos problemas en la piel. Algunos de los síntomas que pueden haber experimentado ese grupo de bañistas que cortaron el atún sin sopesar las consecuencias de su consumo.

Según relata La Verdad, no es la primera vez que ocurre algo similar una playa de La Manga: "En 2019, a consecuencia de la DANA que arrasó la Región de Murcia, las redes de una piscifactoría se rompieron y decenas de ejemplares de atunes se escaparon y acabaron en las playas de la costa regional, donde algunos bañistas se llevaron trozos de los animales. Varias zonas de baño tuvieron que se cerradas ante la llegada de los restos de los pescados".

 
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