'Matar a un ruiseñor': entre la pérdida de la inocencia y la ejemplaridad
Uno de los clásicos más aclamados de la literatura americana con el que Harper Lee consiguió el Pulitzer
'Matar a un ruiseñor': entre la pérdida de la inocencia y la ejemplaridad
Nelle Harper Lee nació en Monroeville (Alabama, EEUU) el 28 de abril de 1926, donde falleció el el 19 de febrero de 2016. Estudió Derecho en la Universidad de Alabama, pero abandonó sus estudios para marcharse a Nueva York donde trabajó en unas aerolíneas hasta que pudo dedicarse a escribir gracias a la ayuda financiera de unos amigos. Lee publicó también 'Ve y pon un centinela', considerada la secuela de 'Matar a un ruiseñor'. También escribió algunos ensayos.
'Matar a un ruiseñor' surgió de la unión de una serie de cuentos sobre su infancia. Con ella consiguió el Premio Pulitzer 1961, y de ella surgiría la memorable película de 1962. 'Matar un ruiseñor' está ambientada en el sur mítico, degradado y humillado tras la derrota contra los yankees en la Guerra de Secesión y habla del drama de la segregación racial y las raíces del racismo enquistado en una sociedad tradicional y conservadora.
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La acción transcurre en los años 30. Es una historia de personajes: los principales, los niños Scout y Jem y su padre Atticus; el pueblo y sus habitantes blancos y negros. Parece ser que el personaje de Charles Baker 'Dill' Harris, el niño amigo de Scout y Jem, está basado en su amigo de la infancia y también escritor, Truman Capote, a quien Lee acompañó a Kansas en 1959 y ayudó en su reportaje sobre los asesinatos de la familia Clutter, que se convertiría en el libro de Capote 'A sangre fría'.
Uno de los clásicos más aclamados de la literatura americana
Como señala el blog Trabalibros, en los años 60 escribir una novela sobre el racismo era una empresa arriesgada. Los rescoldos de la vieja Guerra de Secesión todavía crepitaban en el recuerdo de muchos estadounidenses y la Ley de Derechos Civiles aún era concebida como una idea alocada. Harper Lee se atrevió entonces a zambullirse en aguas en las que otros no habrían osado siquiera meter el pie. Así nació en 1960 'Matar a un ruiseñor'. Un Premio Pulitzer y una adaptación cinematográfica galardonada con Oscar después demostraron su potencial para convertirse en lo que es hoy: uno de los clásicos más aclamados de la literatura americana.
Según Antonio Otero, un aspecto destacable de 'Matar a un ruiseñor' es el punto de vista narrativo. La acción nos sitúa dentro de las botas de los niños y a través de ellos el lector vive una experiencia única. Las atrocidades que se cometen en Maycomb son observadas desde su mirada virgen e inexperta, desde su insaciable curiosidad por aprender cosas nuevas y, sobre todo, desde su inocencia, que prematuramente va evolucionando hacia el razonamiento pausado y elaborado característico de la madurez. De esta manera, Harper Lee logra despertar en nosotros un sentimiento de compasión.
Rocío Niebla señala que la traducción al español de mockingbird no es 'ruiseñor', sino el pájaro sinsonte. El ruiseñor, cuyo canto muestra numerosas tonalidades, anuncia la llegada de la primavera, de la belleza, la felicidad. Es lo que Harper quiere reservar. 'Matar a un ruiseñor' nos dice que es imposible creer que un solo hombre pueda cambiar la mentalidad de toda una comunidad, forjada durante un centenar de años y arraigada fuertemente a lo largo de las generaciones. Pero sí que puede ser el faro que ilumine el camino a seguir. Sí que puede ser la primera gota de la tempestad que demolerá el racismo para siempre. Esa gota, ese ejemplo modélico de comportamiento, se llama Atticus Finch.
Un momento histórico en el que la comunidad negra empieza a alzar la voz
Como señala Liliana Vera Ibáñez, en un clima donde la pólvora está esparcida y solo falta una chispa para encenderla, un momento histórico en el que la comunidad negra empieza a alzar la voz, mientras supremacistas blancos estrechan el cerco del racismo, Harper Lee consigue delinear los prejuicios y el racismo imperante en Estados Unidos (y en el mundo en general) hacia la comunidad afroamericana del país, dando a entender que no existe la persona mala por su raza, sino por sus actos. 'Matar a un ruiseñor' trataría como tema especial la pérdida de la inocencia de Scout. Se ha definido como novela gótica sureña y es una novela de aprendizaje, ya que sus personajes evolucionan a lo largo de sus páginas.
Como se puede leer en el Club de Lectura de Castellnovo, 'Matar a un ruiseñor' es una novela dura y tierna al mismo tiempo. La dureza le viene de la crueldad que pueden causar los prejuicios y la complejidad moral de unas sociedades cerradas en sí mismas, donde todo se mide mediante la costumbre o la tradición, considerándose peligroso cualquier atisbo de cambio. Y la ternura procede de la visión de los acontecimientos desde la perspectiva de unos niños, en especial de Scout. Esta maravillosa novela puede plantearnos muchos puntos de reflexión e, incluso, hacernos sentir incómodos. Descubriremos que si bien la mayoría de las personas parecen objetivamente 'buenas', no hay persona que no posea sus partes oscuras y sea capaz de realizar alguna maldad.