Johnson asegura que no se dejará "intimidar ni avergonzar" y mantiene su plan de deportar migrantes a Ruanda de forma continuada

Londres

En Downing Street buscan dejar atrás a la mayor brevedad posible la crisis que vive el partido conservador. Hace apenas una semana, Boris Johnson obtuvo el rechazo del 40% de los diputados de su partido en una moción de censura interna que, a pesar de que no triunfó, dejó muy tocado el liderazgo del excéntrico líder que organizó fiestas en la sede del Gobierno durante el confinamiento.

Así, Johnson ha considerado que es una buena táctica 'tapar' su debilitado liderazgo con dos controvertidas decisiones. La primera, el incumplimiento del acuerdo del Brexit en Irlanda del Norte, llevada a cabo el lunes. La segunda es la de deportar migrantes y el propio primer ministro señaló este martes que su Gobierno no se dejará "intimidar ni avergonzar", y seguirá adelante con su plan de enviar a Ruanda a los migrantes que lleguen al Reino Unido por rutas ilegales, como en pequeños botes a través del Canal de la Mancha.

En la reunión semanal con su gabinete de ministros, parcialmente televisada, Johnson insistió en que las numerosas críticas, "algunas desde sectores ligeramente inesperados", no les van a disuadir de aplicar esta controvertida política, que ha sido además demandada ante los tribunales.

"Vamos a cumplir nuestro objetivo, que es asegurarnos de que hacemos una distinción clara -que creo que todos pueden apreciar que es justa y razonable- entre la inmigración legal a este país por rutas seguras y legales, que apoyamos, defendemos y protegemos porque todos comprendemos los beneficios que trae, y la migración peligrosa e ilegal a través del Canal de la Mancha, que pretendemos detener", declaró.

El líder conservador mantuvo que deportar a los solicitantes de asilo recién llegados (en un principio, hombres solteros) para que su caso se tramite en Ruanda, donde ya se quedarían, es la única manera de combatir las bandas de delincuentes que organizan la travesía marítima desde Francia a Inglaterra.

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Johnson lanzó este mensaje cuando está previsto que esta noche despegue el primer vuelo al país africano, si bien aún se desconoce cuántos migrantes irán en él debido a varias demandas individuales en curso ante la Justicia británica. El Ejecutivo ha dicho que el avión partirá aunque solo lleve un pasajero, a fin de sentar un precedente ante esos traficantes de personas.

La Corte de Apelación británica rechazó el lunes vetar el despegue de la nave hasta analizar en un juicio en julio si el plan gubernamental se ajusta a la legalidad, tras una demanda presentada por varios sindicatos y organizaciones no gubernamentales.

La iniciativa del Gobierno conservador ha sido criticada no solo por la oposición parlamentaria sino también, en privado, por el príncipe Carlos, según "The Times". Este periódico publica hoy además una carta de la cúpula en pleno de la Iglesia Anglicana, en la que condena "una política inmoral que avergüenza" al Reino Unido.

"Es otra muesca más en la trituradora de Derechos Humanos"

Por su parte, el experto en migración Nicolás Castellano y la corresponsal de la SER en Londres, Begoña Arce, han abordado este asunto en 'La Ventana', donde han mostrado su rechazo total a esta medida. "Es otra muesca más en la trituradora de los Derechos Humanos. Naciones Unidas ha dicho claramente que esto va en contra de la Convención de Ginebra y en contra de la legislación internacional", ha apuntado Castellano.

Por su parte, Arce señala que todavía existen dudas entorno al despegue del avión: "En estos momentos no se sabe cuántos solicitantes de asilo irían a bordo ni si saldrá el avión. Este mediodía, después de declaraciones tajantes de la ministra de Exteriores, el portavoz del primer ministro ha dicho que no está claro que el avión vaya a salir. Hay muchas trabas legales, están revisando apelaciones individuales. Johnson ha declarado que hay que revisar esta nueva legislación migratoria para ver qué fallos puede tener".

Además, es especialmente llamativo que se haya elegido Ruanda, según reflexiona Castellano: "En el caso de Turquía o Marruecos, cuando se habla de devolución en frontera o de retornos, se habla en frontera y en el momento concreto. En el caso de Ruanda hemos dado el triple salto mortal. Está a nueve mil kilómetros de Londres y deportarán a gente que nada tiene que ver con Ruanda, que ni siquiera ha pasado por Ruanda para llegar a Europa. Y es gente de Afganistán, de Siria… de lugares donde tienen necesidad de protección".

En relación a los números, la opción de deportar por medio de vuelos a Ruanda parece muy poco práctica, como apunta Castellano: "El año pasado cruzaron el Canal más de 28 mil personas, es una vía abierta como las pateras en Canarias porque no dejamos otra vía para que vengan, hemos fracasado con las leyes de extranjería, hay más conflictos que nunca. Si en Ucrania hemos demostrado que se puede cumplir la ley ¿Por qué hemos inventado una Convención de Ginebra selectiva por nacionalidad?".

En el mismo sentido se pronuncia Arce: "El precio va a ser altísimo, no solo moral, por el apoyo de las 160 organizaciones, la ONU, los obispos de este país, por el propio príncipe Carlos que hizo un comentario privado el lunes, ayer hubo 138 personas que cruzaron el Canal en bote. Es un flujo imposible de parar con este sistema precario. Es una manera de querer hacer algo y demostrar que se toman medidas espectaculares".

Por último, Castellano concluye: "La aerolínea en la que viajarán es española y se va a llevar miles de euros por ese vuelo y participa en el negocio del control fronterizo. Estamos gastando una cantidad de dinero inútil en el negocio del rechazo, de levantar muros, para que la gente siga estrellando su vida contra ellos. Hemos creado el caldo de cultivo en la sociedad para que se acepte. Estamos en un nivel de tolerancia en vulneración de derechos que hemos constituido en base a nuestro sufrimiento. Los derechos no son de izquierda ni de derecha".