Los bares preferidos y los olores de la infancia de Anni B Sweet

Madrid

Anni B Sweet acaba de publicar disco. En esta ocasión ha unido fuerzas con el grupo madrileño Los Estanques y el resultado es un álbum lleno de psicodelia con un título tan apropiado como Burbuja cómoda y elefante inesperado. Un trabajo para escuchar con unos buenos cascos para disfrutar de cada detalle y dejarse llevar por ese sonido tan envolvente. La cantante tiene por delante un verano lleno de conciertos pero la hemos sacado un poco de la música para hablar de gastronomía. Confiesa que le encanta la comida, que para ella "está casi al nivel de la música", y cree que "podría llegar a ser cocinillas" pero que la falta de tiempo se lo impide "de momento". Está especialmente orgullosa de su gazpacho y sus lentejas y no olvidará aquella vez que le echó sal a una tarta de limón. Tampoco el olor a ajo frito que le "alimenta el alma" ni los trozos de pimiento crudo que le daban de pequeña sus padres con un poco de limón y sal.

Ahora que se pasa media vida en una furgoneta, cuida bien lo que come: "Las semanas de concierto no como nada de lácteos porque no me viene bien para la voz", cuenta. Su road manager se preocupa por encontrar los mejores sitios durante la gira: "Intentamos pedir cosas del lugar, algo casero, ligero, natural... y no siempre lo conseguimos pero la parada obligatoria es que sea comida casera". Reconoce que hay cosas como "las manitas de cerdo, oreja de cerdo o el rabo de toro" con las que no puede: "Prefiero quedarme sin comer, nunca me han atraído".

Un bar de Madrid y dos de Granada

A Anni le gusta más salir de bares por el día y deja las comidas más reposadas para la noche: "De tapeo me suelen gustar mucho cosas muy tradicionales, como la Taberna Ardosa de Madrid o Palo Cortao de Granada. Para sentarme y echar más rato, también en Granada hay un sitio que se llama Baltanás que me gusta mucho", cuenta.

Cuando se sienta en un restaurante le gusta "disfrutar de sabores y comidas distintas con más calma y tranquilidad" y siente predilección por los japoneses. "Relaciono mucho los platos que como con el momento que estoy pasando. Todavía recuerdo un restaurante chino en Fuengirola, que no recuerdo su nombre, pero sí una sopa que me tomé con una amiga hace como 15 años. Recuerdo el sabor de esa sopa... era la primera vez que la tomaba, me cayó muy bien, estaba en un momento bonito. Cuando se juntan la buena compañía con un buen sabor, una buena temperatura... hacen que el plato sea muy especial y sea inolvidable", sentencia.