¿Por qué el Orgullo se celebra el 28 de junio? El combativo origen histórico de la reivindicación LGTBIQ+
Tal día como hoy, en 1969, la comunidad LGTBI de Estados Unidos se rebeló contra la homofobia. Un año más tarde, tomó las calles
Como cada 28 de junio, este martes se celebra el Día Mundial del Orgullo, una fecha en la que el colectivo LGTBI trata de dar visibilidad a las identidades y orientaciones sexuales oprimidas a lo largo de la historia y reclama igualdad respecto al resto de la sociedad. Esta mezcla de celebración y reivindicación es clave para entender la importancia de la efeméride, cuyo origen radica en un episodio combativo que muchos señalan como el comienzo de la lucha moderna por los derechos de las personas no normativas.
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La revuelta de Stonewall —momento histórico también definido como los disturbios de Stonewall— se produjo en la madrugada del 28 de junio de 1969 en el pub Stonewall Inn, ubicado en el barrio neoyorquino de Greenwich Village. Los asistentes a este local se rebelaron, aparentemente de forma espontánea, contra una redada policial que buscaba identificar y detener a personas gais, lesbianas y transexuales que allí se congregaban.
Este tipo de actuaciones policiales eran comunes en la época. Tras la Primera Guerra Mundial, una buena parte de la población homosexual de Estados Unidos se afincó en barrios de Nueva York como Greenwich Village o Harlem. Descritos por la prensa como "mujeres de pelo corto y hombres de pelo largo", muchos de ellos acostumbraban a reunirse en locales clandestinos debido a que, por entonces, la Ley Seca prohibía la venta de bebidas alcohólicas.
Paradójicamente, estos bares dieron cabida a otras actividades consideradas inmorales más allá del consumo de alcohol; y entre ellas se encontraban las prácticas homosexuales, contra las que se habían aprobado leyes en Nueva York. La persecución de la homosexualidad fue a más en los años sesenta, cuando el alcalde Robert F. Wagner Jr. inició una campaña para 'limpiar' la ciudad de bares gais, de cara a la Feria Mundial de 1964.
El modus operandi de la Policía neoyorquina solía ser el mismo. Con una frecuencia aproximada de una vez al mes, los agentes organizaban redadas en los locales 'sospechosos', hacían formar en fila a los clientes y les pedían sus documentos de identidad. Si estos no poseían identificación o usaban ropa del sexo opuesto, eran arrestados. En otras ocasiones, un agente encubierto entablaba conversación con algún sospechoso. Si este le hacía una proposición sexual o aceptaba una invitación a una copa, acababa detenido.
Una redada con resultado inesperado
Uno de los locales que la Policía tenía en el punto de mira era el Stonewall Inn, ubicado en los números 51 y 53 de la calle Christopher. Después de clausurar otros dos clubes cercanos —el Checkerboard y el Tele-Star— y tras dar un aviso el martes anterior, a la 1:20 de la madrugada del sábado, 28 de junio de 1969, irrumpieron cuatro policías vestidos de civil y otros dos en uniforme de patrulla, anunciando su presencia a gritos.
Una vez dentro, apagaron la música y encendieron las luces. De entre los 200 clientes del bar, algunos que ya habían experimentado antes esta situación, corrieron hacia las puertas y las ventanas de los baños, pero la Policía había bloqueado los accesos. "Las cosas pasaron tan rápido que te quedabas sin saber nada. De repente había policías por todas partes y nos dijeron que formáramos fila y tuviéramos lista nuestra identificación para que nos llevaran afuera", cuenta un testigo citado por David Carter en su obra 'Stonewall: The Riots That Sparked the Gay Revolution'.
Pero la redada no salió como los agentes esperaban. A diferencia de lo que ocurría en otras ocasiones, los clientes que no fueron arrestadas no despejaron el lugar. Entre 100 y 150 personas —algunos clientes del bar; y otros, procedentes de locales cercanos— se arremolinaron frente a la puerta. En ese momento, hubo quien empezó a hacer poses y muecas burlonas a los policías.
A los pocos minutos, el número de personas concentrada frente al Stonewall Inn superaba en 10 veces el inicial. Cuando los policías se llevaron arrestados a los empleados del bar, uno de los presentes gritó "¡Poder gay!" y otro comenzó a cantar la canción protesta 'We shall Overcome', según testigos del momento. En este contexto, un agente empujó a una persona trans, a lo que esta respondió dándole un golpe en la cabeza con su bolso. La hostilidad se incrementaba.
Los policías intentaban contener a las personas que se enfrentaban a ellos, pero, lejos de calmar los ánimos, los encendieron. Sin aparente organización previa, los participantes en la protesta trataron de volcar un furgón policial y comenzaron a lanzar ladrillos, piedras, botellas y contenedores de basura contra el Stonewall, donde se atrincheraban varios agentes. Incluso, arrancaron un parquímetro que usaron como ariete contra las puertas del local.
Cuando los manifestantes amagaron con acceder al interior del bar, los policías sacaron sus armas y amenazaron con disparar a la masa. En el momento más crítico la fuerza antidisturbios (TPF, por sus siglas en inglés) llegó para liberar a los agentes que se encontraban dentro del Stonewall. Después de varios minutos más de enfrentamientos en las calles, los antidisturbios consiguieron dispersar a la multitud.
Las protestas se disiparon sobre las 4:00 de la madrugada. La noche acabó con 13 detenidos y varios manifestantes y policías heridos. El Stonewall quedó destruido casi por completo.
Germen del Orgullo Gay
El 28 de junio de 1970, primer aniversario de los disturbios de Stonewall, el Frente de Liberación Gay (Gay Liberation Front) organizó una marcha en Nueva York bajo el lema "Come out!" ("¡Sal!"), que recorrió 51 manzanas hasta Central Park. El testimonio de una asistente, recogido por 'The New York Times', resume el espíritu de la concentración: "Tenemos que salir al espacio público y dejar de sentir vergüenza, de lo contrario la gente nos va a tratar como bichos raros. Esta marcha es una afirmación y declaración de nuestro nuevo orgullo".
Paralelamente, se organizaron las primeras marchas del Orgullo en San Francisco, Los Ángeles y Chicago. Al año siguiente, se sumaron otras importantes urbes estadounidenses como Boston, Dallas o Milwaukee. En 1972, el Orgullo llegó a Europa: el 29 de abril en Munster (Alemania); y, tres meses más tarde, en Londres.
En España, la primera marcha del Orgullo se celebró en 1977 en Barcelona. Tal y como señala Amnistía Internacional, "no fue algo festivo y masivo como las actuales". Participaron alrededor de 400 personas que fueron dispersadas por la Policía. A partir de 1978, la marcha del Orgullo se autoriza y comienza a celebrarse también en Madrid y otras ciudades españolas. A partir de entonces, los activistas españoles recorrieron un largo y tortuoso camino que ha conquistado derechos básicos para las personas LGTBI.