Cuando el talento se impone al físico: Aitana Bonmatí, centrocampista con 'ADN Barça'
La catalana ha portado la batuta de la selección durante todo el campeonato y ha obtenido dos premios ‘mvp’
Se ha hablado mucho, en todos estos años, sobre los ‘bajitos’ en el fútbol y España es la gran escuela de futbolistas de semejantes características. Andrés Iniesta, Xavi Hernández, David Silva o Juan Mata son algunos de los diversos ejemplos de jugadores que poseen una talla física inferior pero que, con el balón en los pies, se aúpan hasta el escalafón más alto del fútbol.
Más información
Con la redonda en sus botas, el físico pasa a un segundo plano. El cerebro, como siempre, se sobrepone al físico y el talento sale a relucir. Y cuánto hemos disfrutado de los nombres anteriormente mencionados.
Inferiores en el salto y no tan veloces en el sprint, han aprovechado sus cualidades de forma inmejorable. Adáptate o muere, dicen, y ellos han logrado sobrevivir y destacar en el fútbol profesional gracias a los amagos con el cuerpo a una técnica exquisita y a un talento sobrenatural.
Si nos centramos en el ‘6’ y ‘8’ de la selección española, y viceversa en su club, hablamos de Andrés Iniesta y Xavi Hernández, el arquetipo de jugador técnico, habilidoso, pequeño e inteligente. Ambos, interiores de profesión, comparten ADN Barça en sus venas.
Al igual que una de las jugadoras más destacadas del panorama femenino internacional, Aitana Bonmatí, que arribó a La Masía a los 14 años y que ha portado la batuta de la selección española durante toda la Eurocopa.
Esta futbolista, de 161 centímetros de altura, goza de una exclusiva y limitada capacidad en el fútbol, la de jugar a lo que ella quiera y a la velocidad a la que desee mover el balón. Da ritmo cuando es necesario y frena el juego cuando lo merece, en uno, dos, tres o cuatro toques en función de la situación, pero también tiene un gran recorrido por todo el verde, tanto en defensa como en ataque.
Una jugadora que trata al balón con mimo y que se maneja como pez en el agua en el habitual 1-4-3-3 característico de la escuela azulgrana, un sistema “ideal para las triangulaciones”, tal y como señaló el Tata Martino al Diario Olé en 2012. Fundamental en este esquema, también empleado por Jorge Vilda, fue una de las claras protagonistas en el encuentro contra Inglaterra, de cuartos final, donde España sometió a su rival gracias al pase.
Xavi, cuando giraba sobre sí mismo, cual peonza, era imparable. Indescifrable era su próximo movimiento. En cambio, Iniesta manejaba mejor el arte de la finta, del amago y era más rápido que el de Tarrasa en los primeros metros. Si se estudian los movimientos de Aitana Bonmatí, rápida y hábil en la rotación, donde baja el centro de gravedad, y veloz en el comienzo de carrera, estos se asemejan a los de Iniesta y Xavi.
Por su temple, calidad, talento e inteligencia es digna heredera de portar, en su espalda, el dorsal número ‘6’. Porque, en cualquier caso, el talento siempre se impone al físico.
El cerebro continúa siendo el órgano más importante en el fútbol, al igual que en la vida, junto con el corazón. La fuerza, velocidad y resistencia pasan a un segundo plano cuando el balompié sale de dentro y se juega con la cabeza.
“Los buenos de verdad son los que nunca pierden el balón. Los que pasan y no lo pierden”, escribe Martí Perarnau, en referencia a unas palabras de Pep Guardiola, en su libro ‘Herr Pep’. Y Aitana Bonmatí inspira mucha confianza con la redonda en los pies. España tiene muchas perlas en su fútbol y la jugadora de FC Barcelona es una de ellas.