Nathy Peluso sobrevive al éxito del indie nacional en el Low
La primera jornada del Low sirve para certificar que los grupos nacionales empiezan a comer protagonismo en los festivales
Benidorm
El Low Festival de Benidorm arrancó como siempre. Con sol, calor pegajoso y muchas ganas. Quizás este año bastantes más que las anteriores por eso de que llevamos tres cursos sin pisar el recinto Guillermo Amor, uno de los mejores planteados y organizados para el mundo conciertos de nuestro país. Por él, en ese viernes de regreso, pasaron Metronomy, !!! (Chk, chk, chk), Triángulo de Amor Bizarro, Sidonie y, sobre todo Nathy Peluso, la más reconocida de la noche.
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La inmensidad del estadio, que ya no escenario, principal se la llevó Nathy Peluso. Un verdadero show de cámaras, visuales, y sobre todo de energía de la argentina. Un concierto idéntico al que vimos hace un par de semanas en el FIB de Benicassim pero que sigue sorprendiendo, desde su ‘Ateo’ más romántico hasta el final al puro estilo Camilo Sesto con ‘Vivir así es morir de amor’. No hay que olvidar la canción con Bizarrap y su “ese culo es natural, no plastic” que levanta a cualquiera, o al menos te da envidia el ritmo de Nathy sobre el escenario. En unas semanas donde se ha comentado mucho aquello de salir con banda o no en los conciertos, Peluso demuestra que aunque salga con ella, poca gente se fija por su fiereza imparable.
Metronomy eran los otros grandes esperados de la noche de Benidorm. Los británicos por fin pudieron tocar sus dos últimos discos, el de 2019 que es ‘Metronomy Forever’ y el de este año ‘Small World’, en suelo español. Un espectáculo sonoro impecable, que, hasta los que estaban aprovechando a cenar en los resquicios del césped principal, pudieron disfrutar. Desde de Devon, la formación dejó claro que en una banda no solo canta el cantante, y levantaron las ganas de Festival despedazando sus éxitos por todo su setlist. Un poco de ‘The Bay’ al comienzo y ‘The Look’ al final. Además de activar el volcán de su penúltimo trabajo con la divertida ‘Salted Caramel Ice Cream’. Un concierto, que si eras listo, podrías llegar a ver casi en primera fila ya que muchos festivaleros, a esas horas de la noche (y tampoco era tan tarde), ya parecía que preferían el ámbito festivo y de exaltación de la amistad antes que el musical. Aún así, cuando sonaban los éxitos de la reconocida banda de pop electrónico, todos no quitaban ojo del escenario principal.
El éxito de lo nacional
Si hemos comentado que el concierto de Metronomy se llenó, pero te permitía inmiscuirte en las primeras filas, con las bandas de nuestro país pasaba casi lo contrario. Si llegabas tarde era complicado disfrutarlas de cerca. Dorian abrió el estadio del Low donde repasó sus éxitos e hizo un preciso homenaje a Samuel, joven asesinado en Coruña hace un año en un crimen homófono. ‘Dual’, uno de sus nuevos temazos, habla de eso, de ser como uno quiere sin miedo a nada. “Es una cadena de odio que se transmite por toda la sociedad, que puede empezar con un chiste. Un chiste no hay que seguir. Y hacerlo en el día a día puede ayudar a romper esa cadena de odio”, dijo Marc, cantante de la formación catalana. No falló el final de ‘La tormenta de arena’ y la novedad de ‘Energía rara’.
Con el ritmo recuperado como decía una gigantes lona de publicidad en el centro del es escenario principal, fue momento de pasarse por la oferta que da el Low en los otros dos escenario. Uno que no tiene nada que envidiar al gigante y el tercero, más pequeño y a la vez más envolvente. El Columpio Asesino, literalmente, abrió la edición de este año. Un concierto con solazo y a las 19:30h que se aleja mucho de lo que suelen hacer los navarros. De hecho, Cristina (cantante) se coló y habló de “buenas noches” cuando aún la gente llevaba gafas de sol y no era de noche, como dice ‘Toro’, temazo que dio el final de su concierto. ‘La niña chica’ y ‘huir’ fueron de sus temas últimos que también lucieron pero que no llegaran a superar el exitazo mencionado o los punzantes ‘Perlas’ y ‘Ballenas muertas en San Sebastián’ que dejaron para el tramo final.
Posteriormente, Belako y Triángulo de Amor Bizarro, en el tercer escenario, fueron los elegidos en nuestro circuito de viernes ante la decisión de dejar fuera a Shinova y León Benavente, dos grupos también apetecibles pero más visibles en los carteles de nuestro país. Los vascos suenan perfecto, diría que de los que mejor de la noche y su ‘Take me up’ de ‘Plastic Drama’ es un acertadísimo final a su rock desmedido que señala al machirulo, como dijo Cris Lizarraga, frontwoman bien arropada por los hermanos Josu y Lore.
En la línea vinieron Triángulo de Amor Bizarro, uno de las bandas que en Fuego y Chinchetas quizás más adoremos. Isa y Rodrigo repasaron repasaron toda su carrera en un corto setlist obligado por el ritmo frenético de la noche y del escenario en el que pusieron, que no hace justicia a su nivel. Eso sí, sus fans no deben quejarse, porque no se dejaron fuera ningún temazo. ‘El fantasma de la transición’ sonó casi a la vez que ‘California’, canción de León Benavente que menciona el éxito de los gallegos. Los leones estaban tocando justo en ese momento en el segundo escenario del recinto. ‘Vigilantes del Espejo’ fue el petardazo final.
La noche fue llevando a cada uno a su lugar. Que si cena, que si djs, que si arañar tiempo con Sidonie, Ginebras y ElyElla. Una jornada que se destaca por el gran sonido que ofreció cualquiera de los tres escenarios, el buen ambiente y las ganas desmedidas de todos los que estamos encantados de regresar a Benidorm, no para bailar a Julio Iglesias, sino para disfrutar de uno de los mejores festivales de nuestro país.
Íñigo Renedo
Redactor de deportes en la Cadena SER y forma parte del programa de música indie 'Fuego y Chinchetas'....