Un año de la salida de los soldados americanos de Afganistán: muchos cambios y ninguno para mejor
El Ministerio de Asuntos de la Mujer ahora se llama Ministerio del Vicio y la Virtud
Madrid
En manos de los talibanes, Afganistán ha recuperado la nacionalidad, pero ha perdido libertades y derechos humanos. Pero un año después de la salida de los soldados americanos del país, las más castigadas con los recortes han sido las mujeres. Sus derechos se han visto cercenados con una crisis económica rampante que deriva en una crisis humanitaria.
Los últimos soldados americanos salieron de Afganistán entrada ya la madrugada del 31 de agosto de 2021. Hacía 15 días que los talibanes habían entrado en el país para acabar con el gobierno democrático sin apenas librar un combate y, pueblo a pueblo, se expandieron hasta entrar victoriosos en la capital.
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Por eso el 31 de agosto es el día decretado por el gobierno talibán como fiesta nacional en Afganistán. Una conmemoración con la que celebran el fin de dos décadas de invasión extranjera.
Hasta los propios militares americanos reconocen que la salida de Afganistán, con la evacuación de los pocos que consiguieron sacar de allí, fue un auténtico desastre.
Muchos cambios, ninguno para mejor
En el último año, en Afganistán ha habido muchos cambios y ninguno para mejor. Ni en el plano económico, ni en el político, ni en el de los derechos humanos y, por supuesto, en los derechos de las mujeres. Abundan los testimonios difundidos por distintas ONG.
"Antes era maestra. Ahora estoy confinada en los muros de esta casa", dice Rashida con la mirada cabizbaja. “En vez de concentrarse en gobernar, están obsesionados con las mujeres, con privarnos de los pocos derechos que nos quedan”.
El Ministerio de Asuntos de la Mujer ahora se llama Ministerio del Vicio y la Virtud. Las mujeres no pueden efectuar trayectos largos sin un pariente varón y tienen que cubrirse la cara completamente cuando estén en público. Miles de funcionarias han visto como se les prohíbe ir a sus puestos de trabajo y se les paga un porcentaje de su salario para que se queden en casa.
Las niñas, por su parte, pueden ir a la escuela primaria y también cursar la secundaria, pero no pueden hacer el bachillerato, así que este año no hay ninguna que pueda aspirar a acceder a la universidad.
Dicen los talibanes que estas restricciones en los colegios y en los trabajos, son temporales, mientras se ajustan algunas cuestiones. "Las mujeres ahora no tiene problemas porque están protegidas en sus casas con sus maridos o sus padres. Cuando llegue el momento, el Gobierno estudiará su situación para revisar nuevos espacios para ellas", asegura el mulá Banhaidan.
Mientras, en el plano económico, la situación ha empeorado drásticamente, lo que hace temer que la crisis humanitaria que se está instalando en el país adquiera pronto dimensiones inmanejables.
Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...