Así era la cesta de la compra con productos básicos de Francia que Yolanda Díaz quiere poner en marcha

La propuesta de limitar los precios de algunos productos básicos de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, está dando mucho de qué hablar. El martes, tras el Consejo de Ministros, aclaró que no se trata de una imposición «uniteral» desde el Gobierno sino de «medidas legales» que pasan por llegar a un acuerdo con el sector de la distribución y los consumidores y remitía a lo que se hizo en Francia hace unos años con «buenos efectos». En 2011 Nicolas Sarkozy era el presidente de Francia y los alimentos acumulaban una inflación anual del 2% y, en determinados productos básicos, como la harina o el café, los precios se habían encarecido más de un 10%. Fue entonces cuando el gobierno francés pidió a las grandes cadenas de supermercados que elaboraran cestas con un conjunto de productos esenciales a un precio rebajado para hacer frente a esa subida de la compra. Esas cestas tenían que tener 10 productos como mínimo —a poder ser, de temporada y de origen francés— que debían renovarse cada semana y tenían que incluir una fruta, una verdura, una pieza de pescado, una de carne, un lácteo y una bebida, pero se daba total libertad a cada supermercado para elegir qué iba en cada pack y a qué precio. Carrefour, por ejemplo, hacía paquetes de 15 productos cada semana por 18,98 euros. Ese modelo recibió el nombre de Le panier des essentiels (La cesta de los esenciales) y establecía el compromiso de nueve grandes superficies: Auchan, Carrefour, Match, Géant Casino, Monoprix, E.Leclerc, Cora, Intermarché y Les nouveaux commercants. Además de ayudar con la compra a los franceses tenía también como objetivo fomentar una dieta sana y equilibrada, y demostrar que es posible comprar productos de calidad a buen precio. Este plan solo se llevó a cabo durante un año, hasta que Sarkozy perdió las elecciones en 2012. Como está ocurriendo ahora, algunos sectores criticaron la idea al considerar que no era más que una estrategia de marketing de las grandes cadenas. En España, la cadena agroalimentaria ha recibido con escepticismo la medida. La organización agraria Asaja, cree que este tipo de medida acabará por «castigar al que más sufre los precios percibidos por los productos» agrícolas, refiriéndose a los agricultores y ganaderos. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) coincide con el Gobierno en la preocupación de asegurar alimentos básicos a precios asequibles, pero aboga antes por «atajar la especulación que se está dando a lo largo de la cadena alimentaria» mediante la aplicación de la ley de la cadena alimentaria. Yolanda Díaz ya se ha puesto manos a la obra para llevar a cabo la propuesta. Este jueves se reúne con el director ejecutivo de Carrefour, Alexandre de Palmas. La compañía francesa ha solicitado el encuentro porque quiere presentarle presentará sus “propuestas”, entre las que se incluye una cesta de la compra con 30 productos de alimentación “básicos” a 30 euros que anunciaron este miércoles. La vicepresidenta ha reconocido que aún no ha abordado este tema con patronal y sindicatos de forma formal y ha apuntado a la necesidad de tener también en cuenta a los productores. El lunes que viene se reunirá con las tres principales asociaciones de distribución en España. El último informe del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de los alimentos, realizado por COAG, señala un incremento del 283% del precio de los alimentos desde su origen en el campo o en las granjas al consumidor. Frutas y hortalizas como el ajo, la lechuga, la ciruela y las zanahorias son los que más se han encarecido, por encima del 500%. Entre los alimentos con menos diferencia están los huevos —cuyo precio entre la granja y el súper se elevó un 33%— y el del aceite de oliva virgen extra, que a lo largo de la cadena alimentaria sólo incrementó un 47%. La leche de vaca se pagó en origen a 0,42 euros el litro mientras que el consumidor la compró a 0,83 euros, lo que representa un incremento del 98%. La patata experimentó una fuerte subida: los agricultores recibieron en agosto un precio de 0,34 euros por cada kilo pero el consumidor las compró a 1,57 euros, lo que supone una subida del 362%. La sandía se vendió de media en agosto a 1,49 euros el kilo en los canales de distribución, un tarifa un 224% más alta que los 0,46 euros que se pagó a los productores. La ciruela fue la fruta que tuvo una diferencia más alta: un 541%. En el caso de las carnes, ternera y cordero son las que más se encarecen a lo largo de la cadena alimentaria, un 280% y un 272% respectivamente.

Así era la cesta de la compra con productos básicos de Francia que Yolanda Díaz quiere poner en marcha

La vicepresidenta segunda se reúne este jueves con Carrefour para abordar el coste de los alimentos esenciales

Elisa Muñoz

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