Carlos III ha sido proclamado este sábado oficialmente nuevo rey del Reino Unido en sucesión de Isabel II, que falleció el pasado jueves a los 96 años en el castillo escocés de Balmoral. El ceremonial Consejo de Ascensión ha proclamado al príncipe Carlos como el nuevo monarca Carlos III en el palacio de Saint James, tras lo que los asistentes han dicho: «Dios salve al rey». El Consejo de Ascensión, integrado por el propio rey, la primera ministra Liz Truss, relevantes figuras políticas y judiciales del Reino Unido, así como por representantes de los 14 países de la Mancomunidad de Naciones de los que Carlos III es también jefe de Estado, ha sido el encargado de leer la designación oficialmente de su ascensión al trono. Miles de personas se han concentrado frente al palacio esperando a la lectura del manifiesto de Carlos III, tras su proclamación como rey, aunque ya lo es desde que murió Isabel II el jueves. Se trata de una designación solemne a la espera de la coronación que será dentro de unos meses con gran pompa y boato, ya que requiere de más preparación. Asimismo, hay un gran despliegue policial para garantizar la seguridad durante la ceremonia y llama la atención la vestimenta de los presentes, ya no sumidos en el luto. Mordaunt ha sido la encargada de anunciar oficialmente la muerte de la reina Isabel II y llamar después al secretario del Consejo para leer en voz alta el texto de la Proclamación del nuevo jefe de Estado, así como dar paso al rey para pronunciar el juramento y suscribir los documentos que lo acreditan. En el juramento, Carlos III ha ensalzado el legado de su madre y ha prometido estar a la altura de las circunstancias. «Soy plenamente consciente de las importantes responsabilidades que ahora han pasado a mi persona. Para llevarlas a cabo trataré de seguir el ejemplo inspirador de mi madre al defender el gobierno constitucional y buscar la paz, la armonía y la prosperidad de los pueblos de estas islas y de los reinos y territorios de la Commonwealth en todo el mundo», ha señalado. Asimismo, ha reivindicado el compromiso de «entregar toda la Corona al Gobierno para poder realizar mis obligaciones como Jefe de Estado y de la nación. Se me ha conferido una tarea a la cual voy a dedicar el resto de mi vida», ha asegurado. «Yo, Carlos III, por la gracia de Dios, rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de mis otros reinos y territorios, defensor de la fe, prometo y juro que mantendré y preservaré de manera inviolable la instauración de la verdadera religión protestante, tal y como determinan las leyes de Escocia en virtud de la proclamación de derecho y en particular de una ley para proteger la religión protestante», ha pronunciado en tradicional juramento, que se remonta al siglo XVIII, en el que se compromete a mantener el estatus de la Iglesia de Escocia. En Escocia, Iglesia y Estado mantienen la separación de poderes, mientras que el soberano británico ejerce al mismo tiempo de gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra. Para suscribir el juramento, Carlos III ha firmado los documentos que registran su proclamación, además de las rúbricas del príncipe de Gales, Guillermo, y la reina consorte, Camila, como testigos. También ha confirmado que mantendrá la práctica actual de ceder al erario público los ingresos hereditarios, que son usados después para subvencionar a la familia real en su actividad oficial. «Para llevar a cabo la pesada tarea que se me ha encomendado, a la cual dedico lo que me queda de vida, ruego por la guía y ayuda de Dios todopoderoso», ha garantizado. Después de la ceremonia en el palacio, Carlos III ha salido al balcón para pronunciar su discurso a los más de mil asistentes a su segunda proclamación. Un desfile de la Guardia Real ha interpretado el nuevo himno nacional y ha celebrado con vítores, salvas de cañón y al ritmo de las trompetas la nueva etapa en la monarquía británica. El cargo militar ceremonial conocido como Rey de Armas de la Jarretera ha leído «la primera y principal Proclamación», culminada por una fanfarria y desfile militar, que será recitada también en la antigua City de Londres (hoy su centro financiero) y en Escocia, Gales e Irlanda del Norte. El Rey de Armas ha pedido al final «tres hurras por su majestad el rey», a lo que la Guardia Real ha respondido con hurras y levantando sus gorras de piel de oso. La reina Isabel II falleció este jueves sobre las 19:30 horas a los 96 años y la noticia conmocionó a todo el Reino Unido. Tras más de 70 años reinando, su estado de salud estaba delicado y finalmente los médicos no pudieron hacer nada más. La segunda monarca más longeva del mundo, falleció finalmente en su residencia de verano de Balmoral, en Escocia, rodeada de sus familiares. Automáticamente, el príncipe Carlos pasó a ser rey de Inglaterra, bajo el nombre de Carlos III y este viernes, tal y como marca el protocolo «Operación London Brisge», pronunció su primer discurso como monarca. Así, Carlos III ensalzó a su madre en sus primeras palabras y mostró su profunda tristeza tras su muerte. «Tengo sentimientos de profunda tristeza. Mi madre ha sido un ejemplo a seguir y lloramos su muerte de la forma más profunda. Compartimos con ustedes un sentido de gratitud por los más de 70 años en los que mi madre sirvió al conjunto de las naciones. Mi madre se comprometió con la Commonwealth a poner su vida al servicio de sus pueblos. Un compromiso profundo que asumió toda su vida», dijo. Asimismo, prometió estar a la altura de su madre durante las siete décadas de reinado y trasfirió los títulos al príncipe Guillermo, su heredero al trono. La segunda proclamación de Carlos III ha tenido lugar en el Royal Exchange, la antigua bolsa londinense. El Rey de Armas de la Jarretera ha leído de nuevo la proclamación, culminada por una fanfarria y desfile militar. Se harán nuevas proclamaciones el domingo en Escocia, Irlanda del Norte y GalesEscocia, Gales e Irlanda del Norte.