La compañía gasística rusa Gazprom ha confirmado este lunes la estabilización de la presión en los gasoductos del Nord Stream dañados en una serie de incidentes que gran parte de la comunidad internacional ha achacado a Rusia en el marco de supuestas operaciones de sabotaje. «La presión en la Línea A del Nord Stream 2 y las dos líneas del gasoducto del Nord Stream 1 se han estabilizado tras los incidentes y las fugas de gas han cesado», ha indicado la empresa en un comunicado. En este sentido, el texto señala que Gazprom está trabajando para «reducir la presión en la Línea B del Nord Stream 2, por lo que debe reducir el flujo de gas natural en el gasoducto». «Esto permitirá examinar con seguridad la integridad de la línea y los posibles riesgos medioambientales», ha subrayado. «Si se toma la decisión de suministrar a través de la Línea B tras confirmar la integridad del sistema, se podrán reanudar las operaciones», ha sostenido la empresa, que ha puntualizado que ya la semana pasada se logró la despresurización de dos líneas cerca de la isla danesa de Bornholm. El portavoz de Kremlin, Dmitri Peskov, no ha descartado la posibilidad de restablecer el funcionamiento de los gasoductos, pero ha señalado que «no existe una comprensión» sobre cuándo podría suceder esto. «Existe la comprensión de que hay que reconstruirlo, existe la comprensión de que en general se puede reconstruir cualquier cosa», ha dicho. Según Peskov, «todavía es necesario investigar estas zonas y comprender que hay allá abajo, en el fondo (del mar), para comprender la magnitud del desastre». Sin embargo, ha descartado la posibilidad de una cooperación internacional en tal sentido «tomando en cuenta la posición de histeria y antagonismo de Occidente en contra de nuestro país». Las autoridades danesas dieron por finalizadas las cuatro fugas en los gasoductos rusos Nord Stream este domingo, según indicó la Dirección General de Energía de Dinamarca. Desde el domingo pasado y hasta el martes se localizaron dos fugas en cada tubería (ambas fuera de servicio), dos en la zona danesa y dos en la sueca, todas en aguas internacionales, que los gobiernos afectados han calificado de «sabotaje». Las autoridades danesas ya habían informado hace días de que contaban con que las fugas cesaran a finales de esta semana, lo que permitiría iniciar una exploración submarina. Ninguno de los dos gasoductos estaba en servicio cuando se produjeron los accidentes. El primero interrumpió los suministros hace semanas, al alegar Moscú problemas técnicos, mientras que el segundo nunca entró en funcionamiento, puesto que el canciller alemán, Olaf Scholz, lo bloqueó a raíz del reconocimiento por Moscú de las autoproclamadas repúblicas separatistas del Donbás, en febrero. Tanto los países afectados como el resto de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y Rusia hablan de sabotaje, aunque difieren en cuanto a la posible autoría. Moscú ha acusado a los anglosajones de estar detrás, mientras algunos países occidentales han apuntado en la dirección contraria. Si bien, Gazprom comunicó este sábado el corte de suministro de gas ruso a Italia a través de Austria, alegando «incumplimiento con los protocolos de distribución» y por el mismo motivo, redujo el flujo a Moldavia, amenazando con cortarlo totalmente.