La inflación ahoga a unas salas de cine ya tocadas por la pandemia
La subida de los precios de las materias primas agrava la crisis del sector de la exhibición cinematográfica en uno de los otoños con mayor número de estrenos de películas en salas y con la sombra de las plataformas
Después de superar varios obstáculos en los últimos años, como la adaptación tecnológica, el IVA al 21 por ciento, el auge de las plataformas, el cierre total durante la pandemia y las medidas sanitarias, ahora los cines enfrentan una nueva crisis: la inflación. La subida del precio de las materias primas también afecta a las salas, en un momento donde el 28 por ciento de los cines se encuentra en riesgo de impago, frente al 61 por ciento que presenta valores bajos o mínimos, según los datos de Insight View publicados por Iberinform. El sector ha incrementado más de ocho puntos porcentuales su nivel de endeudamiento ante la caída de facturación tras la pandemia. Una facturación, que según fuentes del sector estaría un 40 por ciento por debajo de los niveles de antes del coronavirus.
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La fase inicial de confinamientos propició nuevos hábitos de consumo audiovisual y una reestructuración de la ventana de exhibición, que aseguraba a los cines un periodo de explotación exclusiva de los estrenos antes de competir con otros formatos. La vuelta de los espectadores españoles a las salas de cine no ha llegado a los niveles de pre pandemia. Ha habido excepciones, pero en líneas generales la asistencia a las salas sigue por debajo de la que había antes de marzo de 2020. Mientras que en otros mercados, como Estados Unidos, la recuperación ha sido más rápida. Eso significa menor recaudación en un momento en el que la inflación está subiendo el premio de la luz, algo clave para las salas. "Como cuando la tormenta es perfecta, pues ya que caiga un rayo más pues dices pues si ya estamos empapados", ejemplifica Adolfo Blanco, dueño de los cines Verdi, con salas en Madrid y Barcelona, la situación que viven este otoño.
"Si es verdad que la situación socioeconómica ahora es muy complicada y lo que más está afectando a la marcha de los cines es el precio de la electricidad. Se ha convertido en un coste muy elevado", explica Luis Gil, Director General Federación de Cines de España.
La subida de precios de los alimentos y de otros productos ha sido la consecuencia de la inflación. En el caso del cine, no se ha producido una subida en el precio de las entradas. “Estamos pagando más por los gastos de luz, por el aire acondicionado. Estamos más, pagando más por ciertos productos que se ven en los cines. Y sin embargo, el cómo repercute eso en el precio de las entradas no se equipara a la subida de precio”, dice Octavio Alzola.
Coinciden en el sector en que encarecer las entradas sería contraproducente en un momento como el actual, donde la competencia con las plataformas de streaming y la recuperación de espectadores está siendo más complicada de lo que se pensaba. "Estamos con un mercado que en el que la prioridad es recuperar espectadores, es volver a cuanto antes a unos niveles lo más parecidos a los que teníamos antes de la pandemia. Por lo tanto, no queda otra que lo que hemos venido haciendo durante todos estos años, que es aceptar que los márgenes se estrechan", reconoce Adolfo Blanco. En esa línea están casi todos los cines. También los Renoir. "Si subimos la entrada de acuerdo a la inflación se dirá eso que tanto hemos oído de 'qué caro es el cine", añade Octavio Alzola, portavoz de esta empresa de cines que pertenece a Enrique González Macho.
No todos cines han aguantado esta situación límite. Muchos han cerrado. Por ejemplo, los Conde Duque en Madrid, situados en las calles de Santa Engracia y Alberto Aguilera. Una triste experiencia, según Adolfo Blanco. "Ahora mismo hay cines que no pueden pagar, no ya las películas, o el alquiler, es que no pueden pagar a los empleados. En Conde Duque con los pocos espectadores que teníamos, no podíamos pagar las nóminas"
Durante la pandemia el gobierno aprobó ayudas a la exhibición, para que las salas de cine no tuvieran que cerrar definitivamente. Esas ayudas no se han vuelto a repetir. "Evidentemente, si hubiéramos tenido una ayuda económica, no habríamos tenido que cerrar. Si se cierran los cines porque no se puede perder más dinero. Los Verdi, afortunadamente gozan de una buena salud, pese a que no estén tan boyantes".
"Es una situación realmente preocupante. El Estado puede mirar hacia otro lado o decir que ya se recuperará, pero mientras mira hacia otro lado esperando a que se recupere solo, sin duda habrá más cierres y eso una terrible pérdida. Sobre todo para esas ciudades que a lo mejor solo tienen un cine y se quedan sin él, o barrios que pierden su cine y sus habitantes ya no saben dónde ir. Eso es malo para todos", explica Blanco.
El cierre de pequeñas salas, alejadas de los centros comerciales o de las grandes ciudades ha sido una constante en los últimos años. Los datos de Iberinform así lo constatan. Por ejemplo, las macroempresas representan un 7 por ciento del sector del cine y están concetradas de la siguiente manera: un 17 por ciento en Madrid y un 13 en Brcelona. Son las ciudades con más cines. Seguidas de Girona, con un 7 por ciento, Valencia y Sevilla con un 5 por ciento y Alicante con un cuatro por ciento. "Ojalá que el Estado se dé cuenta de que ahora es el momento de actuar, porque dentro de seis meses habrá habido muertos por el camino", advierte Blanco.
"Estamos esperando a que el Gobierno saque la convocatoria de los fondos que están previstos en los Presupuestos Generales del Estado para las salas de cine. Confiamos en que salgan lo antes posible porque el sector necesita de ese apoyo de la administración en este momento y que ese apoyo se mantenga en el tiempo hasta que consigamos que la recuperación de espectadores sea en una cifra del orden de antes de la pandemia", nos dice Luis Gil de FECE.
Hay una variante más. La la recesión y la subida de precios actual hace que los españoles tengan menor pder adquisitivo. Eso significa que gastan menos en ocio y cultura, algo que han notado en los Cines Renoir, como explica Alzola: "Con la subida de los precios sí vemos que los espectadores se piensan más en gastar dinero en dos entradas de cine. Eligen quizá la película más comercial. Nosotros tenemos una política en la que en nuestra idea de fidelizar y premiar el el espectador recurrente, con precios reducidos y la oferta de volver al cine".
Este tipo de iniciativas y promociones son el único arma que ahora mismo tienen las salas. Este lunes comienza la Fiesta del Cine, unas jornadas donde se baja el precio de las entradas para ver todas las películas estrenadas. Este año dura cuatro días, un día más que en el resto de ediciones, que siempre se han celebrado con éxito, salvo la anterior, recíen salidos de la pandemia. "La Fiesta del cine es muy oportuna. Además, se alarga un día para que todos nos acordemos de lo bien que se pasa el y el gusto que es poder ver una película en la pantalla grande", dice esperanzado Adolfo Blanco.
Una situación, la de esta subida de precios, que entienden que es transitoria. Al menos esperan que así sea. "Queremos que los cines recuperen la normalidad y para eso vamos a quitar todos los obstáculos que estén retrayendo ahora el espectador de volver a las salas", indica Blanco que es además distribuidor de cine y que este otoño estrenará títulos como Argentina 1985, película que compaginará las salas de cine con su estreno en Amazon Prime Video, y As bestas, el thriller de Rodrigo Sorogoyen.
Para los cines también es positivo que haya estrenos y títulos potentes. Sin embargo, el aluvión de estenos, muchas películas españolas y muchas que estarán en la temporada de premios, también preocupa. ¿Encontrarán todas ellas a sus pespectadores? ¿Se harán competencia unas con otras?
“El número de estrenos no es el problema", afirma Alzola. Sin embargo, matiza que el problema puede estar en que muchas de las películas que llegarán a la cartelera en los próximos meses, de aquí a Navidad, puedan pasar desapercibidas. "Hace falta un esfuerzo de promoción y un esfuerzo de visibilidad de esas otras películas. Y que ahora captar la atención del público está siendo más complicado para muchos títulos medianos y pequeños”.
Cómo capearán las plataformas la recesión
No solo las salas de cine van a sufrir la subida de precios y la crisis global. También las distintas plataformas tendrán que adaptarse a la nueva situación. Como bien señala, Elena Neira, analista y experta en consumo y plataormas, el consumidor de contenido audiovisual en internet, al ver reducido su poder adquisitivo también va a evaluar si realmente necesita todos los servicios de streaming a los que está suscrito. Como señala en su artículo en Bussiness Insider, "se está produciendo un cambio radical de actitud del mercado". Eso significa que ha habido caídas generalizadas en las cotizaciones bursátiles de los principales operadores. Por ejemplo, Netflix ha caído un 70 por ciento, Disney un 40 por ciento y el de Warner Bross un 45 por ciento.
"Ahora las plataformas están sometidas a la presión de ganar dinero y se enfrentan al que probablemente será el mayor reto de su historia: mantener las cancelaciones bajo mínimos y aumentar el beneficio por cliente sin reducir el atractivo de su oferta", dice Elena Neira. La experta cree que en los próximos meses el streaming apostará por productos seguros, como reboots, precuelas, secuelas o spin off. La reducción de plantilla, rumor que golpea a HBO Max desde hace meses, o la llegada de la publicidad son otras de las soluciones que podrían planear sobre estas empresas.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...