Ir al psicólogo en España: un "capricho" al alcance de unos pocos
La precariedad de la atención psicológica en la sanidad pública y los elevados precios de los psicólogos privados impiden a una parte de la población española recibir tratamiento
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Madrid
Sonia camina por la calle mirando al suelo. "Diría que llevo necesitando ir al psicólogo dos años", comenta. La precariedad económica en la que vive, sumada al peligro inminente del cáncer de su padre, le han hecho volver a sentir "la necesidad de escucha, de guía", porque no sabe si puede estar "haciendo las cosas mejor". A sus 27 años, está pagando un piso y para ella ir a un psicólogo privado "es inconcebible". Tampoco puede pedírselo a sus padres porque a ellos "tampoco les da". La otra opción que se ha planteado es acudir a la sanidad pública, pero le han llegado "opiniones terribles" de gente que ha estado allí, entre ellas, la de su pareja: "Siempre parecía que le atendían con prisa, como si fuera una molestia". "Están tan absolutamente saturados que son incapaces de dar un servicio digno", explica Sonia. En España, hay 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes. Tres veces menos que la media de la Unión Europea.
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En un hospital de la sanidad pública madrileña trabaja Juan Antequera, psicólogo clínico y vocal de la Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes. "La situación deja bastante que desear. Ahora mismo estoy recibiendo pacientes que derivaron en abril, la lista de espera es muy elevada. A los pacientes les podemos ver al mes o mes y una semana, lo cual es insuficiente", explica Antequera. Y esta espera, repercute directamente en el paciente, porque "suele llegar a la consulta con la sintomatología bastante más cronificada" y necesitan "más tiempo" de tratamiento.
"Tenía cita una vez al mes o cada mes y medio y sentí que cerraron mi tema muy rápido"
Esta es la principal causa por la que muchas personas deciden no ir al psicólogo por la sanidad pública, los tiempos de espera. "Tenía cita una vez al mes o cada mes y medio y sentí que cerraron mi tema muy rápido, como ya está, ya estás bien", explica una paciente. Unas quejas que le transmiten a Antequera: "Su baza es esa, la queja. Entendemos perfectamente que la queja no es hacia el servicio que yo estoy dando, sino que es una queja hacia el propio sistema".
Un sistema que tiene una parte positiva, que los psicólogos clínicos están muy formados porque tienen que estar 4 años trabajando en hospitales públicos como Psicólogos Internos Residentes. El problema recae en que hay muy pocos en España, menos de 3.000, porque solo hay 200 plazas públicas por año. "Nosotros aspiramos al doble para poder tener en 4 años una cantidad de profesionales formados que pueda atender a la población", comenta el psicólogo clínico.
Por ello, algunos pacientes sienten que la pública es la última opción: "Se queda corto y te sirve básicamente para no morir", dice una mujer.
"Tratar la salud mental parece un capricho al alcance de unos pocos"
Esto divide a la población en dos grupos, entre los que se pueden pagar la atención a la salud mental y los que no. Los primeros acuden a un psicólogo privado. En una calle de Madrid se encuentra la clínica en la que trabaja Patricia como psicóloga. "Vienen muchísimas personas que empiezan su tratamiento por la sanidad pública. Al final, les es muy complicado generar el vínculo o entrar una dinámica en la que sientan que el proceso avanza. Incluso hay veces que el profesional les cambia".
Patricia cobra por sesión de una hora 70 euros, aunque también tienen "bonos de 5 sesiones por 300 euros, saldría a 60 la sesión". Precios que son habituales entre los profesionales del sector y que provocan que algunos pacientes puedan ir mucho menos de lo que les gustaría. "Por desgracia parece que para ir al psicólogo hay que ser multimillonario", expresa un joven de Andalucía. "Lógicamente, a mí me gustaría ir varias veces al mes, pero actualmente, pues estoy yendo una vez cada dos meses", comenta otro de Castilla y León. "Desde luego, ir semana tras semana es inviable para mí", zanja el último que es de Galicia.
En casos que no son muy graves, Patricia suele tratar a un paciente en unas 20 sesiones. Para ello, hay que tener mínimo 1.200 euros. Por eso, hay opciones como la que encontró Alejandro: "No me podía permitir pagar un psicólogo privado pagando 70 euros la sesión. Tuve una psicóloga a la que le comenté mi situación y me recomendó contratar un seguro privado de forma que yo pagaba 50 euros al mes y me daban 20 sesiones de psicoterapia para repartirlas a lo largo del año. De esa manera, pude ir dos o tres veces al mes pagando solo 50 euros al mes, en lugar de 70 por sesión".
Patricia dice entender a aquellas personas que consideran que es caro, pero recuerda que de esos 70 euros, ella se queda con 35 y que a eso le tiene que restar el IRPF y la cuota de autónomos. "Muchas veces sí que te planteas decir: el día que yo haga algo va a ser a un precio mucho más asequible. Pero la realidad es que (este precio) no es un capricho", comenta. Aunque, por el momento, tratar la salud mental sí parece un capricho al alcance de unos pocos.
Javier Liébana Giraldo
Redactor del equipo de informativos de fin de semana de la Cadena SER. Graduado en Periodismo por la...