Instrucciones para vivir ligero
" Es una desgracia no ver las cosas en cada momento como vas a percibirlas a la vuelta de unos años. Tengo una amiga que sostiene que ciertas cosas nunca se tiran directamente; antes van pasando por trasteros, armarios, cajones, bolsillos, etc. Entonces, un día, reparas en ellas y exclamas: ¿pero qué cojones hace esto aquí?"

Instrucciones para vivir ligero
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Galicia
Me dan envidia las personas capaces de mirar a su alrededor y, sin pensarlo demasiado, decir: «Esto ya no vale para nada, tirémoslo». Debe de ser bellísimo no vivir ficticia, ridícula, emocionalmente atado a las cosas. Si cambiar de opinión es sanísimo, cambiar de sentimientos supongo que aún más. Cuántas tonterías nos ahorraríamos, y espacio. Y qué ligeros viviríamos. Recuerdo que el día que entregué mi primer coche para comprar el actual, me quedé con la rueda de repuesto de recuerdo. Hoy es fácil advertir que fue un gilipollez. Pero había que verse en la situación de oír al del concesionario decir que el vehículo acabaría en el desguace. Fue inevitable abrir el maletero y rescatar la rueda. Ojalá hubiese podido llevarme solo el acelerador. Es una desgracia no ver las cosas en cada momento como vas a percibirlas a la vuelta de unos años. Tengo una amiga que sostiene que ciertas cosas nunca se tiran directamente; antes van pasando por trasteros, armarios, cajones, bolsillos, etc. Entonces, un día, reparas en ellas y exclamas: ¿pero qué cojones hace esto aquí? Y lo tiras fulminantemente. Esto vale para objetos, y también para gente insoportable.




