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Salud y bienestar

El cerebro vagabundo

Qué sucede cuando el cerebro se enreda en pensamientos circulares que nos impiden avanzar

El cerebro vagabundo

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Se calcula que el cerebro humano procesa diariamente unos 60.000 pensamientos, de los cuales el 94% se repiten y el 80% son negativos. Esto es lo que se conoce como ‘cerebro vagabundo’. Por ello vamos a hablar de qué es lo que sucede durante ese vagabundeo mental, porque hay maneras de vagabundear que son felices, pero las del cerebro nunca lo son, y se materializan en pensamientos que no se corresponden con la realidad y que nos lastran, como por ejemplo: nunca me sale nada bien, no tengo suerte, nadie me entiende, no puedo, etc.

Este tipo de pensamientos se repiten, no son productivos, y solo nos ocupan espacio. Y aunque no tengan consecuencias productivas, sí que tienen efectos negativos:

  • Deterioro de las relaciones interpersonales, generalmente los individuos se alejan inconscientemente de personas llamadas toxicas.
  • Perdida de oportunidades, cuando las personas se enfocan en lo negativo se pierden de las actividades o relaciones que generen valor para ellas, como nuevos puestos, cambiar de empleo, negociaciones exitosas, conocer a nuevas personas, etc.
  • Efectos en la salud, los pensamientos negativos generan estrés que no permite a las personas ser productivas, también algunas de las veces el estrés se presenta a través de una dolencia física de forma ligera o hasta enfermedades crónicas como ulceras o cáncer.

La investigadora Nazareth Castellanos, en una entrevista para El País, menciona al escritor y sacerdote Pablo d'Ors, que decía que hay que pasar de ser un vagabundo a ser un peregrino. El vagabundo no sabe a dónde va, y el peregrino tiene un itinerario, y lo mismo ocurre con la mente. Mientras dejamos que estos pensamientos basura sigan circulando, no llegamos a ningín sitio, pero cuando tomamos un camino ya somos peregrinos, y aclaramos nuestra sideas y nuestro destino.

En el cerebro existen esos dos estados. Según un estudio de la Universidad de Harvard, casi la mitad del tiempo que estamos despiertos nuestro cerebro es como un vagabundo. Y de vez en cuando, por ejemplo, cuando investigamos o cuando practicamos meditación, se convierte en peregrino.

Está claro que el cerebro necesita vagabundear, pero la mitad del tiempo es excesivo. Eso es lo que la Universidad de Harvard identifica como una de las mayores fuentes de insatisfacción vital. De todas esas funciones que hace ese “vagabundeo”, se calcula que solo un 30% es indispensable. El resto se ha comprobado que no sirve para nada, que es una disipación de energía enorme.

Por ello es conveniente aprender a enfocarnos en los pensamientos que realmente son prácticos. Para limitar el vagabundeo podemos:

  1. Entrenarnos para poner foco a una sola cosa (el multitasking favorece el vagabundeo): leer, escribir, practicar ejercicio, meditar, aprender un idioma
  2. Reconocer los pensamientos repetidos y dejarlos pasar. Mindfulness. El ejemplo de la madre insoportable (¿de qué te sorprendes?)
  3. Exponernos a novedades que nos capturen la atención: gente interesante, visitar nuevos lugares, hacer cosas nuevas.
 
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