El BCE pide un "análisis exhaustivo" de las posibles consecuencias del impuesto español a la banca
El banco central publica un informe no vinculante que detecta posibles impactos sobre la estabilidad financiera y la concesión de crédito
Madrid
La imposición de impuestos específicos a la banca no gusta al Banco Central Europeo. Lo ha dicho de manera reiterada, y lo vuelve a dejar claro en el dictamen que acaba de publicar sobre el gravamen a las entidades financieras que propone el sector que propuso Pedro Sánchez y que se está tramitando en el Congreso. El BCE pide que su tramitación se acompañe de un informe exhaustivo sobre cuáles van a ser sus consecuencias para evitar que su entrada en vigor perjudique la estabilidad financiera.
Más información
El dictamen, de seis páginas y firmado por la presidenta del Banco Central, Christine Lagarde, avisa en concreto de la posibilidad de que este gravamen "plantee riesgos para la estabilidad financiera, la resiliencia del sector bancario y la concesión de crédito". También explica que "el importe del gravamen temporal podría no ser proporcional a la rentabilidad" de cada entidad y puede dificultar la transmisión de la política monetaria si el pago de este impuesto implica que las entidades pierdan solvencia.
Una de las cuestiones que más critica el Banco Central es la prohibición de trasladar el gravamen al cliente final. De hecho, el dictamen anima a los bancos a que sí lo repercutan al decir que "el BCE espera, en general, que las entidades de crédito, de conformidad con las buenas prácticas internacionales, tengan en cuenta y reflejen en los precios de los préstamos todos los costes pertinentes, incluidas las consideraciones fiscales, cuando proceda". La prohibición que establece la propuesta de los grupos del Gobierno, añade, "puede generar incertidumbre, riesgos operativos y reputacionales".
En todo caso, el informe sí reconoce que las subidas de tipos de interés aumentan los beneficios de los bancos a corto plazo, aunque añade que su impacto a medio y largo plazo puede llegar a ser negativo para las entidades. Y recuerda que muchos bancos ya han tenido que aumentar sus provisiones ante el empeoramiento de la situación económica.
La proposición de ley busca gravar a las empresas de energía con un 1,2% en sus ventas y a las entidades financieras con un 4,8% sobre sus comisiones e ingresos
El dictamen del Banco Central no es vinculante y se ha emitido a petición del Congreso que es dónde los grupos parlamentarios de PSOE y Unidas Podemos presentaran la propuesta de creación de este nuevo gravamen con el que aspiran a recaudar 3000 millones de euros en los dos próximos años.
El Gobierno seguirá adelante con el impuesto
Tras conocer el dictamen, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha descartado que la opinión del BCE sobre la medida impositiva vaya a suponer algún cambio en el diseño del tributo o en la postura del Gobierno. Montero ha destacado que el informe del BCE incluye "recomendaciones generales" y que en ningún caso se trata de una opinión formal en contra del nuevo impuesto contra las grandes corporaciones. El organismo europeo ha mostrado su preocupación por cómo pudiera afectar la futura medida a la concesión de créditos. La ministra ha recordado que este dictamen no es vinculante y que el Gobierno ya ha hecho el análisis de las consecuencias del impuesto. Asimismo, ha defendido que lo que pide el BCE es prudencia a la hora de evaluar las consecuencias.
Desde el Ejecutivo han aludido al fuerte incremento de los beneficios que han obtenido las entidades financieras en lo que llevamos de año gracias a la subida de los tipos de interés. Y añaden que se ha hecho un análisis del impacto que tendrá el impuesto sobre la solvencia de la banca, que no prevé un impacto significativo por ser un gravamen temporal y por su diseño. Sobre los efectos que tendrá en el consumidor, ha aclarado que el texto establecerá la prohibición de que la tasa se traslado a los clientes.
Gana la banca
Jordi Fàbrega
Periodista en la Cadena Ser desde 2003. Primero...