El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha informado este jueves de que sus inspectores no han hallado rastros de que en Ucrania se haya intentado fabricar una bomba atómica «sucia», tras inspeccionar tres lugares concretos en el país atacado. «Nuestra evaluación técnica y científica de los resultados que tenemos hasta ahora no mostró ningún signo de actividades y materiales nucleares no declarados en estos tres lugares», ha señalado en un comunicado el director general del OIEA, Rafael Grossi. También ha recordado que en los últimos días los expertos de la agencia nuclear de la ONU han llevado, y completado «actividades de verificación sobre el terreno en tres lugares de Ucrania, a petición del Gobierno de este país». Según Grossi, los inspectores pudieron efectuar «todas las actividades que el OIEA había previsto realizar y tuvieron acceso ilimitado a los lugares». La nota recuerda que las «solicitudes escritas de Ucrania para que el OIEA enviara equipos de inspectores se emitieron después de que la Federación Rusa presentara alegaciones sobre las actividades en los tres lugares». Esos emplazamientos inspeccionados fueron el Instituto de Investigación Nuclear en Kiev, la Planta de Procesamiento y Minería Oriental en Zhovti Kody y la Asociación de Producción de la Planta de Construcción de Máquinas Pivdennyi en Dnipro, ha precisado el OIEA. Tras recibir la petición, «envié inmediatamente inspectores a los tres lugares para que desempeñaran su indispensable función técnica e independiente de verificación de los hechos sobre el terreno», ha recordado Grossi. Además, ha destacado que los expertos internacionales se trasladaron a esos lugares «en pocos días» y «llevaron a cabo sus actividades de salvaguardias (controles), en circunstancias difíciles durante el actual conflicto en Ucrania». El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha cuantificado hoy en 4.5 millones el número de personas que continúan sin tener acceso a energía y luz en sus hogares como consecuencia de los ataques rusos. Esto supone que el 10% de los ciudadanos ucranianos siguen sin tener electricidad mientras que no se consigue reactivar el suministro. El líder de Ucrania ha concretado que el corte afecta a Kiev y a otras 10 regiones del país y ha pedido a las autoridades locales de estas zonas que ahorren en el consumo de energía porque este no es «un momento idóneo para que estén iluminados los escaparates o los rótulos de los comercios». Además, recogieron muestras ambientales para ser analizadas en los laboratorios del organismo con sede en Viena. El muestreo ambiental es una medida de salvaguardia comúnmente utilizada con técnicas analíticas ultrasensibles, que pueden proporcionar información sobre actividades pasadas y actuales relacionadas con la manipulación de materiales nucleares, precisa la nota. «Basándose en la evaluación de los resultados disponibles hasta la fecha y en la información proporcionada por Ucrania, el organismo no encontró indicios de actividades y materiales nucleares no declarados en los lugares», ha afirmado el director general. También ha añadido que más adelante, y «lo antes posible», el OIEA informará «sobre los resultados del muestreo medioambiental». Grossi ha subrayado que el organismo sigue «dispuesto a llevar a cabo más actividades de verificación de este tipo en Ucrania para comprobar la ausencia de actividades y materiales no declarados y disuadir así de cualquier uso indebido de los mismos». El Gobierno ruso había denunciado que Ucrania intentaba crear y usar una «bomba sucia» atómica en su propio territorio para culpar a Moscú de utilizar armas de destrucción masiva y generar una dura respuesta de Occidente, acusación que Kiev ha rechazado. También conocida como arma radiológica, la bomba sucia es un explosivo convencional, como la dinamita, enriquecido con material radiactivo que se disemina al estallar el explosivo, siguiendo una doctrina de uso similar a la de las armas químicas. Autoridades rusas han anunciado que publicarán en los próximos días un dossier con pruebas que culpan a Londres de ser los responsables de las explosiones que el pasado fin de semana sufrieron varios buques de su flota en aguas del mar Negro. El gobierno de Vladimir Putin ha desvelado que el dossier probatorio ya ha sido entregado a la embajadora inglesa en Moscú, Deborah Bronnert. Según la versión rusa, drones navales de las fuerzas especiales británicas están detrás de las acciones contra la flota de Sebastopol. Este suceso fue el argumento con el que justificó el Kremlin su retirada del acuerdo que permitía mantener la exportación de cereal desde puertos de Ucrania mientras dure la guerra. El pacto para mantener el envío de grano se ha retomado este miércoles.