El Real Betis y el Sevilla sellan el reparto de puntos en un derbi de infarto que tuvo tres expulsiones
Los locales lo tuvieron de cara, pero la tarjeta roja a Borja Iglesias cambió la dinámica (1-1)
La palabra derbi significa pasión, tensión, emoción y fútbol en estado puro. El encuentro entre el Real Betis y el Sevilla FC lo demostró a la perfección. Más allá del reparto de puntos y el gol para cada equipo, hubo diez tarjetas amarillas y tres rojas. Además, la rivalidad se vio reflejada en la grada desde el primer momento. En lo deportivo, los locales lo tuvieron muy de cara, pero las dos expulsiones enfriaron a los suyos y terminaron dejándose dos puntos ante su máximo rival.
Gudelj salva un punto de oro en el Benito Villamarín (1-1)
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Los verdiblancos quisieron hacer notar su ventaja de localía y salieron volcados al ataque. Fekir mandó el esférico al palo a los 7' minutos de partido e hizo sentir el miedo al sevillismo, pues un gol tan tempranero hubiese sido duro de asimilar. Pasado el minuto 21', Ruibal y Borja Iglesias lo volvieron a intentar, sin terminar de ver la portería de Bono. No obstante, el equipo de Sampaoli tenía mucha guerra que dar. Sabían que más allá del estado de forma de cada equipo, en un derbi puede pasar cualquier cosa.
El tiempo pasaba y a pesar de que las ocasiones eran para los béticos, no terminaban de plasmar su superioridad en la tabla en el marcador. La intensidad marcada por ambos equipos ante un choque de tal calibre demostraba una gran concentración por parte de los dos equipos de la ciudad de Sevilla. De hecho, poco a poco, el Sevilla FC se fue animando e incluso pudo abrir la lata con un remate de Lamela que llegó de un centro y otro de Rafa Mir que llegó al instante. Sin hacer mucho ruido, el menos favorito hizo saber que también tenía efectivos para vencer.
Minutos de locura
Cuando parecía meterse en el partido el Sevilla FC... se quedó con un efectivo menos en el verde. Álex Moreno intentó marcharse hacia campo contrario y fue derribado por Montiel. En un principio vio amarilla, pero tras ser revisado el colegiado lo expulsó. La afición bética enloqueció ante tal noticia, que se dio a pocos minutos del descanso. Y el Betis lo aprovechó, y tanto que lo aprovechó. En el 43', una gran llegada de Canales terminó provocando el gol, que fue en propia puerta de Jesús Navas. Un tanto que parecía importante en lo psicológico, pues los locales consiguieron antes del descanso abrir la lata y se podían ir con superioridad numérica. Además, la grada del Benito Villamarín era una fiesta absoluta. Sin embargo, una acción que tuvo que ver en el VAR Sánchez Martínez, confirmó la expulsión de Fekir y rebajó la euforia.
Final de primera parte de auténtico infarto en el Benito Villamarín. Hubo goles, expulsiones, tensión y mucho sentimiento. Lo que el público quiere en un derbi, se vio en 45 minutos plenos de una pasión por el fútbol que en pocas ciudades se vive como en Sevilla.
A pesar del varapalo de la expulsión de Fekir en la recta final, el derbi seguía pareciendo de cara para los béticos. No obstante, no pudo empezar peor la cosa en la vuelta al terreno de juego. Por tercera vez, el colegiado revisó una tarjeta amarilla en el VAR, y también por tercera vez terminó mostrando la roja. Borja Iglesias se tuvo que marchar al túnel de vestuarios antes de tiempo y puso a los visitantes con más jugadores sobre el verde. Moralmente, los de Sampaoli lo notaron y se fueron al ataque.
El Real Betis se veía con más complicaciones para llegar a área contraria y el Sevilla FC sentía que era posible remontar. El Papu, Gudelj y Lamela lo intentaron. No obstante, el marcador del Benito Villamarín seguía marcando una ventaja por la mínima de los locales en el 70'.
La tensión seguía siendo alta. Lamela pudo ser expulsado pero solo recibió amarilla. Posteriormente, el Papu pareció poder ver la tarjeta roja, pero la entrada no fue suficiente para Sánchez Martínez. Los aficionados béticos no daban crédito y mostraron rechazo absoluto ante el arbitraje. No obstante, siguieron apoyando a los suyos, con el claro objetivo de no perder la ventaja con la que contaban.
El equipo sevillista sabía que a pesar del marcador, el guion estaba de cara. Con un solo tanto podían empatar el encuentro y el ambiente estaba caldeado en un Real Betis que solo contaba con diez efectivos en el campo. Un gran centro de Rakitic, que iba con toda la intención del mundo, fue despejado por Edgar, permitiendo respirar a los suyos.
Pico pala, pico pala... y el Sevilla logró el empate. Gudelj se inventó un zapatazo de ensueño desde fuera del área, ya en los últimos diez minutos, y colocó el empate. Entró por toda la escuadra, imposibilitando que Claudio Bravo pudiese atajar. Parecía ser cuestión de tiempo que esto sucediese, pues el hecho de contar con solo nueve jugadores complicó en exceso las cosas a un Real Betis que lo tuvo todo de cara.
Finalmente, a pesar de que el inicio no apuntaba a ello, se selló el reparto de puntos entre ambos equipos. Los béticos no quedaron contentos por dejar escapar algo que tenían en sus manos, pero los sevillistas tampoco por no aprovechar una oportunidad de oro que hubiese dado un empujón moral al equipo.
Pablo Prados
Redactor de deportes en la Cadena SER. Me gusta contar historias de fútbol.