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Dominadores y dominadas: los abusos del poder "facha" a través del teatro

El teatro es el reflejo de las problemáticas de una sociedad diversa. Alberto San Juan critica las relaciones jerárquicas que nos incapacitan. Josep Maria Flotats y Carmelo Gómez ponen a prueba nuestros valores, con la guerra de trasfondo. La memoria y el poder corrupto son otros asuntos que podemos ver sobre las tablas

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Dominadores y dominadas: los abusos del poder "facha" a través del teatro

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¿Qué pensáis con respecto a la belleza frente al horror? La directora artística del Teatro Español, Natalia Menéndez, dejaba caer esta pregunta en la rueda de prensa de 'París 1940' de Louis Jouvet. Diez segundos de silencio, una eternidad en la radio, hasta que Juan Carlos Mesonero, uno de los actores de la obra, respondió lo que muchas veces hemos escuchado en este programa: "es un refugio frente a una realidad que nos está aplastando".

De eso va esta obra con la que Josep Maria Flotats (Barcelona, 83 años) regresa al Español, veinte años después de su estreno. Flotats dirige y protagoniza este espectáculo, basado en las lecciones de interpretación que el maestro Luis Jouvet impartió en 1940 en el Conservatorio de París, al inicio de la II Guerra Mundial. Toda una lección artística y formativa, un combate dialéctico en torno al oficio de ser actor, el ser humano y sus aspiraciones, el cómo intentar realizarse a través del oficio, sea cual sea.

Josep Maria Flotats / Javier Naval

En este caso el oficio es el de actor, actor de teatro. La cultura y el arte en general, pero el teatro en particular, son la última resistencia que nos queda ante esa realidad aplastante. "Los actores somos los últimos mohicanos", dice Flotats. "El teatro es la posibilidad de subir al escenario y comunicar un sentimiento, que es lo que nos hace humanos. Todo lo demás son máquinas, pantallas, proyecciones, teléfonos móviles...", se lamenta el director y actor, que considera que caminamos hacia la extinción.

Esta es la razón de peso por la que Flotats ha querido volver con esta obra, que comienza con una voz en off que advierte de que el ejército alemán ha invadido Polonia. "Siempre hemos dicho que el teatro es el reflejo de la problemática de la sociedad, ahora más que nunca", decía preocupado por la escalada de tensión en la guerra de Ucrania, que hemos vivido esta semana.

Escena de 'París 1940' / Coral Ortiz

Entrar al Teatro Español a ver esta obra es toda una experiencia inmersiva, el espectador se sentirá en ese conservatorio de París en 1940, en el que se defendía el arte como última y única resistencia con la guerra llamando a las puertas. Completan el reparto Francisco Dávila, Arturo Martínez Vázquez y una extraordinaria Natalia Huarte, que interpreta a la joven alumna-actriz Claudia, que en la pieza aprende a cómo comunicar un sentimiento en el escenario.

El teatro, espejo de las problemáticas de una sociedad diversa

Son muchas las problemáticas de la sociedad, de las que tiene que hacerse eco el teatro. Tantas como personas distintas la conforman. A algunas se les ha quitado la voz, así que el teatro trata de devolvérsela. Porque además de reflejo de nuestras distintas realidades, el teatro representa, cada vez más, a los que han estado infrarrepresentados, personas con voz, pero silenciadas. Colectivos y minorías, migrantes, disidentes sexuales o personas con otras capacidades.

Todo esto es lo que nos trae Alberto San Juan (Madrid, 54 años) al Centro Dramático Nacional. Acaba de estrenar en el Teatro Valle-Inclán de Madrid 'Lectura fácil', adaptación de la obra de Cristina Morales, Premio Nacional de Narrativa.

Escena de 'Lectura fácil' / Luz Soria

'Lectura fácil' es "una bomba diseñada para reventar el concepto de discapacidad y reivindicar el derecho de todo lo vivo a gobernarse a sí mismo. Cuatro mujeres sometidas a tutela por los servicios públicos de bienestar. Una de ellas escapa. Una jueza la persigue. Una historia intensamente cómica y trágica donde el cuerpo es el centro de todo, el lugar de la opresión y el único lugar desde el que es posible emanciparse".

"Me fascinó la cuestión de fondo que trata, que no es la diversidad funcional, sino el poder, el poder jerárquico, el poder facha, que puede ser de izquierdas o derechas, porque es el poder como voluntad de dominio", nos ha contado Alberto San Juan en una entrevista. "La obra reivindica el deseo y la voluntad de vivir en un sistema y una sociedad basada en el dominio de unos sobre otros".

La memoria, el olvido y las tradiciones violentas que heredamos

La memoria histórica y democrática es otra de las asignaturas pendientes de nuestra sociedad. Así lo advierte Alberto San Juan, que interpreta también a Federico García Lorca en el Teatro Bellas Artes de Madrid, en 'Poeta en Nueva York'. Y lo es también para otro actor que viene de interpretar a Lorca, Carmelo Gómez, en 'A vueltas con Lorca'. "La amnesia, la falta de memoria, trae todas las demás enfermedades. La falta de memoria le puede beneficiar a determinado grupo social, pero no a una comunidad", decía Gómez esta semana durante la presentación de 'Las guerras de nuestros antepasados', de Miguel Delibes, que ha estrenado en el Teatro Palacio Valdés de Avilés.

Cartel de 'Las guerras de nuestros antepasados' / Cedida por Pentación Espectáculos

Dice Gómez que la labor del teatro, y así lo recogía Lorca, es la de poner en solfa o a prueba las tradiciones y valores viejos y antiguos, para ver si nos sirven o no. "Queremos una sociedad enferma, para mantener como sea los sistemas coercitivos que hemos tenido siempre. Preferimos seguir en lo conservador, en no cambiar nada", se lamentaba.

'Las guerras de nuestros antepasados' es el texto más antibelicista de Delibes, publicado en 1975 y adaptado, en esta ocasión, por Eduardo Galán, bajo la dirección de Claudio Tolcachir y protagonizado por Carmelo Gómez y Miguel Hermoso. Delibes nos traslada a una España rural y violenta, con la guerra como protagonista indiscutible: "todos tenemos una guerra como todos tenemos una mujer".

Federico García Lorca muy presente esta semana en el teatro. El poeta granadino también conocía bien la España rural y llena de múltiples violencias. El director del Teatre Lliure, Juan Carlos Martel Bayod, acaba de estrenar Yerma, otra versión más de las muchas que se han hecho de esta obra. Pero el montaje de Martel Bayod es la primera producción propia que el Lliure hace de una pieza de Lorca en toda su historia. Una adaptación que tiene como punto de partida las nanas, musicalizadas por Raül Refree. "Las nanas, al contrario de lo que se piensa, no son para consolar a un niño. Las nanas españolas advierten siempre de algo que va a pasar, una tragedia, en una sociedad que ha crecido siempre a la expectativa, esperando un ataque", dice el director.

Escena de Yerma, de Juan Carlos Martel Bayod en el Teatre Lliure / Sílvia Poch

Así que Yerma no es la historia de una mujer que no puede tener hijos, no solo, Yerma es lo que pasa cuando no nos conformamos, cuando no aceptamos la realidad, Yerma es el camino a la violencia. Protagonizada por María Hervás, Yerma llegará en enero al Centro Dramático Nacional, en Madrid, antes de empezar una gira en primavera por Cataluña.

Chachas, chicas, empleadas del hogar y otras mujeres de clase obrera

Hay muchas Yerma, muchas mujeres en Yerma, decía el director del Lliure. Pero "todas somos Adelita", cantan el colectivo Territorio Doméstico, formado por mujeres trabajadoras del hogar que llevan años reivindicando los derechos de estas empleadas en la intimidad de un hogar ajeno, en los cuidados remunerados. La ilustradora Ana Penyas, primera mujer Premio Nacional de Cómic, y la antropóloga Alba Herreros ponen en valor este trabajo precarizado e invisibilizado en la exposición 'En una casa. Genealogía del trabajo del hogar y los cuidados', que podemos ver en el IVAM, el Instituto Valenciano de Arte Moderno. Ilustraciones a partir de entrevistas a decenas de mujeres, un recorrido por la historia política y cultural de las chachas, de las chicas, de las hoy llamadas empleadas del hogar.

Ilustración de Ana Penyas / Cedida por el IVAM

Seguimos con otra representación de las mujeres, en este caso de las madres, de clase obrera, que intentan ascender a través de la fama y las redes sociales. La novelista francesa Delphine de Vigan acaba de publicar en Anagrama 'Los reyes de la casa', un thriller policial convertido en un tratado sociológico sobre la fama, las redes sociales, la familia y las madres influencers. Hemos conversado con la autora.

Días sin hambre, de Delphine de Vigan / Editorial Anagrama

A propósito de las redes sociales, de las pantallas y teléfonos móviles, de la dictadura de la imagen, volvemos al teatro de la mano de Colectivo Fango. Esta compañía lleva años indagando en la identidad humana y artística a través del tiempo y de una trilogía que su director, Camilo Vásquez, reúne ahora en los Teatros del Canal. La primera pieza se llama F.O.M.O., fear of missing out, el miedo a perderse algo, a quedarse excluido, donde se preguntan qué sucede con la imagen que creamos de nosotros mismos, qué lugar ocupan nuestros cuerpos en el espacio virtual y cómo la tecnología se ha adueñado de nuestros comportamientos cotidianos, cambiando nuestro lenguaje, nuestra forma de comunicarnos y expresarnos.

Escena de 'F.O.M.O.' de Colectivo Fango / John Rojas

A F.O.M.O. y el individualismo al que nos somete la tecnología, le sigue TRIBU, un viaje hacia el pasado, a lo analógico, al origen y la memoria. Un regreso a un estado primigenio. Y cierra la trilogía La Espera, en la que cinco personajes esperan que algo suceda, una catarsis, y lo hacen transformados, disfrazados. "Porque la única forma de afrontar el futuro, es disfrazándose, teniendo un alter ego, un avatar", nos ha contado Vásquez. Y la gran pregunta es: ¿qué hacemos mientras esperamos?

Búsquedas personales y grupales, íntimas, colectivas y políticas las que nos ofrece Colectivo Fango a partir de esta semana. También juega con la memoria Pablo Remón, que regresa al Festival de Otoño, en el Centro Cultural Conde Duque. Lo hace con 'Barbados en 2022, La Abducción'. Es una reescritura de 'Barbados etcétera', que Remón estrenó hace cinco años. El Premio Nacional de Literatura Dramática 2021 nos ha contado porqué decide reescribir una obra cada cinco años y cómo la memoria puede ser engañosa. Barbados nos cuenta la historia de una pareja, a través de la memoria de cada uno de los dos personajes. Si para Harold Pinter «el pasado es una niebla», para Remón esto se cumple, sobre todo, cuando hablamos del pasado de una pareja. «¿Qué es una pareja, más allá del pasado que les une? Somos lo que hemos sido, la historia que explica cómo hemos llegado hasta aquí. Pero esa historia no está escrita en piedra; es móvil, es variable. Para sobrevivir como pareja, tenemos que ser capaces de contar nuestra historia».

Presente y futuro: dónde encontrar la esperanza en un mundo podrido

Terminamos en el presente, con una Zarzuela contemporánea: 'Policías y ladrones'. Escrita en 2015 y dos veces pospuesta, por fin se acaba de estrenar, para alegría de Daniel Bianco, director del Teatro de La Zarzuela: "es un día para festejar, para hacernos reír y distanciarnos de ciertos comportamientos que nos hacen daño a los seres humanos". Ese comportamiento es el de la corrupción, tan cotidiana y conocida, punto de partida y de llegada de este espectáculo.

Escena de 'Policías y ladrones' en el Teatro de La Zarzuela / Elena del Real

La historia comienza con el ingreso en la cárcel del Presunto Implicado, recibido a la vez por los presos y los medios de comunicación. Todos manifiestan la misma sorpresa, escandalizados por igual ante el hecho de que un hombre público famoso y respetado se encuentre en tal situación. José Ramón Encinar es el director musical, Álvaro del Amo el libretista y dirige Tomás Marco. Todos ellos coinciden en la triste vigencia hoy de un texto escrito y compuesto hace años.

Con tantas problemáticas que hemos abordado a lo largo de La Hora Extra, ¿dónde encontrar la luz? En el arte, como decíamos al principio, respondiendo a la pregunta de Natalia Menéndez. "Aunque la vida es difícil, siempre hay una salida", decía este jueves Ángela Álvarez, cantautora cubana que a sus 95 años ha recogido un Grammy Latino como artista revelación. Exiliada de Cuba, Álvarez ha cumplido el sueño de cantar gracias a su nieto y productor. Su padre le prohibió dedicarse a la música en Cuba, porque no era vida para las mujeres. A sus 95 años, la cubana sabe mucho de superar dificultades y en su emotivo discurso de agradecimiento quiso mandar ese mensaje de esperanza. "Con fe y amor se pueden lograr siempre los sueños, nunca es tarde".

 
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