432 niños han muerto asesinados a manos de Rusia desde que comenzó la guerra el pasado mes de febrero. El fiscal general de Ucrania ha sido quien ha hecho públicos estos datos durante la celebración de la asamblea de la OTAN que se celebra este fin de semana en Madrid. Las cifras no son definitivas ya que, de momento, se desconoce el número total de menores que han fallecido a consecuencia de la violencia ejercida por el ejército ruso. Este domingo, la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha denunciado bombardeados a la central nuclear de Zaporiyia. La declaración del organismo para el control mundial de la energía atómica llega después de que Rusia acusara a Ucrania de estar detrás de las fuertes explosiones que se produjeron en la planta nuclear que mantienen bajo su control. Se han registrado hasta catorce impactos de artillería pesada este domingo, de los cuales uno ha caído sobre la cubierta de uno de los edificios de la central. El director de la OIEA, Rafael Mariano Grossi, ha afirmado en un comunicado que este ataque «pone fin abruptamente a un periodo de relativa calma» en el entorno de la que es la mayor central nuclear de Europa. La escalada de tensión en la zona «pone de manifiesto la necesidad de aplicar medidas para evitar un accidente nuclear», ha vuelto a remarcar Grossi. Se ha podido saber, gracias al relato de un operario, que no se han detectando por el momento emisiones de radiación en el ambiente. La dirección de la planta ha trasladado a los inspectores de la OIEA que los misiles han causado daño en algunos edificios, sistemas, equipos y en la línea eléctrica que alimenta la central, pero «ninguno de ellos es crítico» para la seguridad nuclear. El organismo ha evitado culpar directamente a Ucrania de la autoría del ataque. Sin embargo, Rossi ha hecho un llamamiento público para que «quienquiera que sea el responsable» cese inmediatamente su acciones porque, ha advertido una vez más, «¡estáis jugando con fuego!». Rusia se encuentra actualmente inmersa en una estrategia militar defensiva en prácticamente todo el frente de guerra ante el avance del ejército ucraniano en el este y el sur del país. Las fuerzas del Kremlin solo llevan la iniciativa en las afueras de Donetsk y las cercanías de Vuhledar, mientras que en el río Dniéper la cercanía de las posiciones ucranianas les obliga a estar en una posición defensiva. Crimea es actualmente la zona más vulnerable para Rusia después de que se retirasen de la región vecina de Jersón. Los soldados rusos están construyendo fortificaciones en las zonas del frente que aún mantienen bajo su control. Fuentes militares rusas, admiten que, si Ucrania se lo propone, será capaz de llegar hasta el territorio peninsular. La llegada de las fases más duras del invierno supondrían una ventaja para los de Zelenski porque el empeoramiento de las condiciones de las principales carreteras y los extensos campos del país facilitaría el avance de tanques y blindados ucranianos. Ucrania, por su parte, está tratando de crear un escudo antimisiles que le permita fortalecer su defensa aérea ante nuevos bombardeos rusos, contando con la colaboración del bloque de países occidentales. De hecho, Zelenski abordó este asunto el sábado con el primer ministro británico, Rishi Sunak, quien se comprometió en su primera visita a Kiev a enviar armamento y tecnología defensiva por valor de 57 millones de euros. El despliegue de más combatientes en el terreno es otra de los piezas fundamentales de la táctica militar que de Ucrania El presidente ucraniano, Zelenski, anunció durante la madrugada del domingo que pretenden incrementar el número de soldados en el frente del sur y en el Donbás. Los refuerzos en estas posiciones procederían del contingente de 30.000 soldados que replegó Ucrania la semana pasada en Jersón. Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha declarado el sábado que el completo restablecimiento del suministro eléctrico es una prioridad para su gobierno. Casi la mitad de las infraestructuras que dan energía al país continúan destruidas. «Estamos trabajando en todo el país para estabilizar» la difícil situación por la que atraviesa en abastecimiento de energía, especialmente grave en Kiev, Odesa, Járkov y sus zonas adyacentes, ha explicado el mandatario. También se ha comprometido a hacer todo lo posible para ayudar a su población a «tener una vida normal». El Estado Mayor ucraniano ha comunicado que gran parte de la población de Lugansk ha tenido que ser reubicada por la necesidad de reorganizar las tropas, por el aumento de la presencia de tropas rusas en la región. El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha denunciado este domingo «potentes explosiones en la zona de la central nuclear de Zaporiyia» durante la tarde del sábado y de nuevo este domingo. Rusia ha informado de hasta 15 impactos de artillería pesada ucraniana solo durante el domingo, uno de los cuales ha caído en la cubierta del Edificio Especial Número 2 de la central. Estos ataques «ponen fin abruptamente a un periodo de relativa calma en estas instalaciones y ponen de nuevo de manifiesto la necesidad de aplicar medidas para evitar un accidente nuclear», ha apuntado el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, citado en el comunicado del organismo. El OIEA ha constatado así «bombardeos cerca de y en el propio lugar de la mayor central nuclear de Europa». Concretamente menciona «más de una decena de explosiones» que pudieron escuchar y en algunos casos ver los expertos del OIEA presentes en el lugar. Los inspectores del OIEA han sido informados por la dirección de la central de que ha habido daños en algunos edificios, sistemas y equipos, «pero ninguno de ellos es crítico para la seguridad». Grossi ha abogado por el establecimiento de una zona de seguridad en torno a la central nuclear. En los últimos meses se ha negociado esta posibilidad, hasta ahora sin éxito. «No me voy a rendir hasta que sea una realidad. Estos últimos bombardeos demuestran que es más necesaria que nunca», ha recalcado.