La OCDE rebaja al 1,3% la previsión de crecimiento para España y pide un pacto de rentas

Madrid

La alta inflación está actuando de freno para todas las economías. Y está obligando a todos los organismos internacionales a empeorar sus pronósticos sobre la evolución económica de cara al año que viene. Hoy le ha tocado el turno a la OCDE que ha actualizado su informe de previsiones reduciendo el crecimiento previsto en prácticamente todos los países.

En el caso de España, esta reducción, supone que la economía crecerá en 2023 un 1,3%, dos décimas menos de lo que había previsto la OCDE en septiembre. Esta rebaja eso sí, llegará después de un mayor crecimiento este 2022 que terminará con un alza del PIB del 4,7%, por encima de lo previsto por el Gobierno.

Pero la OCDE avisa de que la subida de los precios está haciendo mella ya en las economías domésticas. La inflación está frenando el consumo, que es uno de los principales motores de la economía española y eso, unido a que también se frena la inversión por el aumento de costes, está reduciendo ya el crecimiento económico.

Ante este panorama, el informe recomienda para España la adopción de un pacto de rentas que reparta el impacto de la subida de los precios. También aconseja que las medidas del Gobierno para amortiguar el shock de inflación se revisen periódicamente para garantizar que sigan siendo eficientes y un sistema más eficiente de incentivos para la inversión en energías renovables.

No habrá recesión global

Al igual que para España, las previsiones de la OCDE rebajan el crecimiento previsto para la economía mundial y para la gran mayoría de países analizados pero a la vez descarta la posibilidad de una recesión a escala global. El PIB mundial crecerá el año que viene un 2,2%, según los nuevos cálculos, frenado por el aumento general de costes. Entre los grandes países europeos, Alemania sufrirá una caída del 0,6% de su crecimiento. Y otros como Francia o Italia se quedarán con crecimientos raquíticos del 0,6 y el 0,2%.

El organismo basado en París también ha analizado las medidas que están adoptando los gobiernos de todo el mundo ante este escenario de mayor inflación. Y, aunque respalda la adopción de estas medidas para mitigar el impacto de este fenómeno sobre familias y empresas, avisa de que estas iniciativas tienen que ser limitadas entre otras cosas para impulsar que los consumidores ahorren energía.