No por mucho que se hable se dicen cosas más inteligentes

El Partido Popular eleva, de nuevo, el tono de sus ataques contra el Gobierno de Pedro Sánchez. La hipérbole de ayer tuvo como escenario el Congreso de los Diputados, cuando un diputado Popular llamó inútil y soberbia a la ministra de igualdad, Irene Montero. Tanto resonaron los insultos que Gabriel Rufián, que no pertenece al partido de la ministra insultada, pidió al diputado en cuestión que retirara esas palabras, este se negó. Cuanto más sube el tono el PP más parece fortalecerse la unión de los socios parlamentarios del Gobierno.

Luego están las palabras de Elías Bendodo, coordinador general del PP, hablando de efecto llamada para los violadores por la ley del 'solo sí es sí'. Y todo esto, solo horas antes de un nuevo cara a cara, esta tarde, entre el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, esta vez en forma de sesión de control en el Senado.

En estos días previos hemos visto a Feijóo mucho más alejado de los focos, como si hubiera tomado conciencia de que no por mucho que se hable se dicen cosas más inteligentes, al contrario, mucha exposición aumenta el riesgo de meter la pata. Así que, ante los exabruptos de Isabel Díaz Ayuso contra los sanitarios o los madrileños que se manifiestan en favor de la sanidad que ella ha desmantelado, o ante las subidas de tono de Bendodo o del diputado de turno, Feijóo ha mantenido un perfil un poco más bajo.

Pero atención, que hoy le vuelven a espolear desde alguno de sus medios afines. La última vez que lo hicieron, fue concretamente una portada de El Mundo, Feijóo dinamitó el pacto por la renovación del Poder Judicial. Hoy las palabras son, claramente, otra instrucción. El mismo medio titula en portada: "El PP anima a Feijóo a ser hoy implacable con Sánchez: es el momento". No es el primer mensaje de este tipo que recibe Feijóo de alguno de estos medios, aunque el de hoy no puede ser más claro. Parece que no les gusta que el líder popular se esconda, aunque en la noticia, después, lo ponga en boca de barones, exministros y cargos del partido.

No parece que Feijóo tenga otra opción. Se sigue debiendo al método de su elección, a la forma cómo llegó a la presidencia del partido, los que le pusieron y le auparon ahora le exigen y no va a poder escapar de ello, aunque tenga que enterrar del todo ese estilo de moderación del que presumía cuando llegó de Galicia.