El mapa de los conflictos en 2023
Repasamos con las investigadoras de la Escola de Cultura de Pau los conflictos activos eclipsados por la guerra en Ucrania
Otras guerras 2023
Ucrania se lleva casi todos los titulares, pero hay otras guerras y áreas de tensión que llevan en alerta mucho más tiempo y quizá con peores consecuencias que la invasión comandada por Rusia. Uno de los principales puntos calientes de tensión en el planeta es Oriente Próximo, especialmente después del regreso al poder de Benjamin Netanyahu en Israel con socios extremistas en su gobierno de coalición.
Uno de esos socios de extrema derecha, el ministro de Seguridad, Itamar Ben Gvir, ha estrenado el cargo con la provocación de visitar la Explanada de las Mezquitas, el lugar más sagrado para los judíos objeto de tensiones en Jerusalén. El periodista especializado en la región Mikel Ayestarán explica que el líder ultranacionalista quiere abrir la puerta al culto judío e incluso levantar un nuevo templo.
De cara el exterior, el mensaje del nuevo Gobierno es el de que quieren mantener el statu quo en la zona para “calmar la preocupación de países amigos como Egipto, Jordania, EAU y Estados Unidos”, dice, Ayestarán. Sin embargo, Netanyahu “también dice de cara al exterior y con la boca pequeña que sigue respaldando la solución de los dos Estados y sobre el terreno, los hechos demuestran que lo único que hace es reforzar la ocupación”.
El año que dejamos atrás fue el más sangriento en los territorios ocupados desde el final de la segunda intifada, recuerda el periodista. Y en los primeros días del 2023 la situación sigue igual, con al menos tres muertos por disparos del Ejército en los primeros días. El bloqueo de más de una década en Gaza deja además una situación humanitaria preocupante en medio de “constantes episodios de violencia en forma de operaciones militares de Israel contra Hamas o la Yihad islámica”. La llegada del nuevo Gobierno augura un endurecimiento de la situación en Cisjordania, ya que los colonos ocupan ahora ministerios clave en la administración de los territorios ocupados.
5.000 muertos anuales todavía en Siria
Además de el de Oriente Próximo, hemos querido dibujar el mapa de los conflictos con los que inicia el nuevo año con la ayuda de María Villellas y Pamela Urrutia dos investigadoras de la Escola de Cultura de Pau, un centro de investigación sobre conflictos de la Universidad Autónoma de Barcelona, que cada año elabora un mapa sobre la marcha de las guerras en el planeta.
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Empezamos con Siria, donde la guerra cumplirá pronto doce años y que acaparaba al inicio una gran atención mediática. Ahora la atención se ha reducido significativamente, “sobre todo en 2022 y por la guerra en Ucrania”, dice Urrutia, quien insiste en que el conflicto armado allí está lejos de haberse resuelto. “El país continúa en una situación de fragmentación territorial. Continúan activos múltiples actores armados locales y también internacionales”.
Aunque la mortalidad es ahora mucho menor, de unas cinco mil personas al año frente a las 50.000 que perdían la vida anualmente en el periodo más cruento entre 2014 y 2016, sigue siendo muy elevada. Además, apunta la investigadora, hay “muchas otras derivadas del conflicto como las más de cien mil personas que siguen en las cárceles del régimen de Bashar al Assad y la situación de crisis humanitaria en el país, considerada como la más grave desde el inicio del conflicto armado”. Naciones Unidas prevé que para el 2023, en torno al 70% de la población siria requerirá asistencia o ayuda para sobrevivir.
Bashar al Assad sigue resistiendo después de una década, incluso “reforzado en el poder en los últimos meses” tras mantener contactos con Turquía o Emiratos Árabes Unidos, países que han sido el principal soporte de los grupos de la oposición siria.
El principal apoyo al régimen sirio en este conflicto fueron Rusia e Irán. Y el papel de Rusia en ese conflicto sigue siendo activo, a pesar de su propia guerra en Ucrania. “Rusia continúa bombardeando algunas posiciones en el norte de Siria, atacando a grupos que el régimen consideraba fuerzas rebeldes”, explica Urrutia.
Yemen sufre la peor crisis humanitaria del mundo
El 80% de la población yemení necesita ayuda humanitaria. El conflicto armado en Yemen ha estado en los últimos años entre los más cruentos a nivel mundial. En 2021 provocó en torno a 22.000 víctimas mortales, señala Pamela Urrutia, y se caracteriza por las “sistemáticas vulneraciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, con ataques indiscriminados y deliberados contra la población civil y destrucción de infraestructuras hospitalarias, ataques a escuelas o centros religiosos”.
En esa guerra participa activamente Arabia Saudí, a la que Occidente se arrima ahora por sus necesidades energéticas y con la que varios países, entre ellos España, tienen negocios de venta de armas.
Un millón de rohingya huidos de Myanmar
Myanmar, la antigua Birmania, está gobernada por una Junta Militar que ha condenado a prisión en varias ocasiones a la premio nobel de la paz Aung San Suu Kyi. El cruento golpe de Estado se produjo cuando parecía que se consolidaba la transición a la democracia, cuenta la investigadora María Villellas.
La huida de la tiranía militar en Myanmar deja además uno de los mayores movimientos de refugiados del planeta: el de la minoría rohingya. Más de 1 millón de rohingya viven en campos hacinados en el sur de Bangladés tras la campaña de acoso y expulsión de la dictadura militar que gobierna el país. Los miles de rohingya que siguen viviendo en Myanmar lo hacen en unas condiciones de apartheid y discriminación que la ONU denuncia recurrentemente.
Villellas recuerda además que el golpe de Estado dio lugar a que surgieran “múltiples grupos armados de resistencia que se están enfrentando militarmente al gobierno de Myanmar”, una violencia que se ha recrudecido en el último año.
La insurgencia talibán en Pakistán
En la frontera con Afganistán, Pakistán se presenta como un escenario de riesgo para el año que empieza. “Está sufriendo también las consecuencias del retorno de los talibanes en Afganistán, puesto que en Pakistán también hay una insurgencia talibán que se ha visto fortalecida”, explica la investigadora. La violencia ha aumentado en 2022 “con múltiples atentados, algunos de ellos cometidos por la rama de Estado Islámico que opera en esta región”.
Además, el conflicto armado se une a una crisis política que se produjo tras la moción de censura contra el primer ministro Imran Khan.
Estos son solo algunos de los escenarios que han permanecido en conflicto en 2022 y que no presentan buenas previsiones para este año. Pero las investigadoras destacan también Irán, por el estallido social que ha surgido tras la muerte de Mahsa Amini, o las derivadas del conflicto armado de Ucrania en otras zonas de Europa, como en el caso con la situación entre Armenia y Azerbaiyán. En África se fijan también en el Sahel, RDC y Etiopía, entre otros países.