16ª jornada
Cívitas Metropolitano
Atlético
0-1
Barcelona
Finalizado
El Barça sobrevive a sus problemas y al Atlético de Madrid
Los azulgranas sufren, pero se ponen líderes en solitario de LaLiga con un solitario gol de Dembélé en la primera parte
A pesar de todo, el FC Barcelona venció en el Metropolitano. Quizá pueda ser considerado otro 'casi tropiezo', pero al equipo de Xavi poco le importan los casi. Necesita de resultados porque el juego sigue sin llegar. El Atlético de Madrid le ganó en los puntos, superándole notablemente con balón, pero el gol es el único juez y al conjunto rojiblanco le perdonó la vida al Barça en demasiadas ocasiones. Tras salir a cero de sus últimas dos salidas al Civitas, el Barça volvió a ganar en el Metropolitano al estilo de Xavi, sobreviviendo, porque este equipo sigue sin parecerse a lo que el propio técnico y el aficionado esperan. Pero es líder, con más tres sobre el Real Madrid y catorce sobre su rival hoy. El resumen del partido, en el Diario AS.
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El color dorado sólo impero durante 23 minutos
El Atlético de Madrid dispuso a su nueva ilusión, al próximo representante de la simbología atlética, como primer armador de los ataques. Simeone le dió las llaves del autobús a Pablo Barrios en pendiente, formando con cinco en defensa y optando por esperar atrás ante la voracidad con la que el Barça de Xavi sale a los partidos. A pesar de que Koke y Carrasco lo acompañasen como interiores, con Joao Félix y Griezmann por delante, el reto que le planteó el Barça era mayúsculo y el planteamiento rojiblanco, todo menos favorable. Los azulgranas (hoy de dorado) fueron a presionar arriba, forzando al Atleti a salir bajo su asfixiante y coordinada persecución, llevándolo a fallar. Los del Cholo se iban hundiendo ante el cuadrado que planteaba el Barça en medio campo con sus cuatro centrocampistas. Xavi subsanó la ausencia de Lewandowski y su gol con Busquets, De Jong, Gavi y Pedri con Dembélé en derecha y Ansu Fati en el carril del 9. Pero la solución fue caduca.
El dominio del Barça lo dibujaba Pedri, que desde su pie, pintó el eslalon que rompería el 0-0. El canario llegó hasta el área, donde encontró a Gavi, que se giró sabedord de que por detrás, estaba Dembélé con la caña preparada. El mosquito fue alma en la Copa y ejecutor de una jugadada de fantasía en el minuto 21. Tuvo Pedri instantes después el 0-2, pero demostró que él está más para la finta que para el remate. Desde ese momento, los de Xavi volvieron a su versión más terrenal, la del Espanyol y el Intercity, esa que está desprovista de toda brillantez.
Atlético de Madrid 0 - Barcelona 1: gol de Dembélé
Insistir, insistir y ...Araujo
El Cholo cambió el dibujo. Subió a Marcos Llorente unos metros y con él, el equipo fue hacia arriba. Con cuatro atrás y cuatro en el medio, los rojiblancos despertaron, se lanzaron a presionar y descubrieron que el Barça tiene más dudas de las que creían tras la primera media hora. Llorente empezó a castigar a Balde irrumpiendo al espacio, Griezmann aumentó sus toques y desde ataques rápidos y el balón parado, el Atlético rozó el 1-1. Giménez de cabeza la mandó fuera por centímetros, en otra Nahuel Molina pecó de egoísmo cuando pisó el área y más tarde Ter Stegen salvaría a mano cambiada el trallazo de Griezmann. Aunque el alemán en el corner inmediatamente después, salió a despejar sin convicción, dejando rematar a Reinildo, que no logró embocarla entre los tres palos. El Barça llegó al descanso suplicando, con el Atlético maniatándolo y desnudando la tibiez del equipo sin balón.
Lejos de que el gol impregne al Barça de tablas y lo lleve a relajarse, este se convierte en su caja de pandora. Se descontrola, aunque con este, el equipo encadena 35 partidos de liga sin perder siempre que se ha adelantado en el marcador. La segunda mitad se reanudó del mismo modo que acabó la primera, con el Atlético empujando, superando, arrebatando el balón, pero con la efectividad de nuevo castigándole y arrastrándolo hacia una derrota amarga. No por las sensaciones, sino porque es un cuento que esta temporada se ha repetido demasiado. Pablo Barrios se rehizo hasta escenificar su arrolladora personalidad en otro exigente escenario. Su partido duró una hora, hasta que Kondogbia y Morata entraron por él y Carrasco. Simeone respondía a los cambios de Xavi (Ferran y Kessié por Ansu Fati y De Jong) y a la pérdida de energía de los suyos.
Cuando el Atleti dejó de presionar, el Barça pudo respirar, pero fue Dembélé quien le daba oxígeno. El mosquito tiró del equipo a 60 metros, encarando, conduciendo y jugando con los balones largos que le nutría Koundé. Reinildo no calculó bien el bote hasta en dos ocasiones y fue presa de la velocidad del galo. Una vez Oblak y otra el palo le privaron del doblete. El conteo de los minutos y los cambios igualaron las fuerzas hasta el arreón final. Lemar, Correa y Reguilón quemaron las naves, inclinaron el campo y encerraron al Barça en su área. Ahí sobrrevivió, con Koundé, Christensen y, sobre todo, Araujo. El uruguayo ejerció de líder, sosteniendo al navío cuando hacía aguas, despejando, sujetando, multilplicándose como si de un ente se tratase. Para Xavi desde la banda debió ser tal cuando sacó un pie milagroso sobre la línea cuando ya se cantaba el 1-1. Ahí se llegó con 20 jugadores en el campo tras la ridícula expulsión (por la escena) que protagonizaron Savic y Ferran. Ambos se agarraron en el suelo, como si un combate de WWE se tratase. Una estampa inexplicable, como que el Barcelona aguantase el 0-1 tras recibir 20 remates.