Creen que abortamos como el que va a la compra o a la playa

En Castilla y León donde gobierna el PP junto con la ultraderecha, junto con Vox, ayer se anunció las nuevas medidas antiabortistas que se van a llevar a cabo en esa comunidad. Entre ellas, obligar a los sanitarios a que ofrezcan a las mujeres que quieran interrumpir su embarazo, escuchar el latido del feto o ver una ecografía en 4D, una ecografía de alta precisión para que puedan ver los detalles de dicho feto. Se anunció también que se va a proteger a los sanitarios que se niegan a practicar abortos.

En definitiva, en Castilla y León se pretende que los que atiendan a una mujer que quiera abortar la presionen para que no lo haga. Entiende el gobierno del PP y de Vox que no es ya suficientemente traumático para una mujer decidir y llevar a cabo un aborto, sino que hay que aumentar este trauma con el sonido del latido o la imagen del feto, porque cree el gobierno del PP y de Vox que las mujeres abortamos como el que va a la compra o a la playa.

Presentó la iniciativa el vicepresidente de la Comunidad, Juan García-Gallardo, de Vox. No lo hizo, qué raro, el consejero del ramo, que es del Partido Popular, pero dijo el vicepresidente que la medida estaba consensuada, lo imaginamos porque, si no, sería extraño que se presentara en una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno. Junto al vicepresidente estaba el consejero de economía, del Partido Popular, que no quiso cuantificar el presupuesto para esta medida anunciada.

Podemos entretenernos en las polémicas que queramos, o las que cada uno decida en el momento que crea que es oportuno, pero, mientras tanto, a las mujeres se nos van cercenando los derechos, y en esto sí que no debería haber ningún tipo de fisura entre los y las defensoras de nuestros derechos. Porque como ven, no da igual quien gobierne, como ven, no es verdad que después la realidad y la fuerza de las instituciones impidan que la ultraderecha imponga su ideología. Vox, y su machismo, con la connivencia del partido Popular, juega con la salud física y mental de las mujeres, y recorta sus derechos.

Y es importante tenerlo en cuenta porque este es el primer gobierno de coalición entre la derecha y la ultraderecha, pero puede no ser el último. En unos meses tendremos elecciones municipales y autonómicas y desde el PP no hacen ascos a otros posibles pactos con los mismos compañeros. Y las medidas anunciadas en Castilla y León son la evidencia de lo que pasa cuando la ultraderecha gobierna.